II

El fútbol argentino de mediados de los 60´ era víctima de una gran desorganización. A pocos meses de que iniciara el Mundial, el director técnico de aquel entonces, Osvaldo Zubeldía, fue reemplazado por Juan Carlos Lorenzo, el ex entrenador de Argentina en Chile 1962.
El Toto rearmó el plantel que había formado Zubeldía y convocó a muchos jugadores que habían estado con él cuatro años antes. El panorama de Argentina se oscureció aún más luego de una gira preparatoria definida por el propio equipo como “desastrosa”.
Sin embargo, a pesar de la mala tarea de los dirigentes, los jugadores argentinos mostraron buenos rendimientos durante el torneo y estuvieron a la altura que exige la competencia internacional.
Poco antes de empezar el Mundial, el temor de los jugadores argentinos eran los rivales, en especial los europeos. Creían que eran superjugadores, que tenían un gran estado físico y que los iban a pasar por arriba. Pero cuando entraron a la cancha las cosas no fueron tan así.
El tan ansiado debut fue el 13 de julio en el estadio Villa Park, en Birmingham, frente a España. Argentina ganó 2 a 1 con dos goles de Artime y luego vino el duro choque contra Alemania Federal. Allí, el equipo argentino rescató un valioso 0 a 0, ya que jugó gran parte del partido con 10 hombres por la expulsión del defensor de San Lorenzo, Mario Albretch.
Esa infracción fue utilizada por los ingleses para calentar los ánimos ya que la Britsh Broadcasting Televisión (BBC) colocó en su presentación de informes deportivos la patada de Albretch al alemán Weber. El propio Ramsey calificó a los jugadores argentinos como “animals” (animales) debido a su juego brusco.
Argentina, mientras tanto, se sentía confiada, a esperas del partido definitorio con Suiza. “Ganamos el primer partido casi sin chance, según la opinión de todos. Alemania pisaba y no nos pisó. No quiero hacerme ilusiones ni me gusta que la gente piense que ya somos campeones. Le aseguro que a Alemania no quisiera enfrentarla otra vez, pero podemos ganarle a cualquiera y perder con cualquiera”, dijo Rattín.
-Si se clasifica Argentina, ¿quién le gusta: Inglaterra o Uruguay?- preguntó el periodista.
-Mire... Yo prefiero a Inglaterra. ¿Sabe por qué? Porque Uruguay nos conoce, nosotros los conocemos y puede ensuciarse el partido. No porque no les podamos ganar. Ya le digo, el equipo está para ganarle a cualquiera. Pero Uruguay es distinto- sentenció el capitán Rattín.
Lo cierto es que Argentina venció a Suiza 2 a 0 con goles de Artime y Ermindo Onega y clasificó para enfrentar al equipo local el 23 de julio en un Wembley que desbordaba de gente. Los argentinos querían la revancha de la derrota que habían sufrido ante los británicos en el Mundial anterior, mientras que los locales estaban cada vez más obsesionados con la copa.