La captura del líder
Los investigadores del robo al banco de El Maitén aún sentía que la satisfacción no era completa ya que, tras el juicio, Anzuelo, el sindicado líder de la banda ya condenada por el cinematográfico asalto seguía prófugo.
Los buscaron por toda la Patagonia argentina y también por Chile, ya que algunas pruebas señalaban que cuatro días después del asalto, el delincuente había escapado al vecino país por un paso ilegal de Villa La Angostura.
A partir de entonces, Anzuelo se había radicado en un pueblo chileno llamado Sol de Oriente, cercano a Puerto Montt, donde compró un almacén llamado “El Volcán".
Mientras era intensamente buscado, Anzuelo tuvo una muy buena inserción con sus vecinos, con quienes jugaba al tenis, fútbol y ping pong; y a los que engañó diciéndoles que se llamaba Gabriel Seles, quien supuestamente se había dio a vivir a Chile porque en Argentina había tenido un problema judicial.
Anzuelo vivió allí con una mujer joven y también estudió abogacía y computación, por lo que ningún habitante del pueblo sospechó que se trataba de un peligroso delincuente.
Sin embargo, los detectives de la Brigada Antinarcóticos de la policía chilena lo detuvieron a principio de mayo de 2007 pero al día siguiente escapó cuando era llevado a declarar a Santiago y antes de que arribara allí el personal de Interpol que iba pedir que lo extraditaran a Argentina.
Tras esa evasión, se investigó la posible connivencia de los Carabineros de Puerto Montt, al tiempo que Anzuelo se ocultó un tiempo en Bolivia, desde donde viajó seguido a Ciudad del Este, en Paraguay, ya que se empezó a dedicar a la compra y venta de equipos de electrónica y computación.
En esos meses, el delincuente utilizó al menos tres identidades falsas y cambió seguido su fisonomía para evitar volver a ser atrapado por la policía.
Pero la suerte del sospechoso se terminó cuando la primera semana de setiembre de 2007 fue localizado en el barrio 400 Viviendas del Alto, en Bariloche, donde había ido para participar como padrino del bautismo del hijo de un amigo.
Los detectives contaban con ese dato y habían montado una guardia encubierta en toda la zona, por lo que apenas Anzuelo llegó a la capilla donde se realizaba la ceremonia, agentes de la Brigada de Investigaciones de la policía rionegrina, que iban en dos vehículos no identificables, le dieron la voz de alto.
Pero el sospechoso que estaba por entrar al templo regresó sobre sus pasos y volvió a subir a su automóvil, en el que había llegado y era conducido por otro hombre que escapó por la ruta 258 en dirección al barrio El Frutillar.
Los policías lo persiguieron hasta la esquina de Neneo y Cacique Prafil, donde Anzuelo se arrojó del auto, continuó con la huida a pie y comenzó a disparar contra los efectivos que repelieron la agresión. El tiroteo terminó cuando el prófugo cayó herido de un balazo en la pierna izquierda y se entregó.
Tres semanas después, Anzuelo fue llevado bajo un fuerte operativo policial a los tribunales de Esquel, donde finalmente quedó preso por el robo en El Maitén.
AA
Octubre 2007.