1957: La resistencia sindical es política y partidaria - Parte I*

* Basado en un texto de Julio Godio.

En 1957 era difícil para el bloque militar-civil en el poder desarticular política e ideológicamente al peronismo ya que no alcanzaba con proscribirlo o intervenir la CGT para desalojar al Movimiento de la sociedad civil. Se lo podía desalojar temporalmente de la sociedad política pero resultaba imposible desarraigarlo culturalmente de la conciencia obrera y popular, ya que los trabajadores rechazaban todas las demás ideologías como el liberalismo, el socialismo y el comunismo, a las consideraba ajenas y opuestas a sus intereses, por lo que sólo se reconocían a sí mismos como peronistas.

 Dentro de los partidos políticos que daban sustento al Gobierno Provisional se plantearan dos posturas: una, la de reeditar una especie de Unión Democrática contra el peronismo, o la opuesta, la de intentar formar un bloque político liderado por Arturo Frondizi, presidente del Comité Nacional de la UCR, e incorporando subordinadamente al peronismo. 

 El frondizismo comenzó a jugar un papel de eje de la oposición al régimen de la Revolución Libertadora y planteo la necesidad de formar un frente "Nacional-Popular" que representara a la clase obrera, la pequeña burguesía, chacareros y al empresariado nacional, bloque cuyo enemigo era la oligarquía liberal. Esta estrategia de acercamiento veloz al peronismo incluyó la defensa del sindicalismo peronista.

 Pero esta postura no tardó en causar el enojo tanto del partido radical como del Gobierno, lo que produjo la división entre la UCRP (del Pueblo), una alianza entre liberales conservadores moderados liderada por Ricardo Balbín.; y la UCRI (Intransigente), liderada por Frondizi.

 La división de la UCR hizo inviable la realización de la asamblea Constituyente convocada para ese año por el boicot de los intransigentes que protestaron por la ausencia del prescripto peronismo.

 Así, durante 1957 se agravó la dicotomía entre democracia y pueblo, ya que, por un lado, el refuerzo por introducir reformas políticas liberales y democráticas quedaba restringido a los partidos y fuerzas sociales que sustentaban al Gobierno, mientras que las reivindicaciones sociolaborales concretas eran asumidas por el peronismo.

 El país político no sólo continuó dividido entre peronismo/antiperonismo, sino que le sumó la alianza en gestación entre la UCRI y el Movimiento que dio a esa contradicción la forma de oposición entre “liberalismo oligárquico” vs. “nacionalismo popular”.

 De esta manera, resultó imposible realizar las elecciones en un ambiente de tranquilidad social y aplicar una política económica de estabilización de los ingresos de la población, por lo que los iniciales objetivos de reestructurar la economía dejaron lugar a medidas de emergencia para evitar el deterioro de la situación social.