Un crimen sin asesinos*

*Segunda parte del folletín publicado en este blog en agosto de 2009.

 El 15 de julio de 2011
, Natalio Galante se encontraba en su casa de Florencio Varela cuando llegó una comisión de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes con un orden para detenerlo: la Justicia quilmeña acababa de procesarlo con prisión preventiva como partícipe primario del crimen de la adolescente Noelia Gullo. Y no sólo eso, también lo enviaba directamente a juicio oral, dando por cerrada la instrucción de la causa.

 ¿Cuáles habían sido las pruebas que daban un giro a la investigación después de tantos años? La primera, un nuevo testigo que declaró haber visto a una chica parecida a la víctima ser pasada por la fuerza desde un Renault 12 muy similar al de Natalio  a otro vehículo ocupado por desconocidos. La otra, un análisis comparativo de la tierra hallada en el baúl del auto del joven con la de la ropa que llevaba puesta al momento del supuesto secuestro de Noelia que estableció que no eran del mismo tipo y no pertenecían a un mismo lugar.

 De esta manera, para la Justicia ahora el muchacho había mentido al sostener que el presunto captor de la víctima lo había encerrado en el baúl de su auto.

 “Fue una larga lucha y por fin dio su resultado. Natalio está preso y se hizo Justicia. Ahora esperamos que hable y diga quiénes mataron a Noelia”, expresó José Gullo en declaraciones a la prensa apenas se conoció la noticia de la detención del sospechoso.

 Ese día, después de siete años y medio, Natalio volvió a quedar alojado en los calabozos de la DDI de Quilmes pero esta vez a la espera de que el Servicio Penitenciario Bonaerense designara su nuevo destino...