El lunes el proceso de hidratación y alimentación de los mineros funcionaba a pleno ya que durante la noche del domingo los rescatistas se habían dedicado a entubar el hoyo de tan sólo 8 centímetros de diámetro por el que iba y venía la sonda a través de la cuál se enviaban las dosis de agua con glucosa para mantener a los 33 con vida hasta poder finalmente sacarlos de la profundidad de la piedra que ahora no parecía tan inexpugnable como antes a pesar de seguir cerrada. Es que la tecnología permitía a los mineros contactarse por medio de una pequeña cámara de video y audio, y luego los medios de comunicación lo difundían por todo el mundo.
Las imágenes de los mineros con el torso desnudo, debido a la temperatura del refugio, de entre 32 y 36 grados, recorrieron el planeta y llenaron los portales en Internet, los diarios, revistas, pantallas y frecuencias de radio.
Por su parte, Franklin había permanecido en el campamento hasta que en la madrugada se agotaron las bebidas para brindar y junto a su amigo del Deportes regresaron al pueblo para seguir de festejo en las calles, que parecían un carnaval. De todos modos, tanto los chicos como el resto de los ciudadanos sabían muy bien que el rescate final se iba a demorar unos meses más.
- Estaría bueno no quedarse al terminar el cuarto medio y tratar de llegar a la Universidad, ¿no? – dijo el Caquito a su amigo, mientras ambos seguían sentados en un banco de la plaza principal bañada por la primera luz de la mañana pero desierta porque casi toda la gente se había retirado para prepararse y retomar la actividad cotidiana de la semana.
- Sería ideal. Así no terminamos como El Mortero- respondió el muchacho con lágrimas en sus ojos, un poco por la emoción de las buenas noticias, otro por el alcohol que aún permanecía en su cuerpo y acentuaba el cansancio.
- ¿Contra quién juegan el fin de semana que viene?
- Ni idea, ¿y ustedes?
- El sábado nos tocan Los Cruzados, pero en El Cobre. Así que va a ser una fiesta.
Y Franklin tuvo razón, aquel domingo, mientras los centenares de expertos nacionales e internacionales avanzaban en el rescate final de los mineros, los albinaranjas obtuvieron un notable triunfo por 3-1 y se lo dedicaron al Mortero. Pero el club homenajeó oficialmente a su ídolo la semana siguiente, cuando en el entretiempo ante Los Azules entregó una plaqueta a su hija mayor. “Estoy muy agradecida. En la mina esta mi hermana y yo podría haber estado en la conversación con él, pero preferí estar acá porque todo esto va a ser mostrado a mi papá, las notas y saludos que se están grabando”, expresó la joven, hincha de la visita de turno, al igual que el resto de la familia. Y para redondear la jornada, Los Azules terminaron ganando 2-1. Aunque el ídolo siempre había tenido el corazón dividido.