Deportes en el recuerdo - Parte XVIII


Decimoctava fecha

Esta era una jornada definitoria ya que había altas probabilidades de que se consagrara un campeón. Cualquiera de los candaditos con posibilidades matemáticas podía hacerlo, por ello, la gran relevancia que cobraron sus respectivos partidos.

Sin lugar a dudas, el encuentro más importante se jugaba en Liniers entre Vélez y River. En el Amalfitani apareció un hombre con título de “Príncipe” para demostrar que no tiene nada de gallina y que pertenece a la nobleza. Llenó la cancha de fútbol y se metió definitivamente entre los más grandes de la historia del fútbol argentino. Sí, adivinó, apareció Francescoli y con dos pinceladas de su enorme categoría marcos los goles que le dieron el título a su equipo en un duelo de campeones.

Los dos equipos se jugaban más que el campeonato, se disputaban el honor, el prestigio y el reconocimiento de ser considerado mejor que el otro. Y estos ingredientes hicieron que el partido fuese una verdadera final.

Se jugó con todo, hubo mucha lucha y pierna fuerte pero todo dentro de lo leal. Hubo pressing de ambas partes, por lo que la pelota iba de 3/4 a 3/4 de cancha una y otra vez. Casi todo pasaba por ese sector, por lo que en los arcos hubo pocas llegadas. El equipo dirigido por Piazza ponía más gente en ataque mientras que los del “Pelado” Díaz eran más cautelosos, pero más precisos. Y en el mejor momento del local, la visita se puso en ventaja con un cabeza de Francescoli.

La reacción velezana no se hizo esperar y enseguida Burgos tuvo que intervenir para desviar un remate de Herrera que tenía destino de red. A partir de ese momento, el partido se abrió y se hizo de ida y vuelta. Vélez iba con más ganas que fútbol pero le alcanzaba para crear peligro con las subidas del salteño por derecha mientras que River respondía vía Gallardo-Francescoli y en su segunda llegada a fondo tuvo un penal a favor, regalado por Castrili. Pero el Príncipe demostró que es humano y se puede equivocar, y su remate fue contenido por Chilavert.

Los de Liniers se motivaron con esta atajada y fueron para adelante con fuerza, así que la cancha se tornó en una caldera, aunque esta tendencia duró poco ya que en breve terminó el primer tiempo.

Al comenzar el segundo tiempo no se repitió lo ocurrido en el final del primero, River no cedió y Vélez no creció, y el Príncipe se tomó revancha del penal errado i pintó una obra de arte para poner el 2-0.

Aunque quedaba mucho tiempo por jugar, el triunfo millonario parecía sellado, sobre todo porque el segundo gol fue un golpe anímico para el Fortín que lentamente fue bajando los brazos. En tanto, llegaron desde Rosario los goles de Ferro ante Newell´s y eso potenció a River que con el título bajo el brazo mostró todo su repertorio, se floreó y hasta pudo haber ampliado la ventaja.

Llegó el final y River festejó su 26to. Campeonato en medio de las lágrimas del Francescoli, acompañadas de palabras melancólicas que hacían de su retiro casi un hecho. ¡Qué manera de despedirse Príncipe!

En el Coloso de Parque Independencia no hubo festejos. El final del encuentro entre Newell´s y Ferro encontró a los jugadores locales llorando y a sus hinchas alentando. Esto sintetiza todo el esfuerzo realizado por el equipo de Zanabria durante un torneo que se le escapó en las últimas fechas y pasó a ser sólo un recuerdo. El lugar de los campeones está reservado para los grandes equipos, no para los que insinúan serlo pero les falta chapa. Pero en el caso de la Lepra estos es entendible ya que se trata de un plantel joven. Mucho más no se le podía pedir.

Encima, para este partido, el DT debió apelar a los pibes para suplir las ausencias de los más experimentados y eso se notó: Samuel no fue Rocha, Manso no fue Dalla Líbera y Gerk no fue Zamora. Entonces, la responsabilidad de salir campeón recayó sobre los hombros de estos chicos que tienen un futuro enorme pero un presente algo inseguro. Para colmo, enfrente tuvo a un equipo que sabía lo que quería y no le regaló nada.

Pero el comienzo del partido no tuvo nada que ver con el final del mismo ya que a los 8` Newell´s se puso en ventaja con un gol de Saldaña. De todos modos, la alegría le duró poco ya que un minuto después Chaparro empató para los visitantes.

De ahí hasta el término de la etapa inicial, el local buscó por todos los medios un gol más que le permitiera seguir luchando por el título, puso muchas ganas pero le faltó ideas para quebrar a una defensa bien parada.

En el complemento, sabiendo del triunfo de River, Newell´s salió a matar o morir y el verdolaga le asestó tres tiros más y lo liquidó. Al compás de López, Ferro terminó logrando una goleada por 4-1 inesperada pero merecida.

Y el final fue inevitable para la Lepra que se lamentó por haber perdido el título aunque se quedó con la satisfacción de haber peleado con dignidad hasta la anteúltima fecha. De todos modos, le queda la posibilidad de ingresar a la Libertadores si termina subcampeón.

En Avellaneda hubo un cierre atípico: no fue alegre como en Liniers ni triste como el de Rosario ya que a pesar de que hubo un ganador, los dos equipos perdieron. Independiente se quedó sin chances para el título y Huracán Corrientes se fue a la B Nacional.

El desarrollo del partido tuvo inicialmente al Rojo como dominador. El local tenía la pelota, la administraba bien pero le faltaba creatividad ya que a ninguno de sus jugadores se les ocurría dibujar una gambeta o ensayar un cambio de ritmo. Es que los especialistas en esta materia tuvieron una mala noche: Usuriaga fue displicente y a Guerrero le faltó fútbol. Del otro lado, los correntinos se encerraron atrás y se cansaron de rechazar centros.

Pero tanto va el cántaro a la fuente…. El equipo de Gareca se tanto insistir con los pelotazos tuvo su premio gracias a un cabezazo de Arzeno que puso el 1-0. Luego, la esbozó una leve reacción, intentó atacar pero no tenía con qué ya que a pesar de que Silvero colocó tres puntas, ninguna de ellas acompañó a Sosa, el único generador de fútbol.

En el entretiempo, el DT visitante metió a Alsina y Bianchi, y estos dos le cambiaron la cara al equipo. Sosa ya no estaba solo y en cuanto empezó a hacer de las suyas desnudó las falencias defensivas del local. Así, en 17´, Huracán dio vuelta el resultado con dos goles de Bianchi y uno de Gaitán. Ni ahí se acordó de jugar Independiente que atacó mucho pero con confusión. Sin embargo, se puso 2-3 y casi lo empata pero no le alcanzó.

Tras consumarse la derrota del local, hubo insultos de la hinchada roja hacia sus jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Hubo discusiones y empujones, y a nadie se le ocurrió pensar en los merecimientos y rendimientos ya que los números no les cerraban a ninguno.

En Banfield, el taladro recibió a Colón que tenía mínimas chances de alcanzar el título pero ni siquiera eso motivó a un equipo que venía golpeado y con la cabeza puesta en la Copa Conmebol. Por su parte, el local aprovechó la oportunidad para medirse ante un buen rival y medir sus recursos de cara al torneo de la B Nacional.

El partido era discreto y de poco vuelo al punto que parecía un entrenamiento. Sólo “Patrulla” Jiménez por el lado de Banfield aportaba su categoría en cada corte y cada toque. Y con muy poco, al Taladro le alcanzó para superar a un Sabalero sin alma, en el que cada jugador hacía la suya, especialmente Castillo, lo que derivó en recriminaciones entre ellos mismos, algo ridículo e infantil. Prácticamente amateur. Sólo Müller aportó ganas.

A los 8´, Glaría puso el 1-0 para el local que a partir de entonces dominó con tranquilidad, se retrasó unos metros y a cada ataque de su rival respondió con una contra. Sin embargo, con las ganas de Carucha, Colón empató.

En el segundo tiempo se acentuaron los problemas del visitante que iba e iba pero chocaba contra una defensa muy retrasada, por lo que lentamente lo dominaron los nervios y sus errores se sucedieron uno tras otro. Estas fallas fueron aprovechadas por Banfield que en dos contras se puso 3-1 y liquidó el pleito.

Colón, al igual que Newell´s, se dio cuenta de que le faltó grandeza salir campeón, y por más bien que juegue, eso termina reflejándose en la cancha a través de actitudes como las que tuvo ante el Taladro.

La fecha se completó con los siguientes resultados: Boca 4-3 Central, Huracán de Parque Patricios 1-0 Estudiantes, Racing 0-0 Platense, Español 3-1 Gimnasia de Jujuy, Lanús 4-0 Unión y Gimnasia de La Plata 1-0 San Lorenzo. 


AA
Agosto 1997