Mariano Ferreyra (23), militante del Partido Obrero (PO), fue asesinado de un balazo en el abdomen el 20 de octubre de 2010, en el barrio porteño de Barracas. Todo comenzó al mediodía de aquel miércoles soleado, cuando la víctima y otros compañeros suyos fueron a protestar a las vías del ferrocarril Roca, a la altura de la localidad bonaerense de Avellaneda, en reclamo de la reincorporación de los empleados "tercerizados" de esa línea.
Tras un intento de corte de vías frustrado por la presencia de empleados de la Unión Ferroviaria, con los que intercambiaron insultos y pedradas, los manifestantes se desconcentraron hacia las calles de Barracas donde fueron atacados a tiros.
En ese momento fue baleado el joven Ferreyra y también sus compañeros Elsa Rodríguez, quien resultó gravemente herida en la cabeza, Nelson Aguirre y Ariel Pintos.
En agosto de 2012, al comenzar el juicio por el crimen del militante del PO, éste ya se había convertido en un referente de las luchas políticas de muchos estudiantes universitarios, sobre todo, en los claustros nacionales y públicos.
El rostro dibujado de Ferreyra aparecía no sólo en forma de graffiti o en afiches sobre las paredes, sino también en las tapas de los juegos de fotocopias del material de estudio, al igual que ocurría en los casos de los piqueteros Maximiliano Kosteki (21) y Darío Santillán (22) (1), el maestro Carlos Fuentealba (40) (2), asesinados en 2002 y 2007, respectivamente; el testigo Jorge Julio López (3) y el adolescente Luciano Arruga (16) (4), ambos desaparecidos desde 2006.