"Cuando llegamos al aeropuerto de Trelew, luego de la fuga del penal de Rawson, y comprobamos que el avión ya había partido, nos quedaba una alternativa: dispersarnos en la dilatada meseta patagónica. Sin embargo, desechamos de inmediato tal posibilidad porque las características geográficas eran adversas y podíamos ser detectados fácilmente por las fuerzas represivas y muy probablemente eliminados sin darnos posibilidad de rendirnos. En consecuencia optamos por rendirnos en el aeropuerto, exigiendo las máximas seguridades posibles consistentes en hablar con el periodismo para que el pueblo verificara que estábamos vivos y en óptimas condiciones, la presencia de un juez y la de un médico. (…)
“El oficial de Infantería de Marina que dirigió las fuerzas de la dictadura en el aeropuerto, y ante quien nos rendimos formalmente, era el capitán Sosa”, relató la víctima al comenzar su relato.
Luego, Haidar contó cómo fue el alojamiento en los calabozos de la base y el trato que recibieron. Primero indicó que las distribución de los 19 detenidos en las celdas fue la siguiente: Pujadas, Astudillo y Capello; Ulla, Suárez y Mena; Sabelli, Villarreal y Senger; Bonet y Toschi; Pólit y Del Rey; Camps y Delfino; Kohon y él; y Lea Place y Lesgart.
“El primer día (el martes 15 de agosto) el trato que nos dan es bueno, tanto es así que nos dejan durante todo el día el colchón y las mantas, hecho que no volverá a repetirse en los días siguientes. Sin embargo el buen trato dura poco”, continuó.
Según Haidar, al día siguiente llegó el capitán Sosa. “Se dirige a nosotros con un tono muy agresivo diciéndonos, por ejemplo: << La próxima no habrá negociación, los vamos a cagar a tiros>>. (…)
“La noche del día miércoles (por el 16 de agosto) aparece por primera vez el oficial Bravo (…). Este oficial es el que observa la conducta más agresiva hacia los prisioneros. La noche del jueves nos quita los colchones y nos inflige castigos, como por ejemplo, apoyar la punta de los dedos contra la pared, con el cuerpo inclinado en posición de cacheo y tenernos así durante un largo rato, hacernos acostar en el piso completamente desnudos, también por largo rato, etc. (…) Los interrogatorios se hacen todas las noches a partir de la madrugada del jueves entre las dos y las cinco de la mañana. (…)
“A partir del jueves, Mariano Pujadas es maltratado especialmente. En una oportunidad, el oficial Bravo lo obligó a barrer el pasillo completamente desnudo.
“Nunca nos sacaban a todos juntos de las celdas, salvo en dos oportunidades (…) El día lunes (21 de agosto) a las 10.30 fue la primera vez que nos sacaron a todos juntos de las celdas y nos hicieron formar en tres grupos mezclados con soldados con ropas civiles en el hall de la guardia. Estaba presente el juez (Federal Jorge V.) Quiroga. Allí se realizaron reconocimientos en rueda de presos...
Fuente: La pasión según Trelew, de Tomás Eloy Martínez.