1969: El Cordobazo - Parte II*

*Basado en un texto de Julio Godio.

 Las consecuencias del “Cordobazo” fueron muchas, una de ellas, la ruptura de la sociedad cordobesa con la cultura sindical peronista tradicional, lo que permitió el inicio de un proceso de sustitución por otras culturas obreras de izquierda y articuladas en la práctica de la democracia sindical

 Respecto de los cambios en los métodos de lucha se pudo observar que las ocupaciones de establecimientos fueron sustituidas por asambleas autoconvocadas, los paros fueron activos y con abandono de los lugares de trabajo, las movilizaciones se hicieron callejeras y hubo un reestablecimiento del rol organizador de las comisiones internas y cuerpos de delegados.

 En cuanto al plano ideológico, el “Cordobazo” produjo la emergencia de una cultura sindical clasista articulada en genéricas ideas socialistas. Hasta 1968, la actividad sindical había tenido por escenario los despachos oficiales y las gerencias de las empresas, mientras que a partir de 1969 descendió a los galpones fabriles y se volcó a las calles.

 A partir de 1946 y hasta 1968, el sindicalismo argentino había utilizado fundamentalmente el peso numérico de sus cotizantes para introducirse en el juego de las fuerzas que regían las relaciones entre los factores de poder en la cúpula social y política, pero a partir de 1969, la participación de las bases comenzó a resurgir, desbordando frecuentemente a dirigentes y aparatos.

 Respecto de Córdoba, la primera consecuencia en el movimiento sindical local fue la conquista por el clasismo de la dirección de los sindicatos de la empresa FIAT. 

 La segunda consecuencia fue que se produjo un nuevo corte en el sindicalismo en el que hasta entonces existían dos regionales: la CGT regional “ortodoxa” que se mantenía neutral entre ambas CGTs y la CGT legalista que se alineaba con la CGT Azopardo.

 Esta nueva realidad desembocó en la segunda mitad del 69´ en la conformación de una coordinadora integrada por 40 organizaciones sindicales lideradas por corrientes combativas y clasistas que se convirtió en dirección ejecutiva del sindicalismo cordobés. De esta manera, Agustín Tosco se transformó en el nuevo líder sindical nacional y luego Salamanca.

 A partir de 1969, la resistencia obrera se concentró en el interior del país, permaneciendo relativamente pasivos los trabajadores de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.

 En tanto, fue surgiendo una cultura contestataria de izquierda incluyó a jóvenes provenientes de las clases medias, especialmente estudiantes, que se convirtieron en difusores de estrategias revolucionarias orgánicas.

 Estas estrategias se basaron en el marxismo– leninismo, el maoísmo, el guevarismo y otras ideologías nacionalistas–revolucionarias tercermundistas e interpretaciones del cristianismo revolucionario y la Teología de la Liberación.

 El período entre 1969 y 1972 marcó el surgimiento y consolidación de nuevos agrupamientos político-militares que desarrollaron las principales actividades guerrilleras en el país.

 Estas organizaciones fueron: el Partido Revolucionario de los Trabajadores - Ejercito Revolucionario del pueblo (PRT- ERP), de origen trotskista pero evolucionando hacia las teorías guevaristas y de raíz vietnamita; las Fuerza Armadas Peronistas (FAP), las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Montoneros.

 Las FAR se iniciaron en un campo más bien marxista aunque luego se acercaron al peronismo hasta fusionarse con Montoneros, la organización más poderosa de todas en cuanto a poder de convocatorio y de acción tanto en el ámbito político como militar.

 También se desarrollaron dentro de este clima de cultura contestataria de izquierda nuevos partidos marxistas-leninistas, como el Partido Comunista Revolucionario (PCR) y Vanguardia Comunista (VC).

 Ante esta situación, la dictadura militar, erosionada por la carencia de apoyo social, cuestionada políticamente por la movilización popular y debilitada por la escisión interna en el Ejército al emerger el lanussismo opuesto al nacionalismo integrista, comenzó a partir del 69´ a aplicar una táctica de retirada ordenada.

AA
Diciembre 2011