Beckham y la batalla mediática

La anteúltima edición del clásico Argentina–Inglaterra comenzó a palpitarse y jugarse fuera de la cancha con mucho tiempo de anticipación. Siete meses antes de que ambas selecciones se vieran las caras en la Copa del Mundo realizada en Corea y Japón en 2002, la rivalidad se puso en marcha nuevamente, tras dos años de haber permanecida dormida.
En la ceremonia del sorteo de los ocho grupos de la primera ronda del Mundial, llevada a cabo en diciembre del 2001 por la FIFA, quedó conformado el llamado “Grupo de la Muerte”, denominación que se le da habitualmente a la zona clasificatoria más difícil. Allí, justamente figuraron argentinos e ingleses.
Esta situación sorprendió a muchos ya que por historia, ambas selecciones debieron haber sido cabezas de serie, es decir que cada una tendrían que haber estado en zonas distintas. Pero dado que la FIFA designó a los dos países sedes como líderes de grupo, Inglaterra quedó desplazada de dicha condición y la fortuna lo llevó a ser parte del grupo liderado por los argentinos.
A medida que el Mundial se acercaba, el clásico ganó en intensidad. La previa se calentó cuando ocurrió un hecho singular que elevó la temperatura emocional en ambos bandos y que llevó a que las primeras jugadas se vieran en los medios de comunicación.
El 10 de abril del 2002, en Old Trafford, el Manchester United recibió al Deportivo La Coruña por los cuartos de final de la Champions League. Para el local jugó la estrella David Beckham y en el equipo español hizo lo propio el argentino Aldo Duscher.
Mientras transcurría el segundo tiempo, Beckham fue a pelear una pelota dividida en la mitad del campo y se encontró con Duscher, quién también fue a pelear por el balón. El argentino le cometió una infracción al inglés que le provocó la fractura del quinto metatarsiano del pie izquierdo.
Como faltaba poco menos de dos meses para la Copa del Mundo, toda Inglaterra se convulsionó ante la posibilidad de sufrir la ausencia de su estrella, el Spice Boy, como llaman en las islas británicas por ser el esposo de Victoria Adams, ex cantante del grupo pop Spice Girls.
Toda la furia británica recayó sobre Duscher a quien los medios ingleses acusaron de haber actuado con mala fe. Es más, The Sun volvió a utilizar el famoso “animal” para calificar al futbolista argentino e instó a la población para que rezaran por la recuperación del volante del Manchester: “Millones esperan para que la mano de Dios mejore su pie”, tituló.
Las provocaciones británicas tuvieron su respuesta en Argentina. El diario deportivo Olé, que se caracteriza por su enfoque sensacionalista e irónico, publicó una nota sobre Beckham con el título de “El Paciente inglés”, comparando la lesión del volante con una película de Hoollywood donde el protagonista es gravemente herido en la Segunda Guerra Mundial.
Ante tanta conmoción, Duscher se comunicó telefónicamente con Beckham para pedirle perdón. En dicho diálogo el argentino se disculpó por lo sucedido y le aclaró que nunca tuvo mala intención, cosa que el volante del Manchester entendió enseguida. “Quedate tranquilo y no te preocupes. Ahora lo que hay que evitar es que se mezclen problemas entre los dos países”, respondió el inglés.
Pero ya era demasiado tarde para preocuparse por ello ya que en Inglaterra los medios comenzaron a decir que la lesión fue premeditada y amenazaron con lastimar a Juan sebastián Verón, una de las figuras de la selección argentina, que también militaba en las filas del Manchester.
Había una clara sed de revancha, que convirtió a Beckham en el Dios futbolístico de Gran Bretaña y con ese mote fue visto por los ojos de la FIFA, que a modo de excepción, le otorgó a Federación Inglesa la posibilidad de modificar su lista de buena fe para el Mundial en caso de que Beckham no se recuperara y no pudiera ser parte del plantel.