IX

Las pruebas y las condenas
Luego de la ronda de testigos y las declaraciones de sólo dos de los imputados, el debate pasó a la etapa de alegatos en las que la fiscalía pidió 27 años de prisión para Bonafoi, 15 para Campos, 20 para Soto y 12 para Kamara 12. En tanto, no acusaron a Thieck.
Los fiscales sostuvieron los vehículos utilizados por la banda fueron los dos Volkswagen Gol de la agencia de Soto, quien los había entregado a dos de los imputados en su domicilio.
Ambos autos fueron vistos a las 9 del día del robo pasar por los controles policiales de la ruta de Villegas y hacia Bariloche. En uno de ellos iba Campos junto a Bonafoi y en el otro Anzuelo con un hombre no identificado. Y los dos vehículos, uno color gris y el otro blanco, fueron devueltos el mismo día en la agencia.
Respecto de Bonafoi y Anzuelo, los fiscales señalaron que fueron los dos principales autores materiales del robo. Sobre el primero, señalaron que es joven, atlético y delgado, fisonomía que se comparece con la que describieran siete de las 9 víctimas.
También que tenía un hablar campechano, propio de alguien de poca instrucción. Los testigos señalaron que podría tener una tonada chilena y la fiscalía escuchó hablar a Bonafoi en un medio de comunicación y reconoció esos patrones.
Dentro de la casa, este sospechoso era quien tenía un accionar más movedizo. Tenía un grado alto de toma de decisiones, pero siempre por debajo de Anzuelo.
Para los fiscales, Bonafoi fue durante el robo el ladrón que estuvo vestido de “Hombre Araña” y, en ese sentido, recordaron que Rey dijo que le dio de fumar y que los análisis genéticos de dos colillas de cigarrillos secuestradas en la casa Saguar coincidieron en un 99,9 por ciento con el ADN del imputado.
Sobre Campos, la fiscalía argumentó que, al ser el único sospechoso residente en El Maitén, fue quien se encargó de realizar la inteligencia previa para concretar el asalto. Por eso estudió todos los movimientos de los Saguar y los Rey, y el día anterior al hecho viajó a Bariloche para reunirse con el resto de la banda y, en especial, a buscar uno de los autos de Soto.
Campos era un hombre humilde, que vivía con 20 o 30 pesos por día, por lo que le hubiera resultado económicamente imposible alquilar uno de los vehículos en el que regresó a El Maitén, trayecto en el que, según él mismo aseguró ante la Justicia, se encontró a Bonafoi haciendo “dedo” en la ruta.
La situación de Kamara era relativamente distinta. El acusado sostuvo que a Bonafoi y Anzuelo los conocía desde hacía tiempo y que tres días antes del robo estuvieron en su casa, donde el segundo de ellos regresó después del asalto en un Gol gris, le dejó un bolso y le dijo que se iba a Comodoro Rivadavia.
El hecho de que los delincuentes que actuaron en El Maitén fueron cinco y que antes de llegar a Bariloche en la ruta fueron visto cuatro coincidía con la sospecha de que a Kamara lo dejaron en el camino, justamente en El Bolsón.
Finalmente, Bonafoi, Soto y Campos fueron a condenados a 16, 10 y 9 años de prisión, respectivamente, y Kamara resultó absuelto, por los delitos de privación ilegal de la libertad agravada y robo calificado.