Estado y alianzas en la Argentina 1956-1976*

El capitalismo argentino, al igual que en el resto de América Latina, creció al ritmo de la incorporación de algunas de sus regiones dedicada a la exportación de productos primarios. Fundamentalmente, el gran control del principal recurso productivo, la tierra, quedó en la pampa argentina y Uruguay en manos de una burguesía local.

 Mientras que el enclave y la plantación quedó en manos del capital internacional, la hacienda en la oligarquía poco capitalista. Y esto llevó a que la burguesía pampeana y uruguaya acumulara capital y pusiera en emergencia un sector urbano, comercial e industrial.

 En el caso de Argentina, a diferencia de lo ocurrido en el resto de América Latina, las exportaciones de cereales, lanas y carnes cubrieron la mayor proporción del territorio nacional.

 Entre 1930, a partir de la crisis mundial surgida con la gran  depresión de los EE.UU., y 1945, el fin de la Segunda Guerra Mundial, se desarrolló una incipiente burguesía industrial favorecida por una fuerte demanda de trabajo y que comenzó a acercarse a la internacional.

 Hasta este momento, el rol del Estado era mínimo, por lo que fue la burguesía pampeana y sus prolongaciones urbanas las que crearon una especie de Estado democrático fraudulento, que se dio en los 30’, la denominada “Década Infame”.  De esta manera, este sector productivo ganó poder político, además del económico.

 Pero este Estado liberal argentino no sobrevivió a la crisis de los 30`, aunque luego sí se recuperó más fácil y rápidamente que el resto de los países latinoamericanos. Y así, hubo un nuevo impulso de industrialización sustitutiva de importaciones en el que se incorporó gran parte de los trabajadores de las regiones no pampeanas.

* Basado en un texto de Guillermo O ´Donnel.