El 2 de junio el Comité de Seguridad Deportiva resolvió que los partidos entre Boca y River por la Copa se iban a disputar a las 15.30 del 10, en la Bombonera, y a las 15 del 17, en el Monumental. Con la presencia de los representantes de los cuatro miembros (Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Secretaría de Deporte de la Nación, Policía Federal y Programa de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos), el organismo ratificó su decisión de no permitir que los encuentros fueran de noche ya que eran “alto riesgo”.
Esta medida generó una fuerte oposición de las emisoras de televisión que iban a perder mucho dinero con el ráting de la tarde y de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF) que envió una carta al Comité apoyando que los partidos fueran de noche,
“Tienen que jugar en horario nocturno por exigencias de la televisión. Hay mercados muy importantes, como la costa oeste de los Estados Unidos y México, donde es imposible que los partidos vayan de tarde”, confirmó Eduardo Deluca, secretario de la Conmebol o CSF.
Ante semejantes rechazos, se abrió otra alternativa que si permitía los partidos de noche pero sin público visitante para garantizar mayor seguridad en los estadios.
Sin embargo, la última palabra oficial la iban a tener los dirigentes de Boca y River ante la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que según el reglamento, sólo ellos podían avalar una de esas dos medidas.
Macri aprovechó la ocasión para enviar un mensaje político que excedía el ambiente del fútbol. “No poder programarse en Buenos Aires un partido nocturno sería enviarle un mal mensaje al mundo. Como que en la Argentina la dirigencia deportiva no es capaz de organizarlos. Cuando, en realidad, el mensaje que debemos pasar es que en la Argentina se está combatiendo la inseguridad y que entre funcionarios y dirigentes la estamos desterrando”.
Finalmente, la tarde del viernes 3, los dirigentes de ambos clubes le enviaron la nota al Comité de Seguridad, condición que había puesto el Prosef en la que coincidieron en que los encuentros se jugaran de noche y sin público visitante.