Nelson Aguirre, miembro del comité Almirante Brown del PO fue uno de los compañeros de Ferreyra que resultó herido en el mismo hecho y el 16 de agosto declaró como el primer testigo del juicio.
“Había dos patrulleros de la (Policía) Federal (estacionados) en 45 grados, pero cuando comenzó la agresión y nosotros intentábamos desconcentrarnos, ya no estaban”, indicó.[1]
Respecto del momento en que fue herido de un tiro en la pierna derecha y otro en el glúteo izquierdo, el testigo señaló: “Alcancé a ver que avanzaba agazapado un hombre con un arma (de puño) al que no conozco pero era de mi misma contextura física, de pelo corto y vestía una chomba o una camisa de mangas cortas, celeste o gris”.[2]
Aguirre contó que a pesar de haber sido baleado alcanzó a auxiliar a su compañera Elsa Rodríguez que presentaba un tiro en la cabeza. “Estaba tirada con mucha sangre y parecía muerta, por eso la cargamos primero en la ambulancia} que también me cargó a mí y a Mariano”, añadió.[3]
Luego, con la ayuda de una maqueta, Aguirre detalló que la guardia de Infantería de la Policía Bonaerense que seguía la marcha de los tercerizados cruzó el Puente Bosch -que separa Avellaneda de la Capital Federal- y que “en vez de impedir que los ferroviarios apostados sobre las vías” les “tiraran piedras” cuando ellos caminaban “por abajo”, les dispararon “balas de goma”.[4]
“Formamos un cordón de seguridad para que se alejaran hacia avenida Vélez Sarsfield los más viejos y muchas mujeres con chicos y nos defendimos con lo que pudimos”, explicó Aguirre y en ese sentido precisó que utilizaron “las piedras” que les arrojaban y las que “había en el suelo”, y “palos” que habían “llevado en una bolsa”.[5]
Por su parte, el defensor de Uño, Oscar Igounet, opinó ante el tribunal que él consideraba que no se había tratado de una agresión sino de “una gigantesca gresca en la que hubo un aparato desplegado por el PO y otras organizaciones para provocar, y una defensa, acaso excesiva”.[6]
A raíz de este comentario, Claudia Ferrero, una de las abogadas de la querella, discutió con el letrado defensor, por lo que el presidente del tribunal, Horacio Díaz, obligó a ambos a retirarse del recinto.