VI

El principal sospechoso
Natalio Galante era para la familia Gullo el principal sospechoso en el caso del crimen de Noelia. El círculo íntimo de la víctima sostenía que el muchacho no decía toda la verdad y desconfiaban de su estilo de vida y, en especial, de sus amistades.
La madre del joven, María Galante, cansada de escuchar cómo apuntaban con el dedo a su hijo salió a defenderlo públicamente: “A mi hijo lo quieren quebrar, pero no van a poder porque dice la verdad”.
La mujer vivía en su casa de Bosques junto a sus dos hijos y su esposo. Desde la puerta de la vivienda se podía ver el edificio de dos plantas del colegio donde Natalio había conocido a Noe.
María recordó que tras terminar la escuela, Natalio comenzó a trabajar como remisero y que en el último tiempo su pareja actual en realidad era una adolescente del barrio y no Noelia.
La mujer dijo que la noche del crimen, su hijo estuvo junto a su novia viendo películas y que luego salió su auto para llevar a la chica a su casa. Marta aseguró que no sabía cuáles eran los planes de Natalio para más tarde pero en el camino de regreso se desvió y terminó siendo víctima de una “fatalidad”.
“Se trató de un robo en un lugar inseguro y con un final trágico”, sostuvo Marta, quien responsabilizó del crimen a “la inseguridad”.
La madre del joven dijo que Natalio y Noelia salían pero como amigos porque su hijo era “bueno, alegre y simpático, al que todos querían”.
Los cruces telefónicos analizados por los investigadores situaron a Natalio llamando a las 2:30 del lunes a su casa desde el celular de Noelia y, de acuerdo a Marta, en esa comunicación su hijo le dijo que estaba yendo a dormir aunque no le aclaró donde estaba.
Para los investigadores, la declaración del chico concordaba en todo, salvo algunos detalles que por entonces no alcanzaban para cambiar el papel de víctima que ocupaba en la causa y por ello lo convocaron para que participara de la reconstrucción del hecho que se había suspendido cuando se halló el cadáver de Noe.
La explicación de Natalio sobre cómo escapó de su automóvil en el que había sido encerrado por el supuesto asesino fue el punto clave que analizaron los detectives.
De acuerdo al relato minucioso del chico, primero cerraron la tapa del baúl con él adentro, luego levantó por la mitad el porta revistero -que se dobla en dos tanto desde dentro del baúl como desde el asiento- y metió la mano, destrabó los dos retenes del asiento trasero, reclinó el respaldo hacia adelante y finalmente salió.
Parecía inverosímil esa secuencia de hechos, pero Natalio la realizó delante de los funcionarios policiales y judiciales que estuvieron en la reconstrucción por lo que las dudas sobre ese punto quedaron casi disipadas.