19- Mundial México 1986: Argentina 2-1 Inglaterra, 4tos. de Final.


Disputado el 22 de junio, en el estadio Azteca de México DF, ante 114 mil espectadores y con el arbitraje de Ali Bennaceur, de Túnez.

- Argentina: Nery Pumpido; Oscar Ruggeri, José Brown, José Cuciuffo, Julio Olarticoechea, Sergio Batista, Ricardo Giusti, Jorge Burruchaga (Carlos Tapia 75´), Héctor Enrique, Diego Maradona y Jorge Valdano. DT, Carlos Bilardo.

- Inglaterra: Peter Shilton; Gary Stevens, Kenny Sansom, Glenn Hoddle, Terry Butcher, Terry Fenwick, Peter Reid (Chris Waddle 64'), Trevor Steven (John Barnes 74'), Steve Hodge, Peter Beardsley y Gary Lineker. DT, Bobby Robson.

- Goles: Maradona (51 y 54) y Lineker (80).

- Inglaterra había terminado segunda en el Grupo F, detrás de Marruecos y vencido a Paraguay en octavos. El partido de cuartos fue ampliamente favorable al equipo argentino que, si bien no pudo marcar las diferencias en el primer tiempo, tuvo el dominio absoluto del desarrollo de las acciones del juego. Sin embargo, lo mejor llegaría recién en el complemento. A los 6 minutos del segundo tiempo llegó el primer gol de Maradona. Este encaró y tocó para Valdano, que quiso devolverle el pase pero Fenwick se interpuso. El rebote salió hacia atrás y el Diez fue a buscarlo. Saltó con Shilton a la altura del punto de penal y con su puño izquierdo metió la pelota en el arco ¿Gol?, si, ya que el árbitro tunecino Ali Bennaceur no vio la infracción y corrió hacia la mitad de la cancha mientras los ingleses protestaban. Para los argentinos fue un gol de “vivo”, una “picardía”. Hasta el propio Maradona sostuvo que se trató de un gol marcado por “la mano de Dios”, mientras que los ingleses lo vivieron como un insulto y hasta el día de hoy lo ven como un puñal en la espalda.
Luego, cuatro minutos después vino otro gol que todos recordarán por siempre. Maradona corrió
53,5 metros en 10,6 segundos con la pelota pegada a su pie izquierdo. En el camino eludió a cinco rivales, incluido al arquero y marcó el 2 a 0.
Así lo vivió su autor: “Yo arranqué atrás de la mitad de la cancha, sobre la derecha, la pisé, giré y pasé entre Beardsley y Reid. Ahí me puse el arco entre ceja y ceja. Con un enganche hacia adentro lo pasé a Butcher y a partir de ahí me empezó a ayudar Valdano. Porque Fenwick, que era el último, no me salía; lo esperaba a él, esperaba la descarga hacia adentro, que era lo lógico. Si Fenwick me salía yo se la daba a Valdano y el quedaba solo contra Shilton. Pero Fenwick no me salía, yo lo encaré, amagué para adentro y me fui por afuera, hacia la derecha.
Yo sigo y ya lo tenía a Shilton de frente; estaba en el mismo lugar que en aquella jugada en Wembley. Iba a definir de la misma manera pero Dios me ayudó, me hizo acordar. Hice así, tic y Shilton se comió la gallina. Entonces llegué al fondo y le hice tac, adentro. Al mismo tiempo Butcher, el grandote rubio, que me había alcanzado de nuevo ¡me pegó un patadón! Pero no me importaba nada, nada de nada. Había hecho el gol de mi vida”. De hecho,
la FIFA lo eligió como el mejor gol de la historia de los mundiales.
Inglaterra se repuso del 2-0 gracias al aporte del ingresado John Barnes y emparejó las acciones. El moreno delantero desbordó por izquierda siempre y en uno de sus centros Lineker descontó. Sobre el final Inglaterra casi lo empata pero Brown la rechazó el balón en la línea del arco y la mandó al córner. Finalmente Argentina se alzó con la victoria y pasó a semifinales, donde venció a Bélgica
2 a 0 con otras dos obras maestras de Maradona.