Los jugadores de Boca festejaron la victoria ante River con mucha mesura ya que la diferencia de un gol no garantizaba nada de cara a la revancha. Sin embargo, en sus declaraciones a la prensa, el plantel resaltó la importancia de haber triunfado en un encuentro tan decisivo.
"Ganar era lo más importante para nosotros; no nos vamos con bronca porque no hayamos podido sacar una diferencia más grande. Había que ganar y lo hicimos ante un rival tan duro como River", dijo Barros Schelotto.
El “Mellizo” sabía, por su experiencia copera, que esta clase de definiciones eran partidos a 180 minutos. "Todavía no hemos ganado nada y falta un partido más, en el Monumental. Será como una final anticipada, porque ellos buscarán revertir el resultado. Veremos qué pasa, pero nosotros estamos confiados y eso es importante", dijo.
Sobre el juego brusco que generó incidentes, Barros Schelotto utilizó su típico discurso de guerrilla para atacar a sus rivales. “Varios jugadores de River pegaron de atrás, lo que habla muy mal de ellos. Quisieron llevarnos por delante y no los íbamos a dejar”.
Fabián Vargas fue otro de los pocos jugadores xeneizes que habló con la prensa. "Resultó un partido caliente y muy luchado, donde merecimos ganar por una diferencia mayor. De todas maneras, lo importante era sacar una ventaja en nuestra cancha y cumplimos. Ahora, la obligación de dar vuelta la historia la tiene River", explicó.
En tanto, durante su conferencia de prensa, el técnico de Boca habló primero de los aspectos netamente del juego: "Hay que ser sincero. Muchas situaciones de gol no creamos. Boca jugó mejor en el primer tiempo. Y en el segundo no encontramos un receptor en el área grande para aprovechar los desbordes. Monopolizamos la pelota pero no tuvimos profundidad".
“Once contra once hicimos un gol y dominamos. Diez contra nueve lo puse a Tevez para aprovechar el hombre de más pero no dio resultado", agregó el entrenador.
Sin exageraciones ni generar polémica, Bianchi, como es costumbre, también apeló al sentido común respecto de los incidentes entre los jugadores: “Lo de Roberto no lo vi. No sé como se puede hacer ese corte. Si hay desorden en mi casa, la culpa es mía”.
Sobre las decisiones del árbitro, el Virrey opinó: "Me pregunto por qué lo echaron a Cascini... Parece que un gol que no nos cobraron no fue offside. Y me pareció que fue penal la mano de Coudet. Habría que preguntarle al referí por qué no lo cobró”.
Por su parte, Cascini fue de los más críticos con respecto al arbitraje: “No nos dio un gol válido y un penal que vio todo el mundo. A veces no hay que ver únicamente a los árbitros, sino también a los que están afuera”, expresó en clara referencia al juez de línea Rebollo, quien señaló un inexistente offside en el gol anulado a Calvo.
De la vereda opuesta, Astrada defendió a sus dirigidos de quienes los acusaban de incitadores a la violencia y desleales. “Los jugadores de River pusieron la pierna cuando debían ponerla. Si no hubiera sido así, me habría ido disconforme”, indicó.
El entrenador millonario mostró una visión diferente a la de Bianchi al sostener que su equipo no fue menos que su rival. "En ningún momento del partido Boca fue superior a nosotros. Supo aprovechar esa jugada del centro y la transformó en gol", dijo.
Astrada, además, criticó la expulsión que derivó de la gresca de la etapa inicial. “No entiendo la roja a Gallardo, porque ni siquiera tenía amarilla. Pero había que compensar la expulsión de Cascini”.
Para Claudio Husain hubo injusticia también en el marcador. "Fue un partido bastante luchado, que estaba para cualquiera. Era un empate. Ellos marcaron en una jugada desgraciada nuestra y después vinieron las expulsiones y todo cambió. Igualmente, en River lo podemos dar vuelta", sostuvo el volante.
El volante mostró también una postura casi indiferente a los incidentes, como si fueran algo prácticamente normal: “Creo que el árbitro debió encarar las cosas de otra manera. De cualquier manera creo que son reacciones propias de un clásico caliente”.
Por su lado, Aguilar vio optimista para el partido de vuelta. "Perder no es positivo, pero es una circunstancia. Faltan jugar 90 minutos y River tiene buenos jugadores como para poder dar vuelta la historia. Soy muy optimista para el encuentro de la semana que viene. River aguantó bien el partido pese a jugar gran parte con un hombre menos. Tuvimos posibilidades para empatarlo pero no se dio. Otro gol en contra hubiese sido difícil de levantar. Con este resultado, no es tan imposible. El equipo demostró tener mucho temple en un partido complicado que sacó bien adelante", explicó el dirigente.
También habló como si los incidentes del primer tiempo le pasaran por el costado, como si nada de lo que había sucedido fuera responsabilidad de su club. "A nadie le gusta ver lo que pasó. Pero el que jugó al fútbol, sabe que éste es un deporte sanguíneo y puede haber incidentes como los de esta noche. No hay que magnificar. No fue un momento feliz. No condenó conductas. Pero está en claro que esto no tiene nada que ver con la tradición de River", opinó.
Luego, y sólo contra todos, Martín salió a defenderse: "Yo entré a la cancha con la convicción de que no hubiera juego brusco. Pero a los 5 minutos había dos amonestados y los que pegaron de más son los que se fueron expulsados". Al árbitro se le preguntó si había más jugadores informados y adelantó que no. Y de la única jugada puntual que habló fue la de la mano de Coudet: "Si fue penal, fue culpa mía (de no cobrarlo) y no de (el asistente) Rebollo. Pero no la vi".