La revolución mundial I

Basado en un texto de Eric Hobsbawn.

Los EE.UU. es el único país que salió intacto y hasta más fuerte de las guerras mundiales. En todas las demás naciones, el fin de los conflictos bélicos fue el principio de nuevos problemas.

 En 1914, al comenzar la Primera Guerra Mundial, ya existía una alternativa al viejo mundo encabezada por los partidos socialistas apoyados en las clases trabajadoras, en su mayoría de los países europeos.

 Ya en 1916, el patriotismo guerrero había comenzado a dejar lugar a una intensa hostilidad de las masas ante una matanza inútil. En ese marco se fortalecieron los socialistas, que siempre se habían opuesto a la guerra, y el movimiento obrero organizado en las grandes industrias de armamento comenzó a ser un centro antibelicista.

 Al llegar 1917, utilizando el sufrimiento de la guerra, la revolución rusa dio la señal al mundo para levantarse y sustituir el capitalismo por el socialismo. Se trató de un acontecimiento tan importante como la revolución francesa de 1789.

 En marzo de ese año, cuando la derrota ante Alemania parecía inevitable, el zarismo y el sistema feudal fueron disueltos en Rusia y eso derivó luego en una serie de disturbios sociales que en 1918 alcanzaron también a los cuatro países que finalmente perdieron la guerra, Alemania, Austria-Hungría, Turquía y Bulgaria; donde cayeron los gobiernos.

 Tras la revolución de octubre, y sobre todo a partir de 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundial, la política internacional se centró en la lucha entre las fuerzas del viejo orden contra la revolución social asociada con la Unión Soviética y el comunismo internacional.

 Es que la finalidad de la revolución era instaurar el socialismo en todo el mundo, no sólo en Rusia, que por entonces era un país agrario y pobre, marcado por la ignorancia y el atraso, donde el proletariado propuesto por Marx como el vencedor del capitalismo era una minoría...