IV


 El peronismo redujo la extranjerización de la industria pero ello no implicó una disminución del control foráneo en la producción local porque estos agentes externos dominaban los sectores más importantes, una tendencia que había comenzado a principios del Siglo XX.

 En 1909 ya existían en el país las empresas extranjeras y si bien representaban el 1,3% del capital radicado en Argentina, controlaban sectores claves en el modelo agro exportador como la frigorífica, a través de la firma Swift, la producción de tanino y los talleres ferroviarios.

 Luego, en la década del 20´, se incrementó la radicación de empresas extranjeras, filiales de sus casas matrices, cuyos bienes producidos estuvieron destinados al abastecimiento del mercado interno. Este fue el caso de empresas como Bayer, Ducilo y Chiclets Adams, entre otras.

 Ya en los 30´, hubo un nuevo contexto marcado por la protección arancelaria y restricciones al mercado cambiario que impulsaron la industrialización sustentada en la sustitución de importaciones. En aquel entonces,  el capital extranjero controlaba el 50% del capital industrial, aunque empezaron a surgir las medianas y pequeñas industrias locales que quedaban subordinadas a las otras.

 Durante los primeros años peronistas, la burguesía nacional se expresó, principalmente, en la industria textil y metalúrgica, y terminó por constituir la Confederación General Económica (CGE) que generalmente se opuso a las reivindicaciones de la Unión Industrial Argentina UIA).

 En este puso, cabe mencionar que dentro de la división entre firmas extranjeras y nacionales, hubo una subdivisión. Por un lado, las empresas extranjeras que se radicaron en Argentina a fines del Siglo XIX y que se integraron con la clase local en términos sociales y económicos. Fueron grupos familiares, como Bunge & Born, que tuvieron una presencia destacada en la propiedad y producción agropecuaria pampeana y extra pampeana. Este grupo se destacó por su diversidad de actividades.

 Por el otro lado, dentro de los capitales locales se constituyó un sector vinculado a la oligarquía pampeana y que también tuvo una fuerte diversidad de actividades y una estrecha relación con el poder político.

 En un tercer lugar, se encontraron algunos capitales locales estrechamente enlazados a capitales extranjeros de carácter financiero o de antigua data en Argentina como Alpargatas, relacionada con el grupo Roberts. Estos conformaron la oligarquía diversificada.

 En los 30´, esta fracción tuvo una significativa influencia dentro de las grandes firmas industriales de la época. Y en los 40´, fue este sector de la oligarquía, ante el agotamiento del modelo agro exportador, la alternativa industrial exportadora que planteó el Plan Pinedo en 1938. A diferencia de Perón que luego impulsó una industrialización volcada a abastecer el mercado interno, no la exportación.

 Las políticas del primer gobierno peronista derivaron también en una histórica desconcentración de la propiedad pampeana y, por ende, en un resentimiento de los terratenientes de ese sector a raíz de la misma..

 "Todo parece indicar que la expansión de empresas de capital local se acentuó durante los primeros años del gobierno peronista pero el fenómeno central es que muchas de ellas devinieron en grandes firmas oligopólicas que disputaron el control de diversas producciones con las otras fracciones empresariales", sostiene Basualdo.