Entradas y medidas de (in) seguridad: Parte IV

Como si este primer superclásico no hubiera generado polémicas, el remanente de 3.000 entradas que sufrió Boca –algunos dirigentes dijeron que sobraron hasta 10 mil- puso en evidencia las deficiencias políticas que manchaban el fútbol argentino.
El vicepresidente de Boca, Pedro Pompilio, criticó la decisión de que los partidos se jugaran sin hinchada visitante como una manera de explicar lo inexplicable: "Lo sucedido merece un replanteo de todo el mundo. El fútbol no se merece esto. Estamos deteriorando el espectáculo. Sobraron 3000 entradas. Esto es increíble”.
En tanto, por los pasillos de la AFA nadie apoyaba esta política de seguridad para organizar partidos. "Tenemos una intervención encubierta, esto es una dictadura", gritó uno de los dirigentes. Según ellos, "no se puede jugar el día que ellos decidan y a la hora que ellos quieran. No puede ser que al fútbol argentino no lo manejemos”, fue el comentario que se oyó por esos días.
Por su parte, en River, las 3.000 plateas disponibles, más unas pocas populares y el remanente de lo devuelto por las filiales de todo el país fueron era puestas a la venta a partir del lunes 14 de junio a las 10. Es que en el Monumental de Núñez, el sábado 12 y domingo 13 sólo se vendieron los boletos para el partido con Lanús por el Clausura.