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La mañana del 18 de noviembre la señora Roberts, muy preocupada, fue junto a Jorgelina, que trabajaba como abogada y conocía como proceder en estos asuntos penales, hasta la comisaría 1ra. Nobleza para denunciar que su familia no había llegado al pueblo la noche anterior, como estaba previsto.
Tras la denuncia policial, la causa por “averiguación de paradero” recayó en la fiscalía de Susana Magoo.
- Parece como si se los hubiera tragado la tierra doctora- le manifestó la amiga de Gisela a la fiscal.
- Estamos cotejando información con la policía de toda la zona y por el momento no hay ningún indicio de dónde pueden estar- le respondió la instructora judicial – Pero quédense tranquilas, que estamos haciendo todo lo posible e investigando los días previos a la desaparición.
En su declaración judicial, Jorgelina contó que se había comunicado con su amiga el día anterior a la tarde. “Chateé con ella por Facebook A las seis y media salieron, yo pensé que iba a ser más temprano. La idea inicial era partir a la mañana. Calculo que se habrán retrasado", sostuvo la letrada.
Jorgelina también ratificó que Gisela había dejado a su hijo adolescente en Piedrabuena. "Ella era una madraza. Si se hubiera fugado no lo habría dejado", declaró.
Consultada de si su amiga tenía problemas con alguna persona, respondió: "Ella no conoce la palabra enemigo".
La testigo contó que Federico se había quedado sin trabajo en mayo pero “no tenían deudas".
Por su parte, la hermana de Federico también declaró ante la fiscal Magoo y contó sobre la situación laboral del hombre.
“No se qué pasó. No se qué pensar. Mi hermano estaba desocupado pero el tenía una entrevista de trabajo. Tenía muchas expectativas. La casa de Piedrabuena está en venta porque él quería volver acá", contó desconcertada, Adriana Pumba.
La mujer si admitió que el matrimonio tenía que afrontar un crédito hipotecario para poder terminar la casa pero, al igual que Jorgelina, negó que tuvieran deudas.
La fiscal Magoo ya estaba analizando todas las llamadas y mensajes entrantes y salientes de los teléfonos celulares de Gisela y de Federico en busca de pistas.
Pero también le preocupaba saber si, efectivamente, los Pumba había tomado la ruta 7 para dirigirse a Nobleza, ya que había un camino alternativo, por la 41.
Por eso ordenó a la policía buscar las imágenes de las cámaras de video que hay en los peajes de esos dos caminos para ver si había indicios del Corsa gris en el que se movilizaba la familia.