VII

El quiebre
El fiscal que investigaba el crimen de Diego prácticamente cerró a mediados de julio la instrucción de la causa a partir de la confesión de uno de los detenidos que provocó un quiebre definitivo en la pesquisa.
El sospechoso confeso fue Carlos, quien declaró que todo había comenzado cuando él, José y Walter –los otros dos detenidos- estaban fumando marihuana y tomando bebidas alcohólicas dentro de “Invasión” y comenzaron a pelearse con Diego y sus amigos.
Al parecer, la riña se originó a partir de rivalidades de barrio e incluyó insultos y empujones, hasta que los patovicas echaron a todos los involucrados.
Según Carlos, los dos grupos continuaron la pelea en la calle, donde él y sus amigos persiguieron a Diego durante dos cuadras hasta que lo alcanzaron y golpearon brutalmente.
El sospechoso admitió que él golpeó a la víctima pero no que le provocó la muerte ya que contó que fueron sus dos amigos los que siguieron pegándole a Diego cuando éste ya estaba tirado en el piso. Es más, Carlos indicó que fue Walter el que asfixió a Diego mientras José le robaba la billetera y las zapatillas.
El fiscal consideró creíble el relato de Carlos ya que, por más que intentó desvincularse del crimen, sus dichos sobre la posición en que quedó el cuerpo de la víctima coincidieron exactamente con la que fue hallado.
Tras el testimonio aportado por este sospechoso, la Justicia de garantías no tuvo a fines de julio problemas para procesar a los tres imputados con prisión preventiva.