Justicia para Marcos

El comienzo del juicio por el crimen de Marcos fue la primera vez que Cozza estuvo frente a frente con los padres de la víctima. Las audiencias comenzaron a mediados de octubre de 2005, en los tribunales de San isidro, ante una gran expectativa del público y de la prensa.
Fuertemente custodiado y esposado, vestido de traje color gris oscuro y camisa blanca, con sus anteojos y el pelo arreglado y más claro, el empresario gastronómico se sentó en el banquillo de los acusados con sus conocidos y constantes cambios en la expresión de su rostro. Por momentos se lo vio tranquilo y relajado como sabiéndose inocente o, por el contrario, consciente de su culpabilidad, y, por otros, con cara de loco.
Esto obedecía a la estrategia de sus abogados defensores, que intentaban demostrar que su cliente se trataba de una persona que supuestamente sufría de problemas psiquiátricos que, en definitiva, lo convertirían en un acusado inimputable.
Primero, el acusado respondió de manera distraída a las preguntas que le hizo el secretario del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 para acreditar su identidad.
Luego, las expresiones faciales de Cozza fueron cambiando de forma independiente al desarrollo de casi nueves horas de la primera audiencia del juicio oral en la que se destacaron los testimonios de las dos jóvenes que acompañaban a Marcos a bordo del remis atacado a balazos.
Paula, una mujer alta, vestida de jeans, saco blanco y botas de cuero marrones, relató que la noche del crimen fue la quinta vez que ella y su amiga Gisella habían ido a Dallas.
Contó que en esa ocasión, durante hora y media, Cozza le dio una especie de monólogo poco coherente y que, mientras intentaba seducirla, le ofreció trabajo como su secretaria. En medio de una conversación en la que se reía sin sentido, Paula dijo que el empresario le obsequió una copa de champagne y le contó que estaba escribiendo un libro sobre la vida de Jesús.
Esta última información reforzaba la hipótesis de la defensa respecto de la inimputabilidad del acusado por lo que uno de los jueces del tribunal y la fiscal de juicio, la interrogaron a fondo para romper la timidez con el que la muchacha estaba declarando.
El miedo de Paula era más que evidente y quedó reflejado cuando los jueces del tribunal le pidieron que mirara a Cozza para identificarlo y ella dijo que no se atrevía a hacerlo. Sin embargo, la joven señaló al imputado como el hombre que manejaba la camioneta desde la que los atacaron a balazos y dijo que lo vio cuando la 4x4 estaba detrás del auto en el que ella viajaba.
- Me di vuelta y vi que una camioneta nos perseguía. El que manejaba era el dueño de Dallas. Me lo dijo Marcos y lo vi yo. Luego, cuando llegamos a la parte donde la avenida del Libertador se ensancha, la misma camioneta se puso a la par del remís. Tenía el vidrio de la ventanilla semiabierto. Como es más alta no pude ver quién estaba y si la persona que manejaba tenía un arma. En ese momento escuché disparos.
Pero Paula aclaró que en el momento en que se efectuaron los disparos no vio quién disparaba porque la camioneta —a la que también reconoció a través de fotos que le exhibieron— se había puesto a la par del coche y el conductor quedó fuera de su campo visual.
-No sé cuántos disparos hubo. Fueron muy seguidos. Marcos me agarró del pelo para cubrirme. Cuando las detonaciones terminaron, tenía dos balazos en el pie y me faltaban varios mechones de pelo. Todavía sentía la mano fuerte de Marcos. Cuando logré incorporarme, Marcos estaba muerto, tenía tres balazos. Entonces, bajé del remise, miré a Gisella y le pregunté: ¿Lo viste? Era el dueño de Dallas, me respondió.
Finalmente Paula declaró: “Me peleé con Gisella porque en la comisaría no dijo lo que esa vez me dijo a mí”, refiriéndose al momento después del crimen de Marcos cuando las dos jóvenes estaban heridas en la vereda y entre ellas dijeron que el agresor era Cozza.
Respecto de la relación con el empresario gastronómico, Paula contó que ella y Gisella habían conocido al imputado algunas semanas antes de cometido el asesinato en Dallas, donde, a su vez, también vieron por primera vez a Marcos.
La joven indicó que mantuvo con la víctima una corta relación del tipo “amigovios” y no dudó en señalar que ése fue el móvil del crimen.
-¿Por qué cree que mataron a Marcos?- preguntó la fiscal.
-Porque lo vieron besándose conmigo.