IV

El partido finalmente giró en torno al papel de Beckham, porque además de ser el capitán y figura del equipo, David tenía que reivindicarse por la derrota y eliminación en el Mundial anterior. Por eso, tanto la prensa como él lo vivieron de una manera tan especial.
“Esto es una sensación fantástica. Es probablemente el momento más bello de mi carrera. Es una victoria de toda la nación”, dijo Beckham al finalizar el partido y agregó: “Inglaterra jugó de manera brillante un partido durísimo”.
La victoria infló las expectativas de los ingleses, que según The Daily Mirror, antes de enfrentar a Argentina, el 58 por ciento no esperaba que su selección pasara a los octavos de final. Sin embargo, Inglaterra empató con Nigeria 0 a 0 y pasó de ronda.
En el encuentro por los octavos de final enfrentó a Dinamarca y lo goleó por 3 a 0. Pero sus ilusiones se hicieron añicos en cuartos. Allí no pudo con Brasil y finalmente cayó por 2 a 1.
En cambio, Argentina jamás se pudo recuperar de esa derrota. “Con el animo por el piso”, tituló La Nación dos días después del clásico y en vísperas de partido frente a Suecia. Los jugadores argentinos no pudieron levantaron su estado de ánimo y apenas igualaron 1 a 1, por lo que no pudieron clasificar para la siguiente ronda.
De esta manera, Argentina que había llegado como favorita, se volvió a su casa en la primera ronda, luego de 40 años, ya que la última vez que había ocurrido semejante cosa fue en el mundial de Chile en 1962. Vaya casualidad, en aquella oportunidad el equipo argentino también había ganado el primer encuentro, perdido el segundo ante Inglaterra y empatado el tercero.

AA
Junio 2003