Clima de misterio Parte II

Los once titulares de River para enfrentar a Boca en la semifinal de vuelta de la Copa Libertadores estuvieron en duda hasta momentos antes de la iniciación del encuentro. Astrada tenía la formación casi memorizada pero prefirió no darla a conocer públicamente. Las expulsiones de Gallardo y Garcé permitieron a Montenegro ingresar por el “Muñeco” pero abrieron las especulaciones sobre la defensa donde la duda era quién ocuparía el lateral derecho.
La opción convencional, la que no cambiaba el dibujo táctico, era la de Juan Fernández pero surgió en escena el posible ingreso de Coudet como volante derecho y así intentar armar un equipo más ofensivo, con tres defensores y un mediocampista más. De esta manera el centro del campo millonario estaría formado con Coudet bien abierto por derecha, González por izquierda, Mascherano-Husain como doble cinco y Montenegro de enganche.
Lo único que quedó claro tras la práctica del miércoles 16 en el Monumental fue que Tuzzio, en duda por su molestia en un aductor, iba a estar como entre los once titulares. También quedó en evidencia que la autoestima del plantel estaba muy alta, quizá demasiado. Díaz tenía muy presente aquel 3-0 de Boca a River en la copa de 2000 y vaticinaba un resultado así pero a su favor. “Sí, eso del 3 a 0 se puede dar. Estamos muy tranquilos. River es un buen equipo y debe demostrarlo. Confío en el plantel y en la capacidad de estos jugadores”, sostuvo el ayudante técnico millonario.
El panorama en las trincheras del rival era similar. Si bien la formación titular estaba casi confirmada, reinaban la tranquilidad y la confianza. El entrenamiento del aquel día se diluyó sin declaraciones polémicas y con una práctica en la Bombonera en la que se ensayaron jugadas con pelota parada. También hubo un picado informal y después llegó el turno de los trabajos ofensivos y defensivos.
El único hombre del ambiente boquense que habló con la prensa fue el delantero el “Chelo” Delgado, ex futbolista del club con el que había sido campeón en la Libertadores 2000, 2001 y 2003. “Boca pasa a la final”, sostuvo con una seguridad absoluta.
Los titulares, que vistieron pecheras rojas, fueron: Abbondanzieri, Perea, Schiavi, Burdisso, Rodríguez, Ledesma, Villarreal, Vargas, Cagna, Tevez y Barros Schelotto. La formación inicial parecía clara pero Bianchi no la confirmó públicamente.
Ledesma, tal como se venía especulando, fue la sorpresa del técnico para la revancha. El pibe de La Falda, Córdoba, con sólo 20 años hacía dos que había llegado a Boca luego de sus inicios en Talleres, donde debutó en Primera el 27 de marzo de 2002. Ese día el equipo cordobés enfrentó a Chicago y perdió 1 a 0 pero Ledesma cumplió su sueño al ingresar al inicio del segundo tiempo por Pronetto.
En total, Ledesma tenía 5 partidos en la máxima categoría, 3 de ellos en Boca, sin embargo, a pesar de su poca experiencia, el destino le aguardaba un rol más que importante para la revancha.