Višegrad es un pequeño municipio de Bosnia oriental, ubicado junto al río Drina, cerca de la frontera con Serbia y en un camino estratégico entre Belgrado y Sarajevo. El 19 de mayo de 1992, los líderes serbios locales establecieron la “Municipalidad Serbia de Višegrad” y comenzaron con una de las campañas más notorias para expulsar a la población musulmana. Entre mayo y junio de ese año, hombres, mujeres y niños bosnios fueron ejecutados en varios puentes sobre el Drina. Uno de esos hechos ocurrió el 7 de junio, cuando cinco musulmanes bosnios fueron asesinados y otros dos sobrevivieron al fingir que estaban muertos. Una semana después, más de 60 pobladores no serbios murieron en el denominado “incidente de Pionirska Street”, y el 27 de junio unas 60 mujeres, niños y ancianos musulmanes murieron tras ser encerrados en una casa que luego fue incendiada intencionalmente.
En ese marco, Milan Lukic fue líder de los grupos paramilitares serbios de Bosnia llamados “Águilas blancas” y “Los vengadores” que actuaron en Visegard. En 2005 fue detenido en Argentina y en 2009 lo condenaron a prisión perpetua por asesinato, torturas, persecución política, racial y religiosa y exterminio. Para la Justicia, Lukic fue el autor de la masacre cometida sobre el Drina el 7 de junio del 92' y le atribuyeron 53 homicidios de la calle Pionirska y 70 cometidos en un hecho ocurrido en la villa Bikavac, donde le colocó explosivos a una vivienda repleta de persona. Además, lo responsabilizaron de haber asesinado a varias mujeres en el barrio Potok de Visegard y de haber golpeado a los detenidos en el campo militar de Uzamnica.
Por su parte, Sredoje Lukic fue oficial de policía e integró los grupos paramiltares liderados por su primo Milan Lukic. Lo detuvieron en 2005 y en 2009 lo condenaron a 30 años pero en 2012 le redujeron la pena a 27.
Mientras que Mitar Vasiljevic también fue miembro de las “Águilas Blancas” y en 2004 lo condenaron a 15 años por los asesinatos de los cinco musulmanes bosnios sobre el río Drina.
Vitez está situado en el valle de Lašva, en el centro bosnio, donde el 16 de abril de 1993, las fuerzas del CDC, incluyendo una unidad especial llamada los “bromistas”, llevó a cabo un ataque sorpresa en varios pueblos de este municipio. Durante la ofensiva, las tropas croatas mataron a más de 100 campesinos, incluyendo mujeres y niños, destruyeron casas y sacrificaron el ganado, obligando así a todos los demás pobladores a abandonar su territorio. Además, cientos de civiles musulmanes fueron alojados en distintos centros de detención, como el complejo de cine Vitez y la escuela primaria de Dubravica, donde los prisioneros fueron maltratados por los guardias y en ocasiones llevados a la batalla y utilizados como escudos humanos.
Abdulah Ahmić nació en Ahmići, un pueblo de croata-musulmán del municipio de Vitez, donde los bosnios eran mayoría, y declaró ante el TIPY en el juicio a Dario Kordić y Mario Čerkez.1
El testigo indicó que antes de la guerra las relaciones entre croatas y musulmanes en Ahmići habían sido “relativamente buenas” pero que después de las elecciones de 1990, la situación se volvió tensa.
Ya en En 1992, Ahmić comenzó a notar el aumento del número de soldados del CDC que pasaban rumbo a Busovača y Vitez, y que algunos de estos invadieron también su pueblo, por lo que un grupo de musulmanes formaron la Defensa Territorial (DT) para prepararse para los enfrentamientos. El testigo dijo que él y su hermano Muris ingresaron a la DT y que Muris fue el comandante de Ahmići.
En la tarde del 19 de octubre del 92 la DT de Ahmići colocó una barricada para bloquear el paso de las fuerzas de la CDC hacia Travnik, donde ya había estallado un conflicto entre croatas y musulmanes. Esa misma noche, Ahmić, luego de que cuatro policías militares del CDC fueron detenidos y llevados a Vitez, oyó a Kordić amenazar a su hermano Muris: “Retirar la barricada o usted será quemado, sus casas serán incendiadas y morirán.”
Como los musulmanes no quitaron la barricada, los croatas atacaron Ahmići en la mañana siguiente. Las bombas destruyeron casas y establos, y la mezquita de la aldea fue dañada. Unos 60 hombres armados de la DT defendieron el pueblo mientras el testigo dijo ocuparse de evacuar a los civiles.
El ataque duró hasta las 14, cuando los de la DT que custodiaban la barricada se quedaron sin municiones y se retiraron, por lo que las fuerzas croatas entraron al pueblo y confiscaron las armas de los bosnios musulmanes. Y al no haber podido proteger a su comunidad, Muris dejó su cargo de comandante.
Desde este momento y hasta abril de 1993, la CDC controló el pueblo y aumentaron las tensiones entre croatas y musulmanes. “En Vitez, la situación era increíble. Recuerdo que pasé una noche allí y había mucho ruido, rotura de vidrios, disparos, y vi que la situación era terrible en aquel momento. Aplastaron a tiendas que pertenecían a los bosnios. En Ahmići, a menudo explotaban casas, coches y escuchamos otras explosiones que no podíamos explicar y nos perturbaban sucesivamente”, recordó.
El 12 de abril del 93', Ahmić notó que una extraña calma en el pueblo y sospechó que era parte del plan de la CDC para ocultar un ataque inminente. Y así fue. Cuatro días más tarde, el testigo fue despertado a las 5.30 por el sonido de la artillería. Salió a la calle y vio como soldados croatas rodeaban la casa de su vecino y trataban de quemarlo con gasolina. Luego, uno de los agresores, un croata de Ahmići, convocó a otros soldados y los condujo a la casa del testigo donde éste se encerró en la planta alta junto a su padre, madre, tres hermanas, mientras Muris se encontraba en el sótano.
Entonces, Ahmić escuchó una explosión y luego los soldados del CDC “tiraron a la puerta” de entrada de la casa y los llamaron para que abrieran. Cuando su padre lo hizo, los soldados les exigieron la entrega de las armas, a lo que les dieron una granada, lo único que tenían.
Después vio a su hermano Muris tirado en el suelo y advirtió que los soldados le había disparado. “El soldado le ordenó (al padre del testigo) que se pusiera de pie junto a mi hermano. Le hizo dar dos pasos y lo mató de un disparó a la sien”, relató Ahmić.
Luego, el mismo soldado le ordenó al testigo que ser acercara unos pasos y también le disparó pero la víctima movió ligeramente la cabeza y el balazo entró por la sien izquierda y salió por la mejilla derecha, a pesar de lo cual, no murió en el momento, aunque se tiró al suelo fingiendo que había fallecido.
Al cabo de unos minutos, el testigo alcanzó a divisar en el pasillo a su madre y sus hermanas, con sus rostros pálidos, mientras que los soldados pensaron que él estaba muerto y se fueron. Entonces, el herido salió a la calle a buscar ayuda a un convoy de las NU pero fue descubierto por los croatas, por lo que se ocultó en un desagüe.
Se arrastró en el agua durante casi todo el día y por la noche, Ahmić salió de su escondite y vio que muchas casas estaban incendiadas pero ninguna eran de lo croatas y buscó refugiarse del frío y la humedad en una de ellas pero tampoco eran un lugar seguro por lo que se quedó afuera, donde lo soldados se movían de un lado a otro.
Ahmić dijo que se encontraba en medio de una brumosa oscuridad cuando escuchó a su madre que lloraba y decía “mataron a mi esposo y mis hijos”. Y más tarde se enteró que su madre y sus tres hermanas murieron en otra casa en Ahmići a través de una entrevista de la CNN a un comandante británico quien contó que una mujer y sus tres hijas habían sido asesinadas en una vivienda. “No había otras mujeres con más de una hija que podría han sido asesinadas en Ahmići”, recordó.
La mañana siguiente de haber visto a su familia con vida por última vez, Ahmić estaba oculto en una casa cuando fue descubierto por dos policías militares de la CDC. Uno de ellos regresó al vehículo donde se encontraba su comandante y le dijo: “Tenemos un muyahidin capturado. ¿Qué debemos hacer con él?”, a lo que el comandante le respondió: “Bueno, lanzar una bomba y matarlo.”.
Los soldados hicieron como se les dijo, pero Ahmić sobrevivió arrojándose al suelo antes de recibir la explosión de la granada, aunque ésta le provocó la pérdida casi total de la audición de su oído izquierdo.
En esas circunstancias, el testigo otra vez fingió estar muerto y como los soldados miraban desde las ventanas que todo a su alrededor estaba en llamas pero él no, fueron a buscar dinamita. Sin embargo, la víctima escapó antes de que lo hicieran explotar y fue auxiliada por vecinos que los llevaron al cercano pueblo de Žume.
Luego estuvo alojado en un centro de detenidos en una escuela primaria de Dubravica junto a otros cientos de personas. Allí, escuchó que muchas mujeres fueron violadas. Tras permanecer allí cinco días, Ahmić fue asistido por la Cruz Roja y fue trasladado para nunca más volver a su pueblo.
Vitez está situado en el valle de Lašva, en el centro bosnio, donde el 16 de abril de 1993, las fuerzas del CDC, incluyendo una unidad especial llamada los “bromistas”, llevó a cabo un ataque sorpresa en varios pueblos de este municipio. Durante la ofensiva, las tropas croatas mataron a más de 100 campesinos, incluyendo mujeres y niños, destruyeron casas y sacrificaron el ganado, obligando así a todos los demás pobladores a abandonar su territorio. Además, cientos de civiles musulmanes fueron alojados en distintos centros de detención, como el complejo de cine Vitez y la escuela primaria de Dubravica, donde los prisioneros fueron maltratados por los guardias y en ocasiones llevados a la batalla y utilizados como escudos humanos.
Abdulah Ahmić nació en Ahmići, un pueblo de croata-musulmán del municipio de Vitez, donde los bosnios eran mayoría, y declaró ante el TIPY en el juicio a Dario Kordić y Mario Čerkez.1
El testigo indicó que antes de la guerra las relaciones entre croatas y musulmanes en Ahmići habían sido “relativamente buenas” pero que después de las elecciones de 1990, la situación se volvió tensa.
Ya en En 1992, Ahmić comenzó a notar el aumento del número de soldados del CDC que pasaban rumbo a Busovača y Vitez, y que algunos de estos invadieron también su pueblo, por lo que un grupo de musulmanes formaron la Defensa Territorial (DT) para prepararse para los enfrentamientos. El testigo dijo que él y su hermano Muris ingresaron a la DT y que Muris fue el comandante de Ahmići.
En la tarde del 19 de octubre del 92 la DT de Ahmići colocó una barricada para bloquear el paso de las fuerzas de la CDC hacia Travnik, donde ya había estallado un conflicto entre croatas y musulmanes. Esa misma noche, Ahmić, luego de que cuatro policías militares del CDC fueron detenidos y llevados a Vitez, oyó a Kordić amenazar a su hermano Muris: “Retirar la barricada o usted será quemado, sus casas serán incendiadas y morirán.”
Como los musulmanes no quitaron la barricada, los croatas atacaron Ahmići en la mañana siguiente. Las bombas destruyeron casas y establos, y la mezquita de la aldea fue dañada. Unos 60 hombres armados de la DT defendieron el pueblo mientras el testigo dijo ocuparse de evacuar a los civiles.
El ataque duró hasta las 14, cuando los de la DT que custodiaban la barricada se quedaron sin municiones y se retiraron, por lo que las fuerzas croatas entraron al pueblo y confiscaron las armas de los bosnios musulmanes. Y al no haber podido proteger a su comunidad, Muris dejó su cargo de comandante.
Desde este momento y hasta abril de 1993, la CDC controló el pueblo y aumentaron las tensiones entre croatas y musulmanes. “En Vitez, la situación era increíble. Recuerdo que pasé una noche allí y había mucho ruido, rotura de vidrios, disparos, y vi que la situación era terrible en aquel momento. Aplastaron a tiendas que pertenecían a los bosnios. En Ahmići, a menudo explotaban casas, coches y escuchamos otras explosiones que no podíamos explicar y nos perturbaban sucesivamente”, recordó.
El 12 de abril del 93', Ahmić notó que una extraña calma en el pueblo y sospechó que era parte del plan de la CDC para ocultar un ataque inminente. Y así fue. Cuatro días más tarde, el testigo fue despertado a las 5.30 por el sonido de la artillería. Salió a la calle y vio como soldados croatas rodeaban la casa de su vecino y trataban de quemarlo con gasolina. Luego, uno de los agresores, un croata de Ahmići, convocó a otros soldados y los condujo a la casa del testigo donde éste se encerró en la planta alta junto a su padre, madre, tres hermanas, mientras Muris se encontraba en el sótano.
Entonces, Ahmić escuchó una explosión y luego los soldados del CDC “tiraron a la puerta” de entrada de la casa y los llamaron para que abrieran. Cuando su padre lo hizo, los soldados les exigieron la entrega de las armas, a lo que les dieron una granada, lo único que tenían.
Después vio a su hermano Muris tirado en el suelo y advirtió que los soldados le había disparado. “El soldado le ordenó (al padre del testigo) que se pusiera de pie junto a mi hermano. Le hizo dar dos pasos y lo mató de un disparó a la sien”, relató Ahmić.
Luego, el mismo soldado le ordenó al testigo que ser acercara unos pasos y también le disparó pero la víctima movió ligeramente la cabeza y el balazo entró por la sien izquierda y salió por la mejilla derecha, a pesar de lo cual, no murió en el momento, aunque se tiró al suelo fingiendo que había fallecido.
Al cabo de unos minutos, el testigo alcanzó a divisar en el pasillo a su madre y sus hermanas, con sus rostros pálidos, mientras que los soldados pensaron que él estaba muerto y se fueron. Entonces, el herido salió a la calle a buscar ayuda a un convoy de las NU pero fue descubierto por los croatas, por lo que se ocultó en un desagüe.
Se arrastró en el agua durante casi todo el día y por la noche, Ahmić salió de su escondite y vio que muchas casas estaban incendiadas pero ninguna eran de lo croatas y buscó refugiarse del frío y la humedad en una de ellas pero tampoco eran un lugar seguro por lo que se quedó afuera, donde lo soldados se movían de un lado a otro.
Ahmić dijo que se encontraba en medio de una brumosa oscuridad cuando escuchó a su madre que lloraba y decía “mataron a mi esposo y mis hijos”. Y más tarde se enteró que su madre y sus tres hermanas murieron en otra casa en Ahmići a través de una entrevista de la CNN a un comandante británico quien contó que una mujer y sus tres hijas habían sido asesinadas en una vivienda. “No había otras mujeres con más de una hija que podría han sido asesinadas en Ahmići”, recordó.
La mañana siguiente de haber visto a su familia con vida por última vez, Ahmić estaba oculto en una casa cuando fue descubierto por dos policías militares de la CDC. Uno de ellos regresó al vehículo donde se encontraba su comandante y le dijo: “Tenemos un muyahidin capturado. ¿Qué debemos hacer con él?”, a lo que el comandante le respondió: “Bueno, lanzar una bomba y matarlo.”.
Los soldados hicieron como se les dijo, pero Ahmić sobrevivió arrojándose al suelo antes de recibir la explosión de la granada, aunque ésta le provocó la pérdida casi total de la audición de su oído izquierdo.
En esas circunstancias, el testigo otra vez fingió estar muerto y como los soldados miraban desde las ventanas que todo a su alrededor estaba en llamas pero él no, fueron a buscar dinamita. Sin embargo, la víctima escapó antes de que lo hicieran explotar y fue auxiliada por vecinos que los llevaron al cercano pueblo de Žume.
Luego estuvo alojado en un centro de detenidos en una escuela primaria de Dubravica junto a otros cientos de personas. Allí, escuchó que muchas mujeres fueron violadas. Tras permanecer allí cinco días, Ahmić fue asistido por la Cruz Roja y fue trasladado para nunca más volver a su pueblo.