III

El fin de un misterio y el comienzo de otro
El misterio sobre el paradero de Noelia se disipó rápidamente y de la manera más trágica para los familiares de la joven ya que el jueves siguiente a su desaparición apareció asesinada dentro de una bolsa de nylon. El hallazgo ocurrió alrededor de las 20, en el Parque Pereyra, poco antes de que se realizara la reconstrucción del hecho, que había sido ordenada desde la Fiscalía General de Quilmes.
Mientras los funcionarios judiciales encabzaban la diligencia y le tomaban declaración testimonial a Galante por primera vez, un llamado anónimo a la policía indicó sobre la presencia en la zona de una bolsa con un bulto con un aspecto sospechoso.
Los bomberos la encontraron dentro de un zanjón, a 300 metros del Subcomando de Patrullas de Gutiérrez, en el cruce de los caminos General Belgrano y Centenario, a pocos kilómetros de donde Noelia había sido raptada. A simple vista, los peritos forenses que trabajaron en el lugar determinaron que el cadáver de la chica, que estaba en posición fetal, presentaba un fuerte golpe en la cabeza.
Un dato que aportó un jefe policial fue que desde la madrugada del lunes, cuando desapareció Gullo, había producido lluvias pero, llamativamente, la bolsa con el cadáver no parecía estar mojada.
Desde entonces se comenzó a sospechar que el cuerpo asesinado de la adolescente fue depositado allí horas antes de ser encontrado, muy probablemente cuando terminaron los rastrillajes policiales.
Es que el caso había tomado una publicidad imparable, al punto que el ministro de Seguridad bonaerense y el secretario de Seguridad Interior de la Nación habían estado reunidos con los padres de la víctima, que, además recibieron llamados de apoyo de parte del Gobernador provincial y hasta del Presidente argentino.
Tras la aparición del cadáver, la lupa de los pesquisas se posó sobre Galante, la última persona que había visto con vida a Noe. Los investigadores tenían que atar muchos cabos sueltos porque el relato del chico no era del todo convincente pero tampoco contradictorio.
Una de las dudas que se barajaban era que el joven había declarado que estaba con la chica en el asiento trasero de su auto cuando el presunto asaltante rompió el vidrio de la luneta con un revólver pero luego la policía no halló ni una sola astilla de vidrio entre sus ropas.
También indicó que el ladrón se llevó 30 pesos de la guantera de su vehículo, donde también se encontraba el teléfono celular de Noe, que posteriormente fue hallado allí intacto.
Además, Galante realizó una detallada descripción del presunto delincuente para que la policía confeccionara un identikit. Pero el lugar donde aparentemente ocurrieron los hechos era una zona muy oscura durante la noche y cuando los efectivos le preguntaron cómo había podido describir tan bien al captor, respondió que las luces de la estación de servicio cercana le habían permitido verle el rostro. Sin embargo, lesa estación estaba bastante alejada.