Violadas y ejecutadas
Los resultados de las autopsias practicadas a los cuerpos de Soledad y Flavia no se conocieron de inmediato. Los forenses extrajeron muestras de los cadáveres para posteriores análisis y los restos de las cuñadas asesinadas fueron inhumados dos días después del doble crimen en un cementerio privado de Spegazzini.
Durante el entierro, algunos de los familiares y vecinos comenzaron a hacer públicas sus sospechas que indicaban que los homicidios estaban vinculados al asalto a un supermercado en el que estaba involucrado el ex novio de Soledad y todo se había tratado de una venganza por la chica lo había delatado.
La tía de Soledad dijo creer que a su sobrina y a Flavia las violaron y las mataron porque los asesinos las conocían, lo que acentuaba la hipótesis del ataque sexual como móvil y, a la vez, también orientaba a la pesquisa hacia personas del entorno de las víctimas.
“No hay ningún detenido, ningún prófugo ni se sabe nada. Lo único que pido es ayuda para que esto no quede así nomás. Mis nenas tienen que descansar en paz”, señaló la mujer entre lágrimas durante la inhumación.
Al ver que los familiares de las víctimas insistían públicamente en la versión del ajuste de cuentas o de venganza, el capitán de la Policía Comunal de Cañuelas les reiteró que ya había abalizado el expediente por el robo al supermercado en busca de pistas.
“Revisé esa causa. El que está preso no fue novio de Soledad. Es el hermano de un ex novio de la víctima. Además, en la causa no figura que la joven hubiera declarado ni reconocido a nadie. Tampoco hay denuncias por amenazas”, señaló el jefe policial.
En tanto, un día después del entierro, los resultados del los forenses confirmaron que a Flavia y Soledad las habían violado analmente y luego asesinado de un disparo en la cabeza efectuado con una pistola calibre 22 y desde una muy corta distancia.
Estos datos indicaban que se el o los asesinos actuaron con saña -incluso a una de las víctimas prácticamente le apoyaron el arma en el cráneo antes de dispararle- y con la intención de humillar a los dos mujeres.
De acuerdo al informe forense, los disparos de arma de fuego no habían sido advertidos por los peritos en un principio por la cantidad de cabello de las jóvenes asesinadas, mientras que la violación había sido disimulada por familiares de las víctimas que al encontrar los cuerpos les acomodaron las ropas por una cuestión de pudor.
A partir de que se confirmó el acceso carnal, los investigadores comenzaron a analizar los fluidos hallados en los cadáveres para tratar de establecer, a través de pruebas de ADN, si hubo uno o más agresores.
Los primeros indicios apuntaban a uno o dos conocidos de las víctimas porque los peritos no encontraron signos de defensa en los cadáveres. Era como si las chicas no hubiesen esperado que las atacaran.
Si bien la saña empleada contra las víctimas afirmaba la hipótesis de la venganza o el ajuste de cuentas, la madre de Flavia restó veracidad a esas líneas investigativas que seguían la fiscal de la causa y la policía.
“No puede ser una venganza, menos de un ex preso, como se dijo. Las chicas no tenían enemigos”, sostuvo la mujer, al tiempo que anunciaba una marcha de familiares, amigos y vecinos de Máximo Paz en reclamo de Justicia.