Nuevas líneas en al pesquisa
El padre de Noe y su abogado estaban convencidos de la responsabilidad de Galante en el caso y también de que los investigadores policiales y judiciales que intervinieron en un primer momento hicieron mal su trabajo, quizá por negligencia aunque no descartaban la connivencia.
Por esa razón solicitaron a principios de 2005 exhumar el cuerpo de Noelia y realizar una segunda autopsia con nuevos peritos forenses del Poder Judicial de la provincia de Buenos Aires.
En mayo, desde la Asesoría Pericial de Quilmes encontraron cinco pinchazos en el cuerpo de la víctima compatibles con la aplicación de inyecciones. Estas lesiones, que además demostraban los signos de resistencia de la chica, afirmaban la hipótesis de que Noe fue obnubilada mediante la inyección de tóxicos que no se hallaron en la primera autopsia porque el cadáver fue encontrado cuatro días después de producida la muerte lo que provocó que esas sustancias desaparecieran.
Este hallazgo se convirtió en una pista firme ya que dentro del auto de Galante se había secuestrado una jeringa hipodérmica que hasta antes de descubrir los pinchazos en el cuerpo de Noelia no se sabía con precisión qué hacia allí y la relación que podría tener con el crimen.
Estos nuevos datos fueron tan reveladores desde la Asesoría Pericial de la Suprema Corte bonaerense criticaron duramente a los expertos que habían examinado el cadáver la primera vez por no haber realizado estudios complementarios no sólo al cuerpo sino también a los rastros encontrados en la escena del crimen.
Sin embargo, esta nueva hipótesis delictiva no llevó a que el nuevo fiscal del caso, que reemplazó al anterior cuando ése pasó a ser juez, tomara medidas al respecto y la causa se estancó.
Para ese entonces, el caso ya no tenía detenidos y sólo dos imputados beneficiados con la falta de mérito, el remisero y Galante, quien fue procesado como partícipe necesario de los delitos de "privación ilegal de la libertad agravada por el resultado de la muerte, falsa denuncia y abuso sexual agravado”.
Los padres de Noelia criticaron duramente la falta de acción del nuevo fiscal y la connivencia de Galante con los policías de Berazategui y Florencio Varela, lo que, según ellos, derivó en que sufrieran ataques en su casa y hasta secuestros bajo amenazas para que no hablaran más públicamente del caso.