El técnico Astrada brindó el martes 15 una rueda de prensa. A diferencia de Bianchi, el entrenador millonario atendió a los periodistas con paciencia y una postura que demostraba confianza y, sobre todo, tranquilidad. “Esto no es la vida o la muerte. Es una instancia decisiva que ninguno de los dos equipos quiere perder”, afirmó.
De todos modos, la actitud de bajo perfil del entrenador no implicaba restarle importancia a lo que estaba en juego. “Vamos a tener la actitud que se necesita en estos partidos: disputaremos cada pelota dividida con todo para que después puedan desequilibrar los más aptos para eso”, indicó.
Astrada quiso dejar bien en claro que sus jugadores iban a dejar todo en la cancha pero no de manera brusca o desleal, como sí había ocurrido en el primer encuentro. “No debemos entrar en los roces, sino poner la cabeza en la elaboración de las jugadas para marcar la diferencia”, opinó.
Tan seguro de sus fuerzas estaba el entrenador que hasta vaticinó un resultado: “Estoy convencido de que resolveremos el partido antes de los penales”.
El técnico millonario no confirmó la alineación titular. En cambio, dispuso que los 25 jugadores anotados para la Libertadores se concentraran ese martes a la noche, por lo que las dudas persistían. “Lo tengo en la cabeza. Creemos que Tuzzio va a llegar y vamos a esperarlo hasta último momento ¿Coudet? Es una posibilidad, claro... En esta oportunidad, una instancia decisiva, necesitamos la colaboración de todos (...) Creemos conveniente en estos momentos estar todos juntos”, dijo “El Jefe”.
Es que una fuerte contractura en los gemelos de la pierna izquierda seguía sin permitirle a Tuzzio moverse con normalidad. Mientras que, en cuanto a lo táctico, en la mitad de la cancha no se sabía si iba a estar Husain o Coudet. Lo seguro era que, por los suspendidos Gallardo y Garcé iban ingresar Montenegro y Juan Fernández, respectivamente, y que Salas estaría en el banco.
Montenegro había jugado hasta ese momento dos superclásicos oficiales y en ambos arrancó en el banco. Entró por Mascherano en el encuentro que Boca ganó 2-0 en el Monumental en 2003 y por Gallardo en el partido que su equipo ganó 1-0 en la Bombonera un mes antes. En cambio, en la semifinal de ida ni siquiera había ingresado.
“En este momento estamos muy tranquilos y muy confiados en lo que tenemos: hay plantel y hay equipo como dar vuelta la desventaja”, dijo Montenegro sobre el ánimo que había en River en las horas previas al decisivo choque.
Sobre el clima agresivo de días anteriores que “calentaba” el ambiente y promovía la repetición los incidentes del primer partido opinó: “No creo que los jugadores volvamos a cometer el mismo error ya que sabemos lo que nos jugamos. Debemos pensar que sólo es un partido de fútbol. Ojalá el viernes se hable sólo de fútbol...”.