La fiscal Magoo estaba desconcertada y busca a través de todo tipo de medidas de hallar pistas sobre el paradero de los Pumba. El 23 de noviembre, el inspector Clousseau viajó a Piedrabuena con un grupo de policías y, con una orden de la funcionaria judicial, allanó la casa de Federico.
“Secuestren la computadora que el señor Pumba tenía en su casa e inspeccionen archivo por archivo de su disco rígido. Quizás en algún documento, algún mail o alguna foto, haya algo que nos dé una pista de qué pudo pasarles", le había indicado Magoo al inspector de estado antes de que partiera de Nobleza.
Mientras tanto, los peritos de la Fuerza Científica, los mismos que iban a analizar el contenido de la computadora, continuaban con el entrecruzamiento de llamados de todos los teléfonos fijos y celulares del matrimonio Pumba.
Ya había agotado el análisis de los llamados y mensajes del 17, por lo que ahora los expertos indagaban en las comunicaciones de los días previos a al desaparición en busca de alguna persona que tuvo contacto con la pareja y podría aportar datos de interés para la causa.