El triple crimen de General Rodríguez y la denominada "ruta de la efedrina" - Parte I

La reciente evasión del penal de General Alvear, y la posterior recaptura que demandó 15 días, de los hermanos Cristian (44) y Martín (42) Lanatta, y de Víctor Schillaci (35), condenados a prisión perpetua por los homicidios de Sebastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35), derivó, en tantas otras cosas, en volver a centrar la atención en Ibar Esteban Pérez Corradi (38), sobre quien pesa actualmente una orden de captura nacional e internacional como presunto autor intelectual del triple crimen. De hecho, se aumentó a 2 millones de pesos la recompensa para quienes aporten datos que permitan localizarlo y detenerlo, mientras que sus abogados le piden que se entregue a la Justicia.
Por ello es que vale la pena recordar algunos de los testimonios que apuntaron contra este sospechoso, según consta en la sentencia de 278 fojas del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Mercedes que en diciembre de 2012 condenó a los hermanos Lanatta, a Víctor Schillaci y a su hermano Marcelo (36).
Solange Bellone, la viuda de Forza, declaró en el juicio por el triple crimen cometido en agosto de 2008 que “a la única persona que Sebastián no le dejaría de pagar era a Pérez Corradi porque tenía mucho miedo de que lo mate”.
“Era su enemigo. Me dijo que le había pagado todo”, sostuvo la mujer que, de acuerdo al fallo, “dio cuenta de distintos hechos que habían padecido tras la cesación de pago” como cuando “las empleadas la llamaron un día porque en el jardín delantero de la farmacia habían tirado una bomba casera”.
“También le dejaron frente a la farmacia una silla de ruedas con un cartel advirtiendo que la próxima vez la iba a necesitar”, indicó la sentencia mientras que Bellone sostuvo que “Sebastián le atribuyó esto a Pérez Corradi”, por lo que “se hizo la denuncia” y “les pusieron custodia”.
“En esta época empieza a estar cerca Julio Pose, a quien conoció por Néstor Lorenzo de la droguería San Javier (procesado por la denominada 'mafia de los medicamentos' y próximo a ser sometido a juicio oral). Aquél era como un custodio sin uniforme, hablaba con él todo el tiempo, venía a casa. Una semana antes de la desaparición llama Pose y me pide le diga a Sebastián que le atienda el teléfono porque había un problema, ya que se había portado mal con unos mexicanos y el único modo de arreglarlo era a través de él; sin embargo Sebastián dijo que no era así y me mostró luego un mail de un tal Jesús (Martínez Espinoza, condenado por el montaje de un laboratorio de drogas sintéticas descubierto el 17 de julio de 2008 en Ingeniero Maschwitz)(1)“, declaró la viuda.
Luego, Bellone “hizo referencia que el lunes antes de la desaparición le contó que había tenido que tomar algo para enfrentar a Pose, de quien una semana y media antes más o menos había perdido contacto, pero que después todo estaba bien con éste. Al otro día se habían juntado en un bar donde también estuvieron Damián (Ferrón) y Leo (por Leopoldo Bina)”.
Según la viuda, “Sebastián estaba contento porque había encontrado a un pibe sano y con empuje como él, era Ferrón, y en la última semana hablaba mucho con él y con Bina, los tres iban a hacer un negocio juntos”.
“El último día que lo vi -mañana de la jornada que desapareció- Sebastián me dijo que iba a estar con Damián”, precisó Bellone y agregó que entre los lugares que frecuentaba Forza se encontraba “el Auchan (hoy Wal Mart) de zona sur”.
En ese sentido, la testigo recordó que en “la última comunicación que tuvo con su esposo, después de mediodía” Forza le dijo: “Me está siguiendo el enano”, en referencia, según ella, a “Pose”.
“No le di importancia, no lo noté mal”, concluyó la mujer.
Por su parte, Néstor Lorenzo fue descripto en el fallo como alguien “estrechamente vinculado a la Obra Social de los Bancarios (2) y amigo de Pose” y quien “le compra el stock (de efedrina) a Forza cuando éste se iba a concursar” a pesar de que “Lorenzo ya había tenido trato comercial con Forza, éste le había hecho una mala jugada y por eso la relación estaba trunca”. Así fue Pose actuó de “contacto” entre ambos.
“(Lorenzo) Tuvo trato con Pérez Corradi porque los cheques que el testigo le dio a Forza en la mencionada negociación, pertenecientes a la obra Social Bancaria, Forza se los descontó a Pérez Corradi y a veces venían devuelta y por eso mantenía contacto”, indicó la sentencia.
De acuerdo a la Justicia, “Seacam, farmacia de Forza, tenía una facturación de $3.000.000, pero aquella circunstancia, sumado a que las obras sociales no pagaban con puntualidad, que el Hospital Francés le debía mucho dinero y que pensaba que los cheques de (Martín) Magallanes (por el socio de la víctima en la droguería en 2004/5) iban a venir rebotados, lo llevó a presentar a Seacam en concurso de acreedores el 2 de febrero del 2008.”
En ese sentido, Rubén Ramírez, abogado de Forza, declaró que “Pérez Corradi no quería el concurso” y que “Sebastián le pidió a (Guillermo) Martinero (otro abogado de la víctima) que le arregle una reunión con Pérez Corradi para arreglar la deuda, pero no lo logró, esto lo consiguió Pose, y Forza entregó cheques de La Bancaria y saldó la deuda. Pérez Corradi le preguntó a Lorenzo si los cheques eran buenos, respondiendo éste afirmativamente”.
Este testigo contó que en una reunión que tuvo con Francisco Chiarelli, abogado de los mexicanos detenidos en Ingeniero Maschwitz por el laboratorio de metanfetamina, aquel le dijo que “Ferrón, Forza y Bina querían seguir con el emprendimiento de (Luis) Tarzia (3), Forza ponía la plata, Ferrón la efedrina y Bina la sacaba del país” y que las tres víctimas “iban a comercializar efedrina con Martínez Espinoza”.
Ramírez relató que “pocos días antes de la desaparición, Forza estaba eufórico, porque había logrado hacer un contacto con Martínez Espinoza, por eso necesitaba formar cuatro o cinco SRL para importar efedrina en pequeñas cantidades, para que no le pasara lo que a Segovia, que lo descubrieron por importar 2.000 kg.” y que “Martínez Espinoza le dijo por mail que montara la operación que dejó Tarzia”.
“Él (por Forza) decía que iba a montar un negocio de millones de dólares”, afirmó el letrado y agregó que sabía que “a veces” la víctima se reunía en el Wal Mart de zona sur y que “portaba armas” de fuego.
“Cuando aparece la camioneta quemada (por la Suzuki Vitara de Ferrón), empiezan a moverse y cuando al segundo día aparece que también faltaba Bina, no sabíamos por dónde venía. No por deudas ni por medicamentos, porque hasta ahí en la causa no había pasado nada. Después aparece el tema de la efedrina y que (el ex policía José Luis) Salerno (socio de Ferrón) ya vendía a Pérez Corradi, nos damos cuenta que podía ser que los tres se hubieran metido en el negocio que tocara los intereses de Pérez Corradi”, recordó Ramírez, quien concluyó que después del triple crimen supieron que “Bina sacaba” la efedrina del país.
En tanto, Chiarelli, abogado de Tarzia y Martínez Espinoza, declaró: “En largas charlas que tuve con Tarzia me pidió que hablara con Forza por el tema de la efedrina porque yo no sabía bien qué era, no sé si lo llamé o me llamó él”.
Este testigo contó que Forza le vendió una droguería a Tarzia “para lograr personería para comprar efedrina legalmente, pero esa compañía no tenía los trámites en el SEDRONAR, fue una venta de humo”.
“Con Forza tuve dos reuniones, una donde le pedí los $300.000 que Tarzia había pagado por esa sociedad y él dijo que no había problemas, y otra que vino con dos personas más, me dice que estaba en contacto con Espinoza, esto fue poco antes de la desaparición, y que ya estaban armados para el tema de la efedrina. Forza dijo cual era la función de cada uno de ellos, después supe al ver las fotos en los medios que era Bina el que manejaba el aeropuerto de Ezeiza para poder exportar efedrina y Ferrón conseguía sin problemas la efedrina. Yo interpreto que ellos buscaban que yo intercediera ante Martínez Espinoza para que le comprara la efedrina”, indicó el testigo y confirmó que Tarzia “vinculó a Pérez Corradi con Forza por la efedrina”.
Por otro lado, “Riky” Martínez declaró que Tarzia y Forza “siempre andaban juntos y que el segundo de ellos le dijo “tengo una persona que conozco de hace cinco años, (Martín) Lanatta, que trabaja en el RENAR, que me va a presentar a alguien que me va a proveer efedrina”.
“Me dijo que tenía una reunión con Lanatta, jueves o viernes, esa semana que desapareció”, declaró Martínez y añadió que “Tarzia discutió con Forza porque le había vendido efedrina con sal” pero que “después de eso se arregló” el vínculo entre aquellos dos.
Mientras que Magallanes sostuvo que “Pérez Corradi financiaba a Forza cuando éste tenía Seacam, estando solo”, que supo de una “ruptura” entre aquellos dos y que “conoció a M. Lanatta por Forza” y que éste “obtenía licencias para portar armas y era instructor de tiro”.