III

Argentina formó de la siguiente manera: Fillol; Olguín, Passarella, Van Tuyne y Tarantini; Barbas, Gallego y Maradona; Santamaría, Luque y Valencia.
Mientras que Greenwood dispuso a estos once titulares: Clemence; Neal, Sansom, Watson y Thompson; Coppel, Kennedy, Wilkins y Keegan; Johnson y Woodcock.
El encuentro comenzó a las 12 ante una multitud que colmó las tribunas de un Empire Stadium expectante y ansioso, que miraba con recelo al árbitro escocés Brian Robert McGinlay.
Los hinchas se comportaron de maravilla, tanto los argentinos como los ingleses. La Royal Artillery Band tocó los himnos de ambos países y, por primera vez desde el Mundial del 66´, las canciones patrias no fueron silbadas ni abucheadas. Fue una fiesta.
Apenas comenzó el partido ya estaba claro que Maradona iba a ser la gran figura del encuentro. A los 3 minutos de juego ya había rematado al arco y su tiro había sido detenido por Sansom. Y al minuto 17 tuvo otra gran chance pero otra vez fue neutralizada por un defensor rival.
Era un partido de ida y vuelta. Inglaterra estaba explotando muy bien el juego de sus laterales para crear peligro. Así, a los 42 minutos, Coppel se escapó por derecha, mandó el centro y Johnson, que estaba detrás de Passarella, cabeceó y puso el 1 a 0.
Argentina se fue al vestuario en desventaja de manera inmerecida. En el complemento salió a buscar el gol con todo pero a los 5 minutos ya estaba 2 a 0 abajo. Gallego había dado un mal pase que fue interceptado por Kennedy; éste mando otro centro que rebotó en Fillol y otra vez Jonhson marcó el gol para el conjunto local.
Pero Maradona estaba dispuesto a dejar todo en la cancha para llevarse un buen resultado. Estaba imparable. A los 53 minutos se fue por derecha y Sansom no tuvo más remedio que derribarlo con infracción. Penal y gol de Passarella. Así Argentina quedaba 1 a 2.
El estadio enmudeció durante los siguientes 11 minutos, hasta que Maradona dibujó con su pincel zurdo una jugada para el recuerdo.
La estrella tomó la pelota cerca de la mitad de la cancha, sobre el costado derecho y arrancó. Primero eludió a Coppel y Kennedy, y encaró hacia el área rival. Allí dejó en el camino a Thompson y a Watson, y cuando salió a taparlo Clemence, le pegó con la parte externa de su botín zurdo. Parecía que iba a ser un golazo, pero la pelota se fue muy cerca del palo derecho y se perdió detrás de la línea de fondo.
Fue una jugada espectacular, muy parecida a la que 6 años más tarde, en otra cancha pero contra el mismo rival iba a tener un desenlace positivo e iba a pasar a la inmortalidad. Fue un ensayo de lo sería el mejor gol de la historia de los mundiales.
Argentina desperdició su chance de empatar pero Inglaterra no perdonó. Faltando 12 minutos, Johnson envió un centro que lo capturó Copel, quien cedió a Keegan y éste remató al gol. Fue el 3 a 1 definitivo.