III

Luego de la increíble derrota de su equipo, Pekerman, ensayó varias respuestas a la gran cantidad de interrogantes que había quedado sobre la actuación argentina. “El fútbol tiene este tipo de partidos, de resultado injusto. Duele perderlos, claro. Pero sirven también para sacar experiencia de las situaciones vividas. Son desarrollos atípicos que se dan espaciadamente. Pero habrá que estar atentos. En un campeonato mundial no puede suceder una derrota así”, explicó.
Respecto de las modificaciones en la alineación titular que afectaron el rendimiento del equipo cuando este ganaba merecidamente por 2 a 1, Pekerman señaló: “Los cambios fueron obligados. Tuvimos problemas porque debieron hacerse con jugadores de buen desempeño. Y a los reemplazantes les cuesta un rato acomodarse en la cancha”.
La tristeza por el resultado negativo y, principalmente, la bronca por cómo los ingleses revirtieron el resultado en tan pocos minutos y sobre el final del partido, claramente se evidenciaba en todos y cada uno de los rostros de los jugadores argentinos.
“El balance fue muy positivo hasta faltando cinco minutos. Los dos goles nos dejaron mucha bronca. Es mérito de ellos por la insistencia y hay un desajuste nuestro que permitió que Owen apareciera solo. El equipo sintió los goles, no los cambios, porque los que entraron lo hicieron bien. La sensación que tenemos es de fastidio, de bronca, por todo lo que queríamos ganar este clásico”, indicó Sorin.
En cambio, en el seno del plantel de Inglaterra todo era satisfacción por una nueva victoria sobre su histórico y clásico rival. “Este triunfo es un gran resultado para nosotros. Lo ganamos con actitud y porque pusimos corazón, que fue lo que más me impresionó del equipo”, expresó Beckham.
La figura del partido, el inglés Owen, desbordaba de felicidad ya que, una vez más, tal como lo había logrado en el Mundial de Francia 98, amargó a los argentinos con sus goles. “Sabía que iba a tener mis chances”, sostuvo el atacante y agregó: “Esta clase de partidos se viven de una manera especial. Cuando ellos marcaron sus goles, sus jugadores y simpatizantes parecían volverse locos. Y nosotros, también”.
El entrenador Eriksson, por su parte, se mostró en la conferencia de prensa muy contento por el triunfo obtenido: “Dar vuelta el marcador dos veces es muy importante para nuestra confianza y para la del hincha. Para nosotros no fue sólo un partido amistoso”.
“Estamos jugando cada vez mejor y me siento extremadamente feliz por el triunfo. Estamos entre los cinco o seis seleccionados que pelearán en Alemania por el título de campeón”, finalizó el director técnico.
Mientras el domingo 13 de noviembre de 2005 la prensa argentina calificaba el partido como “Una derrota increíble” (diario La Nación) y “La Selección tuvo un final fatal y perdió el clásico con Inglaterra” (Clarín), los medios británicos destacaban en sus respectivas ediciones de ese mismo día el valor de un agónico triunfo obtenido nada más ni nada menos ante un rival histórico.
“¿Fue un amistoso? Para nada se lo puede calificar así. Este partido fue más fuerte y excitante que toda la campaña de Inglaterra durante las Eliminatorias europeas”, señaló el matutino sensacionalista The Guardian. “Tres goles y un funeral. Owen y Rooney fueron fundamentales para el triunfo de Inglaterra ante Argentina en un partido espectacular, a pura emoción”, fue el titular del diario The Independent.
Así como Eriksson candidateó a su equipo para ganar el Mundial de Alemania 2006, uno de los diarios más vendidos en Inglaterra también se emocionó con el triunfo de su equipo nacional ante Argentina. “SUSÚRRELO reservado... Inglaterra PUEDE ganar la copa del mundo”, tituló The Sun el domingo 13 de noviembre de 2005.
La última edición del clásico Argentina-Inglaterra no dejó mucha tela para cortar para los hinchas de ambos lados ya que las expectativas estaban puestas en Alemania. Dura fue la realidad para los fanáticos cuando más de ocho meses después, el equipo del entrenador sueco quedó eliminado en cuartos de final del Mundial al caer derrotado por Portugal en los penales.
Claro que su archirrival, Argentina, también vio frustrada su ambición de ganar su tercera Copa del Mundo ya que también fue eliminada en esa instancia y por la misma vía pero por el seleccionado local.

AA
Junio 2003