Cinco días después de la indagatoria de Del Leal, el cabo Marandino compareció ante el juez Sastre y el fiscal Gelvez, a quienes les dio su versión de los hechos investigados. El acusado, que en 1972 tenía 22 años, contó que el 15 de agosto fue junto a otros hombres de la fuerza hasta el aeropuerto de Trelew donde dijo haber estado a 200 metros de los evadidos del penal de Rawson y que en ese lugar no tuvo contacto con ninguno de ellos.
Luego, Marandino señaló que cumplió funciones de custodia de los detenidos en la base Zar y que lo hizo dos días, el segundo de ellos, cuando se produjeron las muertes. De acuerdo al imputado, a las 3.15 del 22 de agosto llegaron hasta el sector de calabozos cuatro o cinco oficiales que << parecía que venían un poco pasado de copas>> y que le ordenaron desarmarse. << Me entregaron las llaves de los calabozos y me hicieron abrirlos. Una vez cumplida la orden me dijeron que me retirara>>, explicó el acusado.
Marandino declaró que luego escuchó gritos, el Himno Nacional Argentino entonado por los detenidos, más gritos y una voz que exclamó: << ¡Se quieren escapar!>>; tras lo cual, escuchó disparos, una ráfaga, silencio, otro tableteo y seguidamente detonaciones aisladas de pistolas calibre .45.
El cabo dijo que ante esa situación, él regresó al sector de calabozos para ver que había ocurrido y que allí los oficiales le devolvieron su arma y le indicaron que revisara los cuerpos de las victimas.
Por último, Maradino dijo que se puso muy nervioso, por lo que debió ser trasladado a la enfermaría donde le dieron un sedante.
A preguntas del juez Sastre, el imputado reconoció que el grupo de oficiales estaba integrado por Sosa, Bravo, Del Leal y Herrera, quienes exhibían sus pistolas reglamentarias y las PAM. También dijo que el quinto hombre era el suboficial Marchán, quien debía relevarlo en la guardia. El magistrado le preguntó si al momento de declarar en el sumario de Bautista le ordenaron que diera la versión del intento de fuga de los detenidos y Marandino respondió afirmativamente, y agregó que también le indicaron que dijera que Sosa había sido golpeado.
Fuente: La pasión según Trelew, de Tomás Eloy Martínez.