IV

“Un cotejo que no alcanzó el nivel técnico esperado”, publicó Clarín al día siguiente. Y comentó: “Sólo hubo dos emociones que matizaron un partido discreto”. Mientras que La Nación tituló: “Fútbol opaco y multitud decepcionada”.
Para la crítica especializada, a la Argentina le faltó “dinámica” e imponer el ritmo de juego que quería sin dejarse llevar por el rival. Reclamaron que el equipo no tuvo “identidad propia”. Además, todos reprocharon la expulsión de Bertoni, que fue “justa” y que se trató de una “actitud reprobable”, de un puñetazo “descalificador” que “no admite justificaciones y que anula cualquier reconocimiento”.
Bertoni, luego del partido dio las explicaciones del caso: “No sé, el me venía pegando, me siguió todo el partido, pero yo reaccioné muy mal. Fue un momento en el que no pensé. Me di vuelta y ... . Yo les quiero pedir perdón a todos, estoy muy arrepentido”.
Mientras tanto, la prensa británica criticó duramente la actitud de los jugadores argentinos. “Por la noche Inglaterra no sabía si celebrar su empate o protestar por lo ocurrido en el campo de juego”, publicó el Daily Mirror, mientras que The Guardian habló de que el equipo inglés estuvo rodeado de un clima de “constante hostilidad”.
Revie, conforme con el resultado, fue contundente al referirse a los incidentes: “Fue una mala actitud del muchacho argentino. A veces hay que soportar la marca a presión o recibir algún foul fuerte, pero no es para reaccionar así. Es una lástima porque es uno de los mejores delanteros”.
Pasó un clásico más ante Inglaterra y Argentina siguió con su racha de tres partidos sin poder vencer a los ingleses. “El resultado importa poco”, dijo Menotti y agregó: “Estamos trabajando con la mente puesta en 1978”.
Estas declaraciones reflejaban claramente cuál era la línea de pensamiento que sostenía el seleccionador argentino. Pero fuera de la esfera pública, y hablando de los deseos de todo el pueblo de Argentina, todos y cada una de las personas que habitaban este país se habían quedado con una espina clavada al no poder haber derrotado a un rival al que no podían vencer desde 1964.
Por suerte para él, y todos los argentinos, ese trabajo dio sus frutos ya que Argentina obtuvo su primera Copa del Mundo, a la que los británicos no pudieron ni clasificar. “Espero volver aquí en 1978”, había dicho Revie antes de dejar Buenos Aires. Se quedó con las ganas.

AA
Junio 2003