El miércoles 22 de junio de 2011 comenzó el juicio por el crimen del empresario “Cucho” Espinoza, asesinado de un balazo en el abdomen el 24 de enero de de 2003, en la puerta de su casa de la ciudad de Malaespina.
Al momento del homicidio, la víctima era dueño de la pesquera San Julián, dedicacada a la captura de moluscos mejillones, cholgas, vieiras, almejas y ostras entre otros- y caracoles, y había formado parte del directorio de su principal competidora Comapresa.
El debate comenzó a las 9.30 en la Sala I de los tribunales de Malaespina que juzga a Juan Domínguez, como autor material del crimen; Adrián Álvarez, en calidad de “partícipe necesario”; y Renato Giménez y “Beto” Barrera, imputados como “participes secundarios”.
La viuda Laura Gabarraz será la testigo clave ya que estaba junto a Espinoza cuando el empresario fue atacado a balazos.
En la audiencia inicial, hubo una primera interrupción por una protesta de empleados judiciales y una segunda suspensión ya que el imputado Giménez, quien ya había sufrido meses antes un ACV, fue llevado a un hospital por una descompensación.
La causa fue elevada a juicio en junio de 2010, por pedido de la magistrada Florencia Trinchera, quien avaló la acusación fiscal David Baso que, a su vez, dio por probado que el 24 de enero de 2003 Giménez y Alvarez viajaron a Malaespina y se hospedaron en el hotel “El poste”, cerca del puerto. Luego, se contactaron con Domínguez y los tres fueron a comprar el arma homicida a la casa de Barrera el mediodía del 30 de enero.
La Fiscalía imputó a Alvarez de haber realizado en los días previos al homicidio tareas de inteligencia en inmediaciones de la casa de Espinoza para conocer el lugar y los caminos alternativos para huir.
Para tales fines, la jueza Trinchera dio por acreditado que Alvarez se manejó durante su estadía en Malaespina con un DNI apócrifo a nombre de “Ojeda”.
Siempre de acuerdo a la imputación de la Fiscalía, alrededor de las 21.30 del 30 de enero, Domínguez esperó cerca de la casa del empresario a que éste llegara y una vez que lo hizo a bordo de su auto y junto a Gabarraz lo llamó por su apodo: “Che Cucho”. Tras lo cuál le efectuó un balazo en el abdomen.
Luego del disparo, se originó un forcejeo entre la víctima y su agresor al que se le cayó una billetera perteneciente a Alvarez antes de escapar del lugar.
Mientras tanto, Alvarez abandonaba la ciudad y Giménez pagaba los gastos del hotel.
Al momento del homicidio, la víctima era dueño de la pesquera San Julián, dedicacada a la captura de moluscos mejillones, cholgas, vieiras, almejas y ostras entre otros- y caracoles, y había formado parte del directorio de su principal competidora Comapresa.
El debate comenzó a las 9.30 en la Sala I de los tribunales de Malaespina que juzga a Juan Domínguez, como autor material del crimen; Adrián Álvarez, en calidad de “partícipe necesario”; y Renato Giménez y “Beto” Barrera, imputados como “participes secundarios”.
La viuda Laura Gabarraz será la testigo clave ya que estaba junto a Espinoza cuando el empresario fue atacado a balazos.
En la audiencia inicial, hubo una primera interrupción por una protesta de empleados judiciales y una segunda suspensión ya que el imputado Giménez, quien ya había sufrido meses antes un ACV, fue llevado a un hospital por una descompensación.
La causa fue elevada a juicio en junio de 2010, por pedido de la magistrada Florencia Trinchera, quien avaló la acusación fiscal David Baso que, a su vez, dio por probado que el 24 de enero de 2003 Giménez y Alvarez viajaron a Malaespina y se hospedaron en el hotel “El poste”, cerca del puerto. Luego, se contactaron con Domínguez y los tres fueron a comprar el arma homicida a la casa de Barrera el mediodía del 30 de enero.
La Fiscalía imputó a Alvarez de haber realizado en los días previos al homicidio tareas de inteligencia en inmediaciones de la casa de Espinoza para conocer el lugar y los caminos alternativos para huir.
Para tales fines, la jueza Trinchera dio por acreditado que Alvarez se manejó durante su estadía en Malaespina con un DNI apócrifo a nombre de “Ojeda”.
Siempre de acuerdo a la imputación de la Fiscalía, alrededor de las 21.30 del 30 de enero, Domínguez esperó cerca de la casa del empresario a que éste llegara y una vez que lo hizo a bordo de su auto y junto a Gabarraz lo llamó por su apodo: “Che Cucho”. Tras lo cuál le efectuó un balazo en el abdomen.
Luego del disparo, se originó un forcejeo entre la víctima y su agresor al que se le cayó una billetera perteneciente a Alvarez antes de escapar del lugar.
Mientras tanto, Alvarez abandonaba la ciudad y Giménez pagaba los gastos del hotel.
La investigación previa
Respecto del imputado Domínguez, la jueza Trinchera aceptó la declaración de un testigo de identidad reservada que dijo que “el día del hecho cuando salía a correr observó a una persona con las características físicas de Domínguez apoyado en un portón sobre calle Jones, a pocos metros del lugar del hecho, y cuando regresó de correr, el sujeto seguía parado en el mismo lugar pero unos Domínguezs más tarde escucho un disparo”.
Este sospechoso fue detenido por la policía la noche del 30 de enero en Malaespina aunque luego fue excarcelado por la Justicia en el marco de un expediente que tuvo más de 16 jueces.
Seis días más tarde, la viuda Gabarraz señaló al acusado en rueda de personas como el autor del disparo.
En relación a Alvarez, la fiscalía presentó como pruebas los testimonios de remiseros que declararon haber llevado al acusado desde la zona del homicidio hasta el hotel “El Poste”, la noche del crimen. También se tomó en cuenta “la pericia realizada respecto del DNI hallado a nombre de Ojeda que estableció que la fotografía insertada en el mismo era apócrifa y que la misma pertenecía a Alvarez, así también como la escritura de puño y letra en los papeles secuestrados de la billetera”.
Sobre Giménez, el Ministerio Público Fiscal informó que “se encuentra acreditado fehacientemente que el imputado adquirió un pasaje aéreo a favor de Alvarez para el día 24 de enero de 2003 y viajaron juntos en el mismo vuelo”.
Además, el imputado reservó una habitación en el hotel “El Poste” diciendo que era para su hermano y posteriormente fue en varias oportunidades al hotel preguntando por su hermano “Ojeda-Alvarez”.
Giménez fue detenido por la policía el 31 de enero en Malaespina donde trabaja como custodio del empresario español Francisco Araujo Castillo, uno de los dueños de Comapresa. En este caso, la Justicia también le va a otorgar luego la excarcelación.
La sospecha sobre Comapresa surgió el 9 de febrero de la boca del entonces fiscal de la causa, Nicolás Méndez, y el 18 de ese mes la policía allanó la empresa y secuestró documentación.
Un día después del allanamiento, Araujo Castillo se presentó ante la Justicia junto a sus abogados y quedó a disposición.
Sobre esa pista, la diputada nacional y ex candidata presidencial Elsa Cortés, denunció públicamente y ante la Justicia que una semana antes de morir, Espinoza se había reunido con ella la Patagonia y le contó que Comapresa se quería quedar con su empresa.
En marzo, el juez José Maini ordenó detener a Araujo Castillo y al otro dueño de la pesquera, Alvaro Correa, pero al mes siguiente el magistrado dejó la causa.
En tanto, sobre Barrera, uno de los testigos relató ante la Justicia que se encontraba en la casa del acusado cuando llegó una camioneta gris 4×4, de la que descendieron Domínguez, junto a otros dos hombres -a los que luego reconoció como Giménez y Alvarez- y que le compraron un arma al dueño de la vivienda.
Este acusado fue apresado por la policía el 2 de febrero, un día después de la inhumación de los restos de Espinoza y también fue beneficiado después con la excarcelación.
De hecho, Alvarez, Giménez y Barrera llegaron a ser sobreseídos por la Cámara de Apelaciones de Malaespina, fallo que fue apelado por el fiscal Baso ante el Supremo Tribunal de Justicia de Chubut que admitió el recurso.
Tras varias idas y venidas judiciales, la querella llevó en 2006 la causa ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a fines de ese mismo año asumió la jueza Trinchera, quien dispuso el sobreseimiento de Araujo Castillo y Alvaro Correa.