Las detenciones
A partir de la pista de “la banda de los Bonafoi”, los detectives policiales del Chubut, en estrecha colaboración con sus pares de Río Negro, no tardaron en apresar al sospechoso Soto, dueño de una agencia de autos de alquiler en Bariloche y que fue acusado de encubrir el asalto de El Maitén.
A fines de mayo, los investigadores recibían una fuerte presión para esclarecer el hecho ya que todos los medios de comunicación nacionales estaban detrás de esa noticia. En ese clima de máxima tensión Soto finalmente se quebró y dio los nombres de Juan Bonafoi y un tal Campos.
Para los investigadores, Soto fue quien les alquiló los autos a los otros dos sospechosos para que cometieran el asalto. En ese sentido, el agenciero, si bien admitió que Bonafoi y Campos habían sido clientes suyos, aseguró no conocerlos y no saber que hicieron esos hombres con sus vehículos.
Pero en el allanamiento a la agencia y casa de Soto, los policías secuestraron una gran cantidad de dólares que se creían que formaban parte de botín robado del banco, por lo que la situación del agenciero era comprometida.
Una semana después del arresto de Soto, Bonafoi y Campos, un vecino de El Maitén que conocía a las víctimas, fueron detenidos en Bariloche con parte del botín robado.
En el operativo, que fue seguido en vivo y en directo por los canales de noticias locales, se desplegó una enorme cantidad de efectivos y fue encabezado el jefe de la policía de Chubut.
A partir de las detenciones de los tres sospechosos, las pistas apuntaron a que el resto de la banda seguía oculta en El Bolsón y Bariloche, donde finalmente fueron apresados Kamara y Thieck, respectivamente.
A Kamara lo detuvieron en su casa, donde también funcionaba una panadería y la policía le secuestró una mochila con prendas de vestir de similares características a las utilizadas a los asaltantes –entre ellas, una máscara del “Hombre Araña”- dos pistolas 9 milímetros, una de ellas plateada, y dos revólveres 32, uno propiedad de Saguar.
Estos cinco sospechosos fueron imputados del robo junto a un sexto sospechoso, Anzuelo, a quien acusaron de ser el líder de la banda. A éste se le atribuían por entonces otros cinco asaltos cometidos durante 2004 en Bariloche, la mayoría bajo la misma modalidad utilizada en El Maitén.