El partido no defraudó ya que sus protagonistas lo jugaron a vida o muerte. A los 16 minutos de juego Inglaterra ya ganaba 2 a 1, tras remontar la desventaja del gol de penal de Batistuta, con un penal de Shearer y un golazo de Owen, tras eludir a Chamot y Ayala en una corrida que empezó en le centro del campo.
Ambos penales habían dejado muchas dudas de ambos lados, en especial porque Simeone pareció haber fingido ser derribado. Así, los ánimos de los ingleses contra el volante argentino ya se habían calentado.
Las emociones no se detuvieron. Sobre el final de la etapa inicial empató Zanetti y apenas comenzado el segundo tiempo David Beckham fue expulsado por el árbitro danés Kim Nielsen, luego de agredir a Simeone, quién le había cometido una infracción. Sin embargo, Argentina no aprovechó el jugador de más y luego del alargue, el 2 a 2 se mantuvo inamovible.
Llegaron los penales y más éxtasis. En esa instancia, el arquero argentino Carlos Roa se convirtió en figura y detuvo los remates de Paul Ince y David Batty. Así Argentina volvió a eliminar a Inglaterra de un Mundial, tal como había ocurrido en México 86´.
Los ingleses se quejaron por los desmedidos festejos de los jugadores argentinos en el campo de juego ya que lo interpretaron como una burla. Además, la prensa británica, si bien se mostró satisfecha con el equipo, castigó duramente Beckham por su expulsión. “Beck Off” (Afuera Beck), tituló el sensacionalista diario The Daily Star, mientras que Bobby Charlton lo tildó de “necio” por su actitud.
Pero así como Beckham fue para los ingleses el malo de la película, el Cholo Simeone fue visto como un jugador desleal y sucio, que engañó al árbitro Nielsen con su dramatización, tras la reacción del volante derecho del Manchester United.
Luego llegaron los verdaderos excesos por parte de todos. El canal argentino Crónica TV confundió el fútbol con la guerra y mostró una pantalla que decía: “Las Malvinas son argentinas”. Mientras que en el Obelisco y el centro de la ciudad de Buenos Aires, hinchas se enfrentaron con la policía dejando un saldo de 23 civiles heridos, 17 policías hospitalizados y más de 120 detenidos.
La irracionalidad también fue inglesa. El 3 de julio, Paul Birch, un inglés de 43 años y residente en Londres, mató a un actor francés, Eric Frachet, de 33, en un tren que unía las ciudades de Lens y Grenoble ¿La razón? Birch creyó que se trataba de un argentino que se burlaba de él y lo apuñaló en el vientre. Lo más curioso es que las autoridades británicas informaron que Birch no era un hooligan, sino un hincha común y corriente, sin antecedentes penales.
A pesar de tanto temor y de tanta precaución, en la cancha de Saint Etienne no se produjeron grandes incidentes. Sólo 30 hooligans fueron detenidos por escaramuzas que ocurrieron después del gol de Batistuta cuando hinchas argentinos e ingleses quisieron robarse las banderas.
El partido fue una fiesta para los argentinos que creían que la obtención del título era posible. Pero la alegría les duró poco, ya que Holanda los venció 2 a 1 en los cuartos de final y los mandó de regresó a casa.
AA
Junio 2003