Mientras tanto, en el movimiento sindical fracasaron los intentos del gobierno y de los partidos no peronistas de crear una fuerza antiperonista pese a la intervención de la CGT y sindicatos afiliados, al tratamiento preferencial a los gremios controlados por sindicalistas “democráticos”, y la operación directa del Estado en los conflictos obrero-patronales.
De esta manera, la columna vertebral del movimiento obrero seguía intacta y esto se debió, en parte, al despliegue entre 1955 y 1957 de acciones reivindicativas contra los congelamientos salariales que se desarrollaron en los niveles de empresa y rama de actividad.
Estas acciones reivindicativas permitieron reorganizar a los sindicatos y desarrollar una nueva forma de cooperación basada en acciones intersindicales entre peronistas y comunistas que llevaron a conformar una dirección sindical paralela a la CGT intervenida.
Otra razón de consolidación de esa columna vertebral obrera fue la constitución en septiembre de 1957 de las 62 Organizaciones que se transformó en el núcleo de dirección política del sindicalismo peronista y permitió cohesionar se movimiento en todo el país.
Sin embargo, el cuadro político de dirigencias sindicales no era homogéneo. A principios del 57´, existían los gremios democráticos, antiperonistas y vinculados al Gobierno; los democráticos independientes que criticaban al gobierno e iban acercándose a la oposición peronista-comunista; y los sindicatos no normalizados o intervenidos.
Además, sobre la base peronista, comunista e independiente se creó la Comisión Coordinadora Intersindical de Gremios Normalizados (IS) que jugó un papel activo en apoyo a huelgas sectoriales ferroviarias y de municipales de ese año.
De hecho, en junio se convocó a un paro nacional de una hora, el primero luego del golpe militar del 55´. Y si bien fue terminó siendo una medida de fuerza parcial, demostró el importante grado de recuperación de los sindicatos.
Luego, el 12 de julio hubo una huelga general de 24 horas que si fue exitosa.
En ese marco, el Congreso Normalizador de la CGT realizado en mayo resultó un fracaso para el Gobierno ya que a partir de esa convocatoria surgieron las 62 Organizaciones peronistas, los 32 Gremios Democráticos y las 19 Organizaciones comunistas e independientes. Aunque este último se disolvió a fines de año y luego se transformó en el Movimiento de Unidad y Coordinación Sindical (MUCS) de orientación comunista.
Las 62 Organizaciones demostraron que el sindicalismo peronista había recuperado su capacidad de hacer política y articuló un discurso sobre la base de un programa de cinco puntos:
1. Libertad de los detenidos gremiales y levantamiento del estado de sitio
2. Derogación del decreto reglamentario de huelga
3. Derogación del decreto de congelación de salarios
4. Aumentos de emergencia
5. Reanudación del Congreso de la CGT.
Sobre la base de estos puntos las 62 y 19 Organizaciones realizaron dos paros generales, uno de 24 y otro de 48, entre septiembre y octubre del 57´, en tanto que el “sector político” del peronismo permaneció pasivo y disperso.
AA
Septiembre 2011
2. Derogación del decreto reglamentario de huelga
3. Derogación del decreto de congelación de salarios
4. Aumentos de emergencia
5. Reanudación del Congreso de la CGT.
Sobre la base de estos puntos las 62 y 19 Organizaciones realizaron dos paros generales, uno de 24 y otro de 48, entre septiembre y octubre del 57´, en tanto que el “sector político” del peronismo permaneció pasivo y disperso.
AA
Septiembre 2011