En enero de 1958 se firmó el pacto Perón-Frondizi y en las elecciones de febrero de es año el peronismo apoyó a la UCRI, al tiempo que ésta se comprometió a legalizar al peronismo, entregar la CGT a los sindicatos y terminar con las persecuciones a los dirigentes políticos y sindicales de esa fuerza política.
La UCRI no estuvo acompañada sólo por el peronismo sino también por el Partido Comunista y otras fuerzas de izquierda, y su triunfo significó una doble derrota para la Revolución Libertadora ya que, por un lado, puso en marcha un plan económico desarrollista-industrialista que fue la antítesis de los distintos programas de estabilización y crecimiento por exportaciones tradicionales aplicados durante el gobierno provisional y, por el otro, finalmente reconoció la legitimidad del peronismo y la apertura hacia el levantamiento de su proscripción.
Para el peronismo, el triunfo de la UCRI y la perspectiva de recuperar la legalidad, significó el fin de la etapa de resistencia e intentos insurrecciónales, y para el sindicalismo afín se abrió la posibilidad de recuperar la CGT.
De todos modos, el nuevo Gobierno era consciente de que su poder se basaba en una alianza circunstancial con el peronismo, que las FF.AA. estaban en su contra por el programa desarrollista-industrialista y con el acuerdo con Perón, y que tenía como enemigo a la UCRP.
Para el presidente Frondizi, los primeros cien días fueron decisivos para emprender su plan económico, por lo que entre mayo y agosto del 58´ se lanzó a establecer alianzas con el peronismo, los sindicatos, la Iglesia y establecer una cooperación con los EE.UU.
En ese marco, sus medidas fueron aumentar los salarios, la sanción de la Ley de Amnistía, la derogación de los decretos que imponían restricciones a la actividad político-sindical, el anuncio de una política petrolera basada en el autoabastecimiento con inversiones extranjeras en capital y tecnología, y el posicionamiento favorable a la libertad de enseñanza.
La Ley de Amnistía y el levantamiento de prohibiciones al peronismo tuvieron efecto limitado ya que algunos jueces no la extendieron a políticos peronistas y no alcanzaron a Perón.
Mientras que a través de su obra “Petróleo y Política” defendió la nacionalización de los yacimientos y el monopolio en la exploración, explotación y comercialización de los hidrocarburos. La idea fue lograr el crecimiento a base de sectores claves de la economía como energía, químicos, siderurgia, petroquímicos, trasporte, industria automotriz, etc.
Pero esta política económica desarrollista generó la oposición frontal de la UCRP, la izquierda socialista y comunista, y el inicio de discrepancias dentro de la misma UCRI.
En cuanto a la libertad de enseñanza, Frondizi anunció el objetivo de reglamentar el artículo 28 de la Constitución Nacional limitando el “monopolio oficial en materia de enseñanza”. Esto fue una concesión a la Iglesia Católica, por lo que la reacción estudiantil en contra fue masiva.
Esa manifestación opositora fue liderada por la FUBA, que por entonces estaba controlada por una alianza entre la juventud de la UCRI y la Federación Juvenil Comunista, “La Fede”.
Finalmente, estas medidas tomadas por Frondizi fueron una especie de “boomerang” para el presidente ya que la UCRP, el PC, el PS y el peronismo se opusieron a la política petrolera y un amplio bloque liberal-izquierda a la educativa.