Decenas de policías, con el apoyo de buzos tácticos, buscaron el 1 de diciembre a los Pumba en el cauce y márgenes de los ríos cercanos a Nobleza. Fue un operativo desplegado a lo largo y a lo ancho de 10 kilómetros y monitoreado desde el aire por un helicóptero de la fuerza.
Los bomberos voluntarios que cooperaron con la policía navegaron las aguas con gomones y semirrígidos y utilizaron largos gancho de hierro para rastrillar el fondo pedregoso.
Mientras que a los costados del cauce, los efectivos vestidos de azul caminaron entre por taperas abandonadas y montes de tupida arboleda y arbustos, que no pueden ser observados desde el aire.
Los policías se centraron, además, en los tramos del cauce justo debajo de los puentes de las dos rutas que cruzan el río, pero tampoco hubo resultados positivos.
Todo este megaoperativo fue seguido de muy cerca por los periodistas que no podían apartar su curiosidad de los vaivenes de una investigación incierta y una búsqueda frustrante.