La Masacre de Trelew X

El capitán de navío Hugo Paccagnini, quien en 1978 había llegado a ser gobernador de Misiones, fue el primero de los acusados en declarar ante el juez federal Hugo Sastre. El imputado declaró que fue Sosa quien dialogó con los fugitivos en el aeropuerto de Trelew y que fue por decisión de Presidencia, Ministerio del Interior y Cámara Federal en lo Penal que los evadidos quedaran alojados en la base en vez del penal de Rawson ya que en éste no estaban dadas las condiciones de seguridad requeridas.

Este acusado admitió que era “el jefe” y que no transfería responsabilidades, y contó que el día de la masacre el jefe de guardia de la base, de apellido Magallanes, lo despertó para comunicarle lo sucedido. Paccagnini descansaba junto a su familia en su casa situada a unos 200 metros del sector de los calabozos y, en ese sentido, precisó que llegó al lugar del hecho en cuestión de minutos. El imputado declaró que al arribar vio a “cuatro o cinco heridos” y que ante esa situación convocó a los médicos. Y situó en el lugar a Bravo, Sosa, un suboficial del que no recordó el nombre y el fallecido Herrera. Respecto de Del Leal, el acusado indicó que ignoraba si había estado al momento del tiroteo o si había llegado después del mismo.

Sobre lo ocurrido, Paccagnini declaró que la guardia estaba a cargo de la Infantería, que esa noche estaba Bravo y Marandino, y que Sosa y Herrera había ingresado después, cuando Bravo ya había hecho salir a los prisioneros de los calabozos. Sostuvo que Herrera no pertenecía a la Infantería pero que estaba reunido con Sosa en el Casino de Oficiales y acompañó a aquel hasta el sector de celdas.

Y en cuanto al resto de las circunstancias de los hechos, repitió la versión oficial de la Marina: que Sosa había inspeccionado los calabozos y que Pujadas, con fines de huir, lo tomó del cuello, originándose un forcejeo y posterior tiroteo.


Fuente: La pasión según Trelew, de Tomás Eloy Martínez.