Deportes en el recuerdo - Parte XI


Undécima fecha

El campeonato sigue su curso y no deja de ser atrapante. Esta fecha estuvo llena de fútbol, goles y de la infaltable emoción que brinda la pasión de los hinchas.

El viernes comenzó la jornada con el encuentro entre Boca y Gimnasia de La Plata en la Bombonera. El partido era atractivo desde la previa ya que los planteos tácticos invitaban a dejar volar la imaginación. Se palpitaba un partido bárbaro y así lo fue.

Desde el comienzo se prestaron la pelota y el mediocampo se llenó de gente; sin embargo, el trámite no fue trabado sino bien jugado. Y dentro de esa paridad, Gimnasia salió beneficiado porque Boca tenía muchos problemas defensivos y el “Mellizo” Guillermo se hacía imparable. Por ello no sorprendió que el Lobo se pusiera en ventaja gracias a Sava.

Lo que sí sorprendió fue el vuelco del partido después del primer gol. Boca, aprovechando el quedo de Gimnasia, se adueñó de la pelota y de las acciones. Latorre y Riquelme comenzaron a mover los hilos del ataque xeneize. Enseguida, “Gambetita” logró el empate y él mismo puso a su equipo en ventaja casi al final del primer tiempo. Así, a pesar del sofocón inicial, el local era un justo ganador.

En el segundo tiempo, Gimnasia se adelantó en el campo y atacó más, mientras que Boca respondía con fuertes réplicas. El partido estaba para cualquiera de los dos y un siguiente gol definiría el resultado.

En ese marco, “Manteca” Martínez capturó un rebote y puso el 3-1. Después vino la expulsión de Dueña y la balanza se inclinó definitivamente para Boca.

Luego vino el floreo de los locales que con tres goles más de Martínez redondearon un 6-1 que cortó la sequía de triunfos del equipo del “Bambino” Viera de casi dos meses.

Boca ganó porque supo corregir sus problemas y por la capacidad goleador de “Manteca”. En tanto, Gimnasia mostró que es dos equipos en uno, el que ataca, veloz y preciso; y el que defiende, totalmente opuesto.

El clásico del domingo fue pura emoción. Racing y San Lorenzo venían entonados por sus respectivas rachas de triunfos y sabían que había muchas cosas en juego. Por eso salió un gran partido, en el que la gente llenó la cancha de color y alegría.

En el primer tiempo, la Academia se paró mejor y tuvo más chances que el Ciclón. El “Mago” Capria estaba muy preciso y el “Chelo” Delgado era una pesadilla para el fondo rival. Los visitantes ofrecieron mucha lucha y de crear, poco y nada. Silas y “Pipo” Gorosito perdían siempre con Michelini y Marini, y arriba, Abreu estaba en una pésima noche, mientras que sólo el “Pampa” Biaggio complicaba. Y fue éste el que tuvo las oportunidades más claras: un mano a mano y un tiro en el travesaño.

El complemento mostró a un San Lorenzo que mejoró y Rivadero metió un tiro en el palo. Pero de tanto ir, le dejó espacios para la contra a Racing que de la mano del “Chelo” no perdonó. Un cabezazo de Centeno y un golazo de Delgado pusieron el 2-0.

Sin embargo, antes del segundo tanto, San Lorenzo había merecido el empate pero le anularon mal un gol a Núñez. Por eso, cuando el árbitro pitó el final quedó una sensación de injusticia en el Cilindro de Avellaneda.

Sin lugar a dudas, el partido entre Colón y River fue lo mejor que se vio en todo el torneo. Será difícil que otro partido tenga la emoción, calidad y marco que tuvo éste.

El encuentro previo con los correntinos le sirvió al Sabalero para darse cuenta de que si quieren dar la vuelta cada fecha debe jugar una final. Y así fue que salieron a enfrentar al Millonario.

El planteo de Colón fue simple: Presionar en el medio para recuperar la pelota y luego contraatacar con velocidad y precisión por las puntas aprovechando los espacios vacíos que dejaban las subidas de Hernán Díaz y especialmente Sorín.

Y en una ráfaga de fútbol simple y eficaz, pero a la vez lujoso, Colón se puso 3-0 con dos goles de Saralegui y uno de Castillo apabullando a su rival.

A River le costó mucho recuperarse de ese golpe anímico y sólo Francescoli dibujó un hilo de esperanza con el 1-3. Pero, enseguida, Saralegui puso el 4-1 con un tiro libre y la complicidad de Bonano.

“Si le remontamos tres goles a Boca, ¿por qué no a Colón?”, habrá dicho más de un hincha de River en el entretiempo. El problema fue que el Sabalero no fue Boca y el Millonario tampoco el del superclásico.

Es que en el segundo tiempo, Colón siguió con el mismo planteo y el comienzo Castillo lo liquidó: 5-1.

Pero a River le quedaba orgullo para ir al frente y fue por su fuerza y persistencia que mereció algún gol más. Por ejemplo, Trotta estrelló dos pelotas en los palos y el travesaño le devolvió un tiro libre al “Príncipe”.

De todos modos, Colón no se conformó y también pudo haber ampliado la diferencia pero los postes se lo impidieron en dos ocasiones y Bonano en un mano a mano. Y si tomamos en cuenta todas las situaciones de gol del encuentro, el resultado bien podría haber sido 13-10 a favor del Sabalero.

En definitiva, Colón tuvo inteligencia para plantear el partido y lo supo poner en práctica. Y si bien el pésimo nivel de River lo ayudó bastante, el mérito fue todo suyo.

Un día antes jugó Newell´s, con la oportunidad de, en caso de ganarle a Gimnasia en Jujuy, quedar sólo en la punta, al menos por una noche. Y la Lepra no dejó escapar la chance y tocó el cielo con las manos.

Si hay que destacar las virtudes de los rosarinos durante el torneo no olvidarse del gran rendimiento de algunos jugadores puntuales apoyados por el buen trabajo colectivo. Estas dos cualidades formaron la combinación perfecta para un nuevo triunfo, esta vez, ante los jujeños.

Sin embargo, Newell´s arrancó perdiendo con un gol de penal de Barrionuevo y gracias a la solidaridad de sus jugadores supo asimilar el golpe y adueñarse del trámite del encuentro. Con la lucha en el medio, la resistencia del rival fue diluyéndose hasta desaparecer por completo.

Con el partido dominado, los creadores de Newell´s tomaron la posta y apareció Dalla Líbera para asistir a Giménez y Quintana pero, una tras otras, fueron desaprovechando las situaciones de gol. A veces por mala suerte y otras por falta de puntería.

En el segundo tiempo, cuando mejor jugaba la Lepra, llegó el empate de Dalla Líbera. Gimnasia intentó asegurar el punto refugiándose en su arco pero eso lo terminó perjudicando porque le cedió más campo y pelota al rival.

El gol de Newell´s parecía inevitable y con el cabezazo de Saldaña finalmente llegó. El 2-1 brindó tranquilidad al visitante que igual siguió atacando y Giménez desperdició un penal.

Los rosarinos jugaron bien y se trajeron tres puntos de oro del norte que le sirven para luchar palmo a palmo con Colón.

Por su parte, Independiente pareció recuperarse se esa amnesia de principio de torneo y alargó su racha de triunfos. Esta vez, su víctima fue Platense. En Vicente López hubo baile y el Calamar ensayó varios pasos al ritmo de la música que puso el Rojo.

El visitante jugó uno de sus mejores partidos del campeonato y ganó más que merecidamente. De hecho, el 3-0 final no reflejó todo lo que ocurrió en la cancha.

El gol tempranero de Calderón le dio tranquilidad a Independiente que luego del 1-0 dominó cómodamente. Cascini y Acuña no dejaron pasar a nadie y así se le hizo difícil que Platense llegara hasta Mondragón.

Luego, Calderón marcó el segundo y liquidó el pleito cuando recién promediaba el primer tiempo, mientras que el local no mostraba ninguna respuesta futbolística y anímica.

El segundo tiempo fue la continuación del baile y “Panchito” Guerrero decoró el resultado final que le permitió al Rojo colocarse en una posición expectante en la tabla luego de cosechar 12 de los últimos 15 puntos que jugó.
El resto de la fecha arrojó los siguientes resultados: Central 0-0 Vélez, Español 2-1 Unión, Huracán de Parque Patricios 1-0 Banfield, Estudiantes 0-1 Ferro y Lanús 0-1 Huracán de Corrientes.


AA
Mayo 1997