¿Quién mató a Mariano Ferreyra? Ésta era la pregunta central a responder en el juicio por el crimen del joven militante del PO, pero también es el título de un libro que escribió Diego Rojas, quien el martes 18 de diciembre declaró como testigo.
Rojas consideró que el caso Ferreyra fue “un crimen político” y contó que fue miembro del PO y que su libro se contactó con dos de los acusados, Fernández, quien, según él, le cortó el teléfono, y Pedraza, que le dio una entrevista.
“El libro tiene una estructura triásica. Por un lado, traté de reconstruir qué sucedió el 20 de octubre de 2010 por medio de relatos de los hechos. Por otro, intenté hacer una semblanza de Ferreyra, entrevistando a quienes lo conocieron. Por último, indagué en el contexto económico y político para establecer las causas que motivaron el ataque a los tercerizados”. (1)
Sobre su encuentro con Pedraza, el escritor dijo: “Cuando le pregunté por (el imputado) Favale, me mostró una pila de currículums y me dijo que Fernández era el que manejaba los ingresos al ferrocarril, que Fernández los aprobaba y él los veía, que ellos sabían muy bien quien entraba y quién no. Le pregunté por los despidos en la cooperativa Unión del Mercosur. Él decía que no había habido despidos. Yo le insistí, y le pregunté por Pablo Villalba (quien ya delaró como testigo en el debate). Me dijo, ofuscado, ´ese es un delincuente, no quiere trabajar´. Conocía perfectamente el funcionamiento de Unión de Mercosur y tenía caracterizados quiénes eran los despedidos de la cooperativa”. (2)
“Pedraza me dijo que sabían de la movilización de los tercerizados desde el día anterior. Me contó de un diálogo con Fernández, quien le dijo que su gente no se iba a meter, y que ´menos´ iban a convocar barrabravas, porque ´se podían descontrolar y provocar un muerto´”, agregó Rojas. (3)
El testigo declaró que luego de escribir el libro se entrevistó con José “Dinamita” Pérez, un ex boxeado y ferroviario que conocía a Favale del barrio. “Me contó que Favale quería entrar al ferrocarril y él le dio la tarjeta de Pablo Díaz. Más tarde, lo vio barriendo en una estación, trabajando para una tercerizada: Herso. Luego, al tiempo, se lo cruzó por la calle. Ya no trabajaba en Herso, pero le dijo que Díaz lo iba a contratar para cagar a palos a los pibes de las contratistas”, recordó. (4)
Después declaró Germán Aguirre, ferroviario desde 1995 y conocido de los acusados Fernández y Díaz. El testigo contó que en 2010 atravesaba un período de desavenencias gremiales dentro de la Lista Verde y Karina Benemérito y Fernández lo convocaron el 6 de septiembre para impedir que los tercerizados bloquearan las boleterías de Constitución, pero que él y sus compañeros se negaron a ir.
“Para el 20 (de octubre de 2010), no me llamaron porque ya sabían mi posición. Me habían sacado unos volantes que decían: ´Te recordamos, Morsa, que los cadáveres los amontonamos uno a uno´”. (5)
Aguirre dijo que el día del crimen él estaba en el congreso de la revista Latin Rieles, en la sede de la Unión Ferroviaria. “Cuando me enteré de que había gente apedreada, le dije a Karina Benemérito, que es de la directiva, ´ ¿por qué no paran todo esto?` y ella se puso muy nerviosa”. (6)
El juicio continuó el viernes 21 de diciembre, cuando declaró uno de los testigos propuestos por los defensores de los ferroviarios: Adrián González Juárez, un obrero de los talleres de Remedios de Escalada que contó que el día del crimen fue el delegado Toretta quien le propuso “ir a una marcha de presentismo”.
Al reconstruir lo que hizo en el lugar de los hechos, una versión muy similar a la de otros ferroviarios que ya habían declarado en el juicio, el testigo destacó que vio “un objeto” que no supo “si era un fierro o de plástico” en manos de uno de los manifestantes al que describió con ropa clara y una mochila negra.
Pero lo más destacable de esa audiencia fue el descargo del imputado Pipitó, acusado de haber agredido y amenazado al equipo periodístico de C5N.
El imputado declaró que dijo que el 20 de octubre estaba con parte de enfermo pero que fue a Constitución para entregar una carta de un compañero y ver al médico de la empresa. Allí se enteró de que había “un corte de vías” y que al regresar bajó en la estación Avellaneda porque vio muchos “conocidos”.
“Ahí me cuentan que quieren cortar vías y veo que por la calle de abajo hay una multitud, con banderas del Partido Obrero. Entonces empezamos a caminar por el borde… Estaban Pablo Díaz, Amuchástegui y otros que no conozco de nombre. A unos 50 metros, sube gente a las vías, tiran piedras, nosotros les tiramos a ellos… habrá durado cinco o diez minutos… abajo intervino la policía, después vino infantería arriba del puente y ahí quedó”. (7)
Pipitó dijo que bajó del puente para refrescarse y que corrió porque alguien dijo “ahí vienen”. Después paró de correr porque es fumador y se encontró con los periodistas a los que negó haber amenazado. “Hace dos años y medio que estoy detenido y no sé por qué, si yo no amenacé a nadie”, afirmó. (8)
Mientras que en la audiencia del viernes 28 de diciembre, declaró el mencionado “Dinamita” Pérez, quien contó que fue “tercerizado” de la empresa Servicio Express y luego pasó a planta permanente como guardabarrera en el Roca.
El testigo dijo que el imputado Favale vivía "a un par de cuadras” de su casa, en Florencio Varela, y que era un "conocido del barrio”, mientras que a Pipitó dijo conocerlo “de las barreras”. También admitió conocer al acusado Fernández y a Díaz, al que describió como “el jefe”.
Pérez contó que antes de ser entrevistado por Rojas había sido golpeado y amenazado varias veces por otros ferroviarios. “Me pegaron porque decían que me había quedado con plata. A mí me mandaban a comprar dólares y me pagaban quinientos pesos. Cuando otro compañero me explicó que eso era lavado de dinero, fui hablar con el que me había mandado a comprar y casi me matan a golpes”, señaló. (9)
También dijo que en una ocasión se encontró con Favale y éste le dijo que “iba a pasar al Roca, para correr a los tercerizados cuando hacían un corte”. (10)
Respecto de Ferrobaires, sus empleadores, el testigo señaló: “Cuando lo matan a Ferreyra , pasan un día o dos, y Mario Galván me pasa a buscar por la garita para traerme a Plaza Constitución. Entonces, me dice ´che, José, ¿podemos guardar las armas en tu casa? Porque va a haber allanamientos en la casa del gordo (Héctor) Saldaña y en Encomiendas´. Tenían armas de todo tipo, hasta chalecos anti balas. Yo le dije que no, en mi casa no, yo soy humilde, tengo familia, yo no soy de esos. Al día siguiente, me dijeron que no pasaba nada. Cuando empezaron a hacer los allanamientos, ellos sabían todo. Después me cagaron a palos”. (11)
Ante los dichos de Pérez, Favale pidió hacer unas aclaraciones y si bien admitió que fue el testigo el que lo contactó con el acusado Díaz para poder ingresar al ferrocarril negó todo lo demás.
Luego, tomó la palabra el imputado Fernández, quien declaró que los postulantes a entrar al ferrocarril pasaban por el visto del sindicato y si bien admitió que Favale estuvo en la lista de recomendados, negó conocerlo.
Se refirió también a las “tercerizadas”, a Unión del Mercosur, sobre la que dijo que “estaba administrada por trabajadores ferroviarios” y negó que hubiera despidos en la misma, y de las elecciones dentro del gremio.
Sobre lo ocurrido el día del crimen de Ferreyra, Fernández dijo que sabían de la manifestación de los tercerizados y recordó haber hablado del tema con Pedraza, al que le sugirió proponerle al entonces secretario Schiavi “para los trenes”.
E insistió en que la presencia de los ferroviarios en Avellaneda se debió a una “autoconvocatoria espontánea”, al tiempo que negó que hayan existido incidentes anteriores con los tercerizados, como los de septiembre de 2010, en Constitución.