V

El más buscado
El empresario Cozza se convirtió a poco más de un mes en la persona más buscada por la policía de la provincia de Buenos Aires y en la principal preocupación de las autoridades políticas del área de Seguridad que terminaron por crear una unidad especial de agentes para que se dedicara exclusivamente a la captura del que se dedique exclusivamente a la búsqueda del prófugo
Se trataba de un grupo de 100 policías, no sólo de San Isidro sino también de otros distritos, que están especializados en este tipo de búsqueda.
La sospecha de los investigadores era que Cozza permanecía prófugo ya que junto a su hermano tenía muchos vínculos con personal de la Secretaría de Inteligencia Del Estado (SIDE), del Poder Judicial de San Isidro y el Partido Justicialista.
De todos modos, tantos los funcionarios judiciales como los policiales estaban confiados en que era una cuestión de tiempo detener al sospechoso, aunque no pensaban que esa misión iba a tardar tanto para concretarse.
Mientras tanto, el entorno de Cozza seguía desarrollando su plan de de defensa y Norber pidió la eximición de prisión a la Justicia de San Isidro que finalmente la rechazó.
Paralelamente al revés judicial, una comisión policial fue enviada a la ciudad correntina de Bella Vista debido a que un vecino señaló que había visto a Cozza por esa zona.
Los detectives comprobaron que se trataba de una persona de fisonomía similar a la del empresario buscado aunque continuaron con la búsqueda en ese lugar debido a que La Salada, localidad cercana a Bella Vista, figura como uno de los domicilios legales de la firma que aparecía como propietaria del terreno en el que funcionaba Dallas.
Sin embargo, a mediados de marzo, el propio Cozza rompió el silencio desde la clandestinidad y se río de los que los buscaban a través de una entrevista exclusiva a la agencia de noticias Télam donde sostuvo que no había asesinado a Marcos y que no pensaba entregarse a la Justicia por lo “esperaba una trampa”.
“Yo no soy un asesino que intenta eludir a la Justicia, soy un inocente condenado que trata de salvar su vida”, sostuvo Cozza, quien señaló que estaba “pero que preso” y que su estado de ánimo era “angustioso y temeroso”.
El empresario respondió desde la primera pregunta con citas bíblicas, como una manera de hacerse pasar por loco mediante un delirio místico, y aportó pocas precisiones sobre la noche que ocurrió el crimen.
Al ser consultado sobre que había ocurrido la madrugada del homicidio, el sospechoso respondió: “Yo no maté a ese muchacho. Los que armaron esta infamia actuaron con la rapidez de la serpiente y construyeron una hábil trampa para convertir a la mentira en una verdad contundente, sólida de pericias y pruebas. Soy inocente. Camino por el desierto al que fui arrojado con el único vestido de la esperanza y la fe”.
En tanto, a un mes antes de estas declaraciones, se sumó a la búsqueda el personal del Departamento de Contrainteligencia de la SIDE y los operativos se ampliaron hacia países limítrofes como Uruguay.
Más allá del esfuerzo, el lugar donde más cerca estuvieron de atraparlo fue en la ciudad correntina de Mercedes y en una estancia situada en los esteros de Iberá, donde los detectives llegaron dos días después de que Cozza se marchara.