Decimotercera fecha
Esta jornada fue vital para terminar de definir los más firmes candidatos para quedarse con el campeonato. Los cinco con mejores chances son Newell´s, Colón, River, Independiente y Vélez. Los leprosos están en la punta y tiene partidos de local contra equipos accesibles. Colón ha demostrado que tiene fútbol para dar la vuelta, los dirigidos por el “Flaco” Menotti están respaldados por su buen juego y los de Liniers volvieron a mostrar su poderío. Por su parte, River ya apagó el incendio que significaron las goleadas en contra ante el Sabalero y Estudiantes y volvió a la senda de la victoria.
La fecha comenzó el viernes con Boca-Banfield. Uno, los del sur, casi descendido; el otro, necesitado de buenos resultados por una cuestión de orgullo y dignidad, y principalmente para satisfacer a una hinchada desilusionada por la magra campaña del equipo. A esto se le sumó la condena a un grupo de barrabravas, por lo que hubo un clima hostil en las tribunas. (N. de R.: José “El Abuelo” Barrita, ex líder de “La 12” recibió una pena de 13 años por asociación ilícita y extorsión contra los dirigentes del club xeneize pero fue absuelto del doble crimen de los hinchas de River, Walter Vallejo y Angel Delgado, cometido en 1994. Por esos homicidios sí fueron sentenciados a penas de entre 15 y 20 años de cárcel otros seis barras).
Boca salió con la intención de ganar y arrimó peligro con dos ocasiones claras de gol pero a los 12´ Campodónico puso en ventaja al Taladro. A partir de ahí, los locales fueron al frente pero confundieron el camino ya que en vez de tocar en velocidad y rotar posiciones abusó del pelotazo. Encima, quedaba mal parado defensivamente y se expuso a la contra de Banfield que pudo haber ampliado la ventaja. Cuando terminó el primer tiempo, el “Bambino” Veira se agarraba la cabeza y agradecía a Dios que sólo perdía 0-1.
En el segundo tiempo, con el ingreso de Arruabarrena tuvo más seguridad en el fondo y con el pibe Calvo obtuvo velocidad y precisión en el traslado. El “Huevo” Toresani agarró la lanza y comenzó a ir y venir convirtiéndose en el jugador más valioso del encuentro. Boca cambió su actitud y comenzó a tener llegadas: un tiro del Huevo, un doble cabezazo perdido bajo el arco y hasta un penal desperdiciado por “Manteca” Martínez.
Sin embargo, los xeneizes no se dieron por vencidos y llegaron al empate con un cabezazo del delantero uruguayo. Ese gol le dio tranquilidad al equipo local que con inteligencia comenzó a aprovechar los errores rivales.
Y llegó la obra maestra de la figura de la cancha, un premio a su esfuerzo: Toresani clavó un tiro libre en el ángulo y puso el 2-1.
Con ese resultado, Banfield desapareció, quedó prácticamente liquidado y Boca con un gol de Tchami lo remató, casi sentenciándolo a jugar en la Primera B Nacional la próxima temporada.
Boca ganó 3-1 con justicia, más allá de ese primer tiempo horrible, porque tuvo más precisión a la hora de definir las jugadas de gol y fue el único que quiso ganar, además de tener mucha garra para dar vuelta el marcador. Por su parte, Banfield ya está pensando en la segunda categoría.
El sábado, Gimnasia de Jujuy recibió a Independiente que con el triunfo dio un paso importantísimo hacia delante ya que le permite estar a cuatro puntos de Newell´s, aunque fue un paso atrás porque el rendimiento no fue el habitual.
Independiente salió a jugar como les gusta a su técnico y a su gente, y le quitó la pelota a los locales. Rápidamente se puso en ventaja y hasta que Gimnasia se reacomodó después del gol dominó con amplio margen. Pero cuando los locales volvieron a meterse en el partido le crearon peligro al Rojo.
Riggio (N. de R.: el DT del equipo jujeño) pobló el mediocampo con muchos volantes de marca y dos jugadores, Rosas y Morales Santos, que saben con la pelota. Estos dos condujeron a su equipo al empate de Costas y con el 1-1 terminó la etapa inicial.
A Independiente se le venía la noche ya que se había ido expulsado Arzeno y en el inicio del complemento el local lo arrinconó. Pero la presión de Gimnasia fue cediendo y el trámite se hizo más luchado y se pegó mucho. Y ese clima violento terminó por definir un partido parejo: tres jugadores jujeños se fueron a los vestuarios antes de tiempo y así la mesa quedó servida para el Rojo.
Los de Avellaneda supieron aprovechar la ventaja numérica y con una ráfaga de buen fútbol y goles liquidó el encuentro con un contundente 4-1.
El triunfo de Independiente fue merecido porque intentó jugar bien, aunque no siempre lo logró, mientras que el equipo local fue pura impotencia y la única respuesta que tuvo fue pegar.
El domingo se jugó el resto de la fecha bajó un clima lluvioso en la provincia de Buenos Aires. En La Plata, Vélez visitó a Estudiantes, ganó 3-0 y se prendió en la pelea. Apareció el multicampeón de Liniers que ganaba todo lo que jugaba y ahora parece que se propuso ganar este torneo. Los visitantes aprovecharon la tardía aparición de su rival en el partido y con un fútbol simple y eficaz marcaron dos veces de entrada con un gol de Pandolfi y un cabezazo de Pellegrino. El 2-0 reflejaba la superioridad velezana y el Pincha se encontró con un rival que no le dio ninguna ventaja. Estudiantes era un mar de dudas que formaba olas en un césped muy afectado por la lluvia.
En el complemento, Vélez reguló y apostó al contragolpe. Ahí se vio una tímida reacción del local que pudo haber descontado, pero entre el estado del campo de juego y la falta de precisión se lo impidieron. Los dirigidos por Piazza, al ver que el Pincha se le venía, buscaron asegurar la victoria y lo lograron a través de una obra maestra de la contra convertida por su mejor jugador: Bassedas.
El resultado final habla por sí solo. Fue una gran producción de Vélez que si gana su partido pendiente ante Español se colocará a dos puntos de primero de la tabla. Mientras que Estudiantes demostró que su buena táctica no le alcanza para ganar y que necesita de buenos jugadores. Y esto último es lo que está buscando el “Profe” Córdoba.
El gran choque entre Colón y Newell´s se produjo el domingo en un marco espectacular. Hubo mucha gente y nada de lluvia. Partidos como el que jugaron estos dos equipos son la máxima expresión de este deporte, son encuentros que confirman viejos valores que constituyen la mística del fútbol porque se imponen sobre los planteos tácticos mezquinos. Me refiero a la convicción y la personalidad para llevar adelante una búsqueda sana del éxito.
Estos fueron los mejores ingredientes pero para llegar a convertirse en un gran partido, ambos equipos debieron jugar antes un discreto primer tiempo. Así se dieron cuenta de lo que estaba haciendo mal y jugaron un complemento fantástico. Y aquí cabe destacar el mérito de saber corregir.
La etapa inicial se pareció más a un partido de ajedrez entre Kasparov y Deep Blue que a un encuentro de fútbol entre el primero y el segundo de la tabla. En el Cementerio de los Elefantes todo era fríamente calculado y aburrido. Zanabria soprendió a todos poniéndoles stroppers a Castillo, Múller y Saralegui. También cubrió los desbordes de Uliambre y Cuberas, y con la presencia de Quintana obligó a Ibarra a no proyectarse.
El resultado de esto fue que el local no pudo elaborar muchas jugadas de gol y si lo hacía no lograba definir por el bajo rendimiento de sus individualidades importantes. Ésa fue la clave del partido. Y en la etapa inicial lo más destacado fue un tiro en el palo de Quintana.
En el segundo tiempo, Colón asumió el protagonismo y al igual que su rival cambió de actitud. Ambos dejaron de aferrarse al empate y fueron en busca de la victoria. Pegó primero Newell´s con un penal de Dalla Líbera que lo puso 1-0. El Sabalero se la jugó a todo o nada y de contra Giménez puso el 2-0. Parecía el que invicto del local iba a ser historia y un mano a mano desperdiciado por Giménez alimentaba esa idea.
Sin embargo, como ya había ocurrido con Ferro, Colón remontó el marcador con fútbol, convicción y personalidad. Primero descontó Gordillo y luego empató Risso, quien desató la locura de su público. Y sobre el final, Saralegui casi logra la hazaña al estrellar un tiro libre en el travesaño.
El 2-2 fue lo más justo. Los dos equipos tuvieron sus respectivos momentos de esplendor y lo aprovecharon al máximo. Los méritos fueron repartidos: Newell´s tuvo inteligencia para plantear el partido y Colón utilizó los viejos valores para lograr la remontada.
El clásico del domingo era un partido clave, no sólo para la pelea por el campeonato sino para los dos equipos que lo disputaban. Ni River ni San Lorenzo estaban pasando por su mejor momento y no se parecían a esos conjuntos deslumbrantes del inicio del torneo. Y en esta ocasión, los millonarios contaba con una leve superioridad de jerarquía individual ya que el “Profe” Castelli no podía contar con dos jugadores claves: Silas y Abreu, el socio de Gorosito y la carta de gol, respectivamente.
En el Nuevo Gasómetro del Bajo Flores porteño, el partido fue atractivo en el comienzo, cuando San Lorenzo atacó con decisión y se puso en ventaja con un gol del “Pampa” Biaggio y pudo haber marcado algún tanto más. Pero ese dominio del local pronto fue desapareciendo gracias a la buena labor de los volantes de River que quitaron mucho y le permitieron a los creadores contar con la herramienta básica para su trabajo: la pelota. Y en esta tarea se lucieron Francescoli, Gallardo y Salas.
Este trío fue el artífice de la levantada de su equipo que llegó al empate con un penal a Salas y gol del Príncipe, quien luego reventó un tiro libre en el travesaño, con lo que terminó el primer tiempo.
En la segunda etapa, el desarrollo del juego se hizo tornó impreciso y el mal estado del campo influyó mucho. River insinuaba más pero era sólo eso: una insinuación. De todos modos, con ese poquito le alcanzó para ser superior al local que fue sólo el amor propio de Biaggio y Montenegro, y algunos destellos de habilidad de Galetto y Gorosito.
Luego, llegó el gol de Berizzo y el partido cambió ya que ganó en emotividad. Castelli pudo dos delanteros más en cancha porque sabía que esa era la única esperanza de evitar la derrota. Pero en River estaba Salas y el chileno liquidó el pleito.
San Lorenzo le puso suspenso al resultado cuando descontó con Biaggio pero en ese momento apareció la jerarquía de los dirigidos por el “Pelado” Díaz para meter el partido en el freezer y asegurar la victoria, y los hicieron de la mejor manera posible, teniendo la pelota.
El árbitro pitó el final y desató la alegría de la hinchada visitante que ya había empezado a festejar con el empate entre Newell´s y Colón. River ganó 3-2 y lo hizo bien porque si bien no brilló fue superior a su rival intentó revertir la situación pero no encontró las respuestas correctas por la falta de jugadores y rendimientos claves.
Esta 13ra. fecha, en la que se marcaron 33 goles, se completó con los siguientes resultados: Central 3-3 Gimnasia de La Plata, Huracán de Parque Patricios 0-0 Español, Platense 2-0 Unión, Racing 2-0 Huarcán Corrientes y Lanús 1-1 Ferro.
AA
Mayo 1997.