17 - 7

La fiscal Magoo estaba desconcertada y busca a través de todo tipo de medidas de hallar pistas sobre el paradero de los Pumba. El 23 de noviembre, el inspector Clousseau viajó a Piedrabuena con un grupo de policías y, con una orden de la funcionaria judicial, allanó la casa de Federico.
“Secuestren la computadora que el señor Pumba tenía en su casa e inspeccionen archivo por archivo de su disco rígido. Quizás en algún documento, algún mail o alguna foto, haya algo que nos dé una pista de qué pudo pasarles", le había indicado Magoo al inspector de estado antes de que partiera de Nobleza.
Mientras tanto, los peritos de la Fuerza Científica, los mismos que iban a analizar el contenido de la computadora, continuaban con el entrecruzamiento de llamados de todos los teléfonos fijos y celulares del matrimonio Pumba.
Ya había agotado el análisis de los llamados y mensajes del 17, por lo que ahora los expertos indagaban en las comunicaciones de los días previos a al desaparición en busca de alguna persona que tuvo contacto con la pareja y podría aportar datos de interés para la causa.

17 - 6

El 22, decenas de policías intensificaron los rastrillajes en busca de los Pumba. Carlos Dodó, comisario de Nobleza, y Antonio Clousseau, inspector del Estado, encabezaron los operativos ordenados por la fiscal Magoo. Los procedimientos abarcaron no sólo la ruta 7, sino otros cuatro caminos muy transitados que limitan al sur con la provincia vecina.
Mientras tanto, el subsecretario de Investigaciones del Ministerio de Seguridad, Paulo Starky viajó a Nobleza, por orden del titular de la cartera, Esteban Hutch, para reunirse con al fiscal de la causa.
Al término de ese encuentro, el funcionario provincial enfrentó a los periodistas que ya estaban apostados en el pueblo para cubrir la noticia de la misteriosa desaparición de la familia.
"Yo creo que hay esperanzas y que los encontramos con vida", afirmó Starky, quien luego iba a entrevistarse con los padres de Gisela y de Federico.
"Tenemos mensajes de texto que fueron emitidos después de la última foto que se vio en el peaje. Desde allí, hasta la denuncia del otro día, el auto se podría haber ido a cualquier parte", respondió sobre dónde podrían estar.

17 - 5

El 21 de noviembre los investigadores recibieron una nueva pista, esta vez, contundente. En un disco compacto estaban las imágenes digitalizadas de otro peaje de la ruta 7, en el que mostraban a toda la familia Pumba, en su auto y con su perro. Estas nuevas imágenes habían sido captadas en un puesto anterior al que ya habían visto los pesquisas y se veían en colores y con mayor nitidez.
Pero, sobre todo, mostraban a todos los integrantes de la familia buscada, no sólo a Federico, como en las otras, tomadas 18 minutos después y con 26 kilómetros de distancia. Y se los veía en uan situación normal.
Mientras tanto, los policías realizaron ese mismo día una serie de rastrillajes en una zona rural de San Antonio pero no obtuvieron ningún elemento de interés para la causa.
Por su parte, y ante la falta de respuestas, la señora Roberts comenzó a hacer públicos sus peores temores. “Los deben tener secuestrados por error. Estarán esperando un poco de tranquilidad para poder largarlos, si fuera por un rescate ya lo hubieran pedido”, expresó la mujer a la prensa.

17 - 4

Al cuarto día de la desaparición del matrimonio Pumba y sus dos pequeños hijos, sus familiares, amigos y vecinos de Nobleza realizaron una marcha por las calles del pueblo para reclamar la aparición de las cuatro personas, sanas y salvas.
Decenas de personas se reunieron a las 10 en la puerta de la casa de los padres de Federico, desde donde luego partieron hacia la Iglesia Misericordiosa, en pleno corazón de Nobleza.
Paralelamente, voluntarios de La Solidaria repartieron volantes en los alrededores del Obelisco porteño y en el peaje donde la familia buscada había sido vista con vida por última vez.
Por su parte, los investigadores judiciales y policiales seguían distintas pistas en busca de datos sobre el paradero de los Pumba. Una de ellas fue la aportada por un taxista de Río Negro que declaró ante la policía de esa provincia que había visto a los cuatro buscados en su auto gris, en una estación de servicio de la zona.
De acuerdo a este testigo, pudo reconocer a esas personas a partir de las fotografías que habían sido difundidas por los medios de comunicación.
Este testimonio, junto con las imágenes de las cámaras de seguridad de la estación de servicio rionegrina, fue remitido de inmediato a Nobleza para ser analizadas.

17 - 3

El lunes 19 la investigación empezó a tomar impulso, como toda actividad que duerme durante el fin de semana. La policía de Nobleza obtuvo aquel día un video de las cámaras de seguridad de un peaje de la ruta 7 en el que se veía a Federico Pumba, a través de la ventanilla baja de la puerta del conductor del Corsa gris. Esas imágenes, en blanco y negro y de mala calidad, habían sido tomadas cerca de las 20 del sábado 14, a la altura de un pueblo que estaba a mitad de camino de Piedrabuena.
Esta pista alentó a la fiscal Magoo, al comisario Carlos Dodó y al inspector Antonio Clousseau a creer que era cierto que los Pumba se dirigían a Nobleza y que hasta esa hora del sábado, por lo menos Federico estaba con vida y visiblemente bien, normal.
A partir de entonces, si Federico hubiera seguido conduciendo su auto por el mismo camino, tendría que haber llegado a las 22 a Nobleza, tal como le había adelantado Gisela a su amiga por sms.
Esta situación abrió el abanico de hipótesis que empezaron a manejar los investigadores judiciales y policiales que continuaron con distintas diligencias para dilucidar el misterio que ya estaba en todos los medios de prensa del país, un factor de presión sobre sus tareas.

17 - 2

La mañana del 18 de noviembre la señora Roberts, muy preocupada, fue junto a Jorgelina, que trabajaba como abogada y conocía como proceder en estos asuntos penales, hasta la comisaría 1ra. Nobleza para denunciar que su familia no había llegado al pueblo la noche anterior, como estaba previsto.
Tras la denuncia policial, la causa por “averiguación de paradero” recayó en la fiscalía de Susana Magoo.
- Parece como si se los hubiera tragado la tierra doctora- le manifestó la amiga de Gisela a la fiscal.
- Estamos cotejando información con la policía de toda la zona y por el momento no hay ningún indicio de dónde pueden estar- le respondió la instructora judicial – Pero quédense tranquilas, que estamos haciendo todo lo posible e investigando los días previos a la desaparición.
En su declaración judicial, Jorgelina contó que se había comunicado con su amiga el día anterior a la tarde. “Chateé con ella por Facebook A las seis y media salieron, yo pensé que iba a ser más temprano. La idea inicial era partir a la mañana. Calculo que se habrán retrasado", sostuvo la letrada.
Jorgelina también ratificó que Gisela había dejado a su hijo adolescente en Piedrabuena. "Ella era una madraza. Si se hubiera fugado no lo habría dejado", declaró.
Consultada de si su amiga tenía problemas con alguna persona, respondió: "Ella no conoce la palabra enemigo".
La testigo contó que Federico se había quedado sin trabajo en mayo pero “no tenían deudas".
Por su parte, la hermana de Federico también declaró ante la fiscal Magoo y contó sobre la situación laboral del hombre.
“No se qué pasó. No se qué pensar. Mi hermano estaba desocupado pero el tenía una entrevista de trabajo. Tenía muchas expectativas. La casa de Piedrabuena está en venta porque él quería volver acá", contó desconcertada, Adriana Pumba.
La mujer si admitió que el matrimonio tenía que afrontar un crédito hipotecario para poder terminar la casa pero, al igual que Jorgelina, negó que tuvieran deudas.
La fiscal Magoo ya estaba analizando todas las llamadas y mensajes entrantes y salientes de los teléfonos celulares de Gisela y de Federico en busca de pistas.
Pero también le preocupaba saber si, efectivamente, los Pumba había tomado la ruta 7 para dirigirse a Nobleza, ya que había un camino alternativo, por la 41.
Por eso ordenó a la policía buscar las imágenes de las cámaras de video que hay en los peajes de esos dos caminos para ver si había indicios del Corsa gris en el que se movilizaba la familia.

17 - 1

La tarde del sábado 17 de noviembre, Federico terminó de cargar su viejo Chevrolet Corsa gris con todo lo que iba a necesitar para los tres días que pensaba pasar en Nobleza.
- Dale, puarte; que quiero llegar antes de las diez de la noche, para cenar- le dijo a su mujer, Gisela Villagrán.
- Ya voy. Estaba terminando de cambiar a Victoria.
El matrimonio junto a su hija de tres años y su hijo Agustín, de 6 abordaron el auto y partieron desde su casa a medio terminar en Piedrabuena hacia su pueblo natal. En el primer tramo del viaje, Federico decidió tomar la ruta 17, como lo hacía habitualmente.
La idea era visitar a sus parientes que viven allí y, además, Federico tenía una importante entrevista de trabajo el lunes. Por esa razón, no iban a viajar con el hijo adolescente de Gabriela –producto de un matrimonio anterior-, que se quedó en la casa de su padre, en Piedrabuena, donde iba a la escuela, la misma a la que concurrían los niños Pumba.
Eran cerca de las 19, cuando Gisela le envió desde su teléfono celular un mensaje de texto a su amiga Jorgelina, en Nobleza, para avisarle que ya estaban en camino.
Minutos después de las 20, la amiga la llamó para preguntarle si la esperaba para cenar o no y Gisela le respondió que si, que iban a arribar aproximadamente a las 22. El mismo horario de llegada le comunicó también por mensaje de texto a su madre, Isabel Roberts, quien la esperaba ansiosa, al igual que a sus pequeños nietos.

17

LOS PERSONAJES

Federico Pumba: Su padre Don Omar Pumba fue un terrateniente poderoso en Nobleza, un pueblo muy rico por al actividad agrícola ganadera. Federico se recibió de ingeniero agrónomo. Con la crisis del campo se fue a vivir a Piedrabuena, una ciudad de cemento, que supo ser industrial. Allí, tiene deudas porque no terminó su casa y anda en un auto modelo 95´.

Gisela Villagrán: De origen un poco más humilde que su esposo. Siempre trabajó de maestra igual que su difunto padre, Luis Villagrán, quien de joven había sido peón rural del Señor Roberts también en Nobleza, donde conoció a Federico. Sin embargo, ya tenía un hijo adolescente de un matrimonio anterior.

Victoria y Agustín Pumba: Los hijos de 3 y 6 años, respectivamente, de Federico y Gisela.

Isabel Roberts: Madre de Gisela y viuda de Luis Villagrán. Hija del Señor Roberts. De soltera era de familia bien. Su padre era la competencia de los Pumba y cuando su hija se casó con el peón la desheredó y la echó de sus tierras. Encima, Don Omar después no lo contrató a Luis para que trabajara en su campo, por lo que el recién casado se dedicó desde entonces a la docencia.

Pablo Starky: Subsecretario de Investigaciones de Nobleza. Abogado de profesión y típico funcionario municipal ñoqui. Al frente del caso desde el primer día.

Esteban Hutch: Ministro de Seguridad del Estado. Supo ser un gran investigador como Fiscal de Estado pero pecó de soberbio y se dedicó a la política.

Susana Magoo: La fiscal de Nobleza, donde nunca antes había ocurrido un hecho grave. Una buena mujer, mayor, pero sin experiencia.

Carlos Dodó: Comisario de Nobleza. Mucha calle pero muy vago.

Antonio Clousseau: Inspector del Estado. Muy capaz, técnico, e intelectual, pero poca calle.