Mala Espina VI

El fiscal Bazán, inició el martes 26 de julio los alegatos del juicio por el crimen del empresario “Cucho” Espinoza y sorprendió a propios y extraños ya que consideró que a partir de la prueba producida en el debate el imputado Álvarez no había sido “partícipe necesario” del homicidio, tal como había quedado procesado durante la instrucción de la causa.

 El representante del Ministerio Público de Malaespina acusó a Álvarez directamente como “autor” del “homicidio calificado por alevosía” de Espinoza, por lo que requirió al tribunal que lo condene a prisión perpetua.

 El fiscal se apoyó para cambiar la carátula respecto de Álvarez en el testimonio del comisario retirado García, quien dijo haber recibido una confesión extrajudicial del sospechoso, antes y después de producido el hecho. (Ver Mala Espina III)

 A partir de esa nueva acusación, Bazán pidió el sobreseimiento de Domínguez, quien había llegado al juicio imputado como autor material del homicidio, y también el de “Beto” Barrera. Respecto del acusado Giménez, dijo que éste quedará afectado a un nuevo debate cuando mejore su estado de salud.

 Es que al cambiar la calificación penal de Álvarez, la defensa de éste pidió plazo hasta el 10 de agosto próximo para preparar argumentos nuevos, por lo que las audiencias se suspendieron hasta ése día.

 En tanto, la querella adelantó que a pesar de la postura del fiscal, cuando se reinicien los alegatos pedirá que Domínguez sea condenado como autor del crimen. 

 De hecho, el abogado Capdevilla no puede acusar a ninguno de los otros sospechosos ya que no lo hizo antes del cierre de la instrucción de la causa y por ese mismo motivo, en la primera audiencia del debate, el letrado había pedido al tribunal poder ampliar la imputación a los cuatro enjuiciados, pero al solicitud fue rechazada. (Ver Mala Espina II)

Mala Espina V

El martes 12 de julio declararon los últimos dos testigos del juicio por el crimen de “Cucho” Espinoza: Horacio Cuellar, secretario del Sindicato de de Portuarios de Malaespinsa (SPM) y Lucas Novillo, abogado de Comapresa, quienes apuntaron contra Rosas.

 El sindicalista Cuellar, quien dijo haber sido “muy amigo” de la víctima, declaró: “Estaba, estoy y estaré convencido de que Domínguez no tuvo nada que ver con el homicidio. Los problemas más graves de Espinoza eran con Rosas”.

 “Una vez (Espinoza) lo recontra puteó a Rosas y le decía que le había robado”, indicó el testigo y agregó: “Un día, (Rosas) me ofreció 50 mil dólares para que busque un testigo que lo acuse a Domínguez”.

 A su turno, Novillo sostuvo que Espinoza había cometido una “traición” con Comparesa cuando se fue de la empresa en 1995 junto a Rosas. En ese sentido indicó que esta maniobra ocurrió en medio de un conflicto de la firma a la que representa con una competidora uruguaya que se quedó con dos barcos y una planta de la pesquera de Malaespina.

 Pero, según el testigo, Espinoza y Rosas habían ocultado ser también miembros del directorio de esa empresa y que luego de la disputa y su partida formaron San Julián con lo que le habían ganado a Comapresa.

 Consultado de si esta situación podría haber motivado al dueño de Comapresa a mandar matar a la víctima, el testigo señaló: “Araujo Castillo no lo quería muerto porque quería el escarnio público de Espinoza debido a su responsabilidad en la actuación desleal que tuvieron en el directorio”.

 Novillo añadió que Araujo Castillo justificaba a Espinoza y decía que había sido inducido por Rosas y criticó al exfiscal Méndez por no haber investigado nunca al socio de “Cucho”.

 En ese sentido, la querella pidió que Méndez fuera citado a declarar para aclarar estos dichos y también las declaraciones que surgieron en el debate sobre la versión de que el exfiscal presionó a varios testigos de la causa.

 Sin embargo, el tribunal rechazó la solicitud y aclaró que Méndez deberá declarar sobre esas cuestiones en las otras tres causas que se le siguen por supuesto falso testimonio.

 Luego, los jueces decidieron pasar a un cuarto intermedio hasta el 25 de julio, cuando se hará una inspección de la escena del crimen y la reconstrucción del hecho.

 Y por último, fijaron para el día siguiente que las partes lleven a cabo sus respectivos alegatos.

Mala Espina IV

El jueves 7 de julio el juicio por el crimen de “Cucho” Espinosa continuó con la declaración de la disputada nacional y candidata presidencial Elsa Cortés, quien ratificó que unas semanas antes del homicidio, ella estaba de campaña electoral por la Patagonia cuando se reunió con el empresario y éste le dijo que Comapresa se quería quedar son su firma. La testigo también declaró que luego del asesinato se reunió con la vida para comentarle ese diálogo que había tenido con su pareja y hablar sobre los posibles móviles del hecho.

 “Me alegro que un tribunal me haya convocado para aportar datos acerca de un crimen que demuestra la relación empresarial y los aportes de estas empresas a las campañas políticas”, inició Cortés su exposición y luego sentenció: “Comapresa quería quedarse con los permisos de pesca de Espinoza y fue aportante de la campaña presidencial oficialista. Luego el gobierno electo trabajó para ellos cuando fueron gobierno".

 Consultada sobre los elementos en los que basa tales afirmaciones, la testigo dijo: "Espinoza nos contó de las presiones constantes por los permisos de pesca e hizo hincapié en la depredación de los recursos para la pesca. Fue él quien nos habló del candidato oficialista y su vinculación con Comapresa, y aseguraba que era un fuerte aportante a su campaña presidencial”.

 “Yo le reclamé a Espinoza pruebas para poder iniciar una investigación pero lo mataron antes de que me las diera”, indicó Cortés y agregó: “Luego me negué a hacer del crimen una cuestión política durante la campaña porque no me parecía que sin pruebas se pudiera involucrar a un candidato con un asesinato aunque más tarde los vínculos se fueron probando”.

 Y concluyó: “Siempre me pareció muy claro el móvil de este crimen".

 Luego declaró Maximiliano Espinoza, hijo de “Cucho”, quien contó que la idea de su padre era radicarse en España ya que el negocio en Malaespina no iba bien porque, según él, “los socios habían metido la mano en la lata”. Maxi dijo que su padre tenía “malas relaciones” con su socio Rosas a quien había denunciado en territorio español por haber tomado posesión de acciones de la empresa San Julián mediante la falsificación de una firma.

 Por su parte, Virginia Espinoza, hija de la víctima, declaró a su turno que tras el crimen, Rosas no quiso informarle a la familia sobre el patrimonio de la empresa y confirmó que en España había vendido las acciones de su padre mediante documentos falsos.

Mala Espina III

El debate por el crimen de “Cucho” Espinoza se reanudó el martes 5 de julio con la declaración del testigo Andrés Medina, quien está alojado en el penal Malaespina donde compartió celda con el imputado Álvarez. Este hombre dijo que el acusado le pidió que realizara una falsa denuncia de que el homicidio de Espinoza se había gestado en la comisaría 1ra. de la ciudad y que no se preocupara por ello que luego su abogado lo iba a defender.

 Luego declaró el testigo que durante la instrucción de la causa había dicho que presenció la reunión en la que “Beto” Barrera le vendió el arma a Álvarez y Domínguez delante de Giménez. Sin embargo, en el juicio dijo que había declarado aquello por le había pagado dos comisarios de Malaespina.

 A su turno, atestiguó José Luis García, un comisario retirado de la provincia de Buenos Aires que afirmó que conocía a Álvarez ya que éste, que residía en aquel territorio, aportaba datos a la policía. El testigo dijo que en una oportunidad, el acusado le contó que tenía que viajar a Malaespina “para hacer un trabajo” y que cuando regresó le admitió que casi había caído preso por lo que había hecho.

 Al consultarle por lo ocurrido, Álvarez le confesó el crimen de “Cucho” y que lo había cometido porque era un trabajo para una persona de Gran Buenos Aires al que la víctima había estafado en 10 millones y que a él le habían dado un adelanto y el resto, 350 mil pesos, se lo darían cuando termine el trabajo.

 También declaró una empleada del hotel “El Poste”, que aseguró que Álvarez y Giménez estaban hospedados allí al momento del homicidio.

 Tras un cuarto intermedio, las audiencias continuaron el miércoles 6 de julio, cuando declaró, entre varios testigos, el empresario Claudio Rosas, socio de la pesquera de Espinosa, con quien había trabajado hasta 1995 en la firma de capital español Comapresa.

 Este testigo dijo que en una oportunidad que estaba en España, el hijo de Araujo Castillo, dueño de Comapresa, le dijo que su padre quería matar a “Cucho” porque lo consideraba un traidor por haberse ido de la empresa y constituido otra para competir con él.