El triple crimen de General Rodríguez y la denominada "ruta de la efedrina" - Parte II

En noviembre de 2010, la causa por la denominada “mafia de los medicamentos” tuvo como imputado a Pérez Corradi, a quien el juez federal Norberto Oyarbide acusó de “facilitar con habitualidad, cuanto menos en el período que va de abril de 2008 a junio del mismo año, su caja de ahorro XXX en el Banco XXX, para que en la misma se depositaran cheques librados en su mayoría por Multipharma S.A. (propiedad de Carlos Torres, también acusado de integrar la asociación ilícita) y por la Obra Social Bancaria Argentina, entre otras, y a la orden de Droguería San Javier S.A. y endosados a Néstor Lorenzo, presidente de dicha droguería, para posteriormente ser retirados los importes en efectivo desde la entidad bancaria”.
En su declaración indagatoria ante el juez, Pérez Corradi admitió que se dedicaba al cambio de cheques, pero negó conocer que era ilícita la actividad de la droguería del acusado Lorenzo.
Cuando a principios de diciembre de 2010 el magistrado dictó el procesamiento de Pérez Corradi no sólo le imputó “blanquear” activos recaudados ilegalmente por Lorenzo y Juan José Zanola, titular de La Bancaria y sindicado líder de la asociación ilícita, sino también por Forza, en distintos negocios vinculados a medicamentos adulterados.
“Se tiene por acreditado, con el grado de probabilidad positiva que esta etapa del proceso requiere, que Pérez Corradi aplicó mediante la receptación y posterior depósito en su caja de ahorros, los cheques mencionados, cuya sumatoria asciende a la suma de $312.677, fondos estos que tienen su origen en las actividades ilícitas que desarrollaran Néstor Lorenzo y Juan José Zanola (…) con la consecuencia posible de que tales valores o el dinero en efectivo que el encausado entregaba a cambio, adquirieran la apariencia de un origen lícito”, sostuvo Oyarbide.
Para el juez, Pérez Corradi “conocía perfectamente cómo se movía el mercado de comercialización de sustancias medicinales, no solo en sus aspectos lícitos, sino también en aquellos aspectos delictuales relacionados con la venta de medicamentos adulterados, falsificados, vencidos, extraídos de sus canales habituales de distribución por corresponder a programas gratuitos de distribución cuyo fomento venía dado por el Estado en diversas esferas”.
“Tan es así que el justiciable conocía perfectamente las aristas ilícitas del mercado de los medicamentos, que no resta más que reparar que los inicios de la relación que tuvieron el encausado y Sebastián Forza allá por el año 2001 era de compra y venta de medicamentos y se extendió durante varios años”, agregó el magistrado.
Por entonces, Pérez Corradi estaba detenido en el marco del juicio de extradición a cargo de la jueza federal de San Isidro Arroyo Salgado, causa por la que el empresario había sido apresado en octubre de 2008 en el barrio porteño de Palermo ya que había un pedido de captura de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) que lo acusaba de haber enviado a ese país unas 1.500 pastillas de oxicodona.
En los últimos días de 2010, la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la decisión de la jueza Arroyo Salgado de extraditarlo a los EE.UU y así fue que Pérez Corradi permaneció preso hasta diciembre de 2011, cuando la Sala II de la Cámara Nacional en lo Criminal y Federal revocó su prisión preventiva por considerar que no existían “riesgos procesales”.
Luego, en marzo de 2012, cuando el fiscal del triple crimen, Juan Ignacio Bidone, pidió su captura, las fuerzas de seguridad lo fueron a buscar a su último domicilio conocido, en el partido bonaerense de San Isidro, pero no lo pudieron localizar y desde entonces se desconoce su paradero.
Por su parte, el ex policía y socio de Ferrón, Salerno, también quedó procesado en la causa por la “mafia de los medicamentos” y será sometido a juicio oral por ese caso junto a Zanola, Lorenzo Torres y otros imputados.
Al declarar en el juicio por el triple crimen, antes de ser excarcelado en la causa de Oyarbide, Salerno admitió que a Forza lo conoció en mayo de 2008 “por temas vinculados al rubro farmacéutico” y que “fue dos o tres veces a la oficina de Pilar para ver qué productos” le podía proveer.
“Contaba de su vida privada, era mediático. Un día comíamos con Damián (por Ferrón) y otra persona y aparece Forza; justo en la televisión pasaban lo de Maschwitz (en referencia al laboratorio de drogas sintéticas) y Forza dijo: 'Ése allanamiento pasó porque yo hablé'”, indicó Salerno y agregó: “También dijo que comercializaba efedrina, que tenía no sé qué cantidad y necesitaba un comprador”.
En ese marco, este testigo recordó que él se enteró a través del médico cirujano Gustavo Rischiuto, quien trabajaba con Ferrón, que “Forza había llevado efedrina” a sus oficinas.
“El 25/07 Damián me convocó a la confitería que está atrás del Sheraton de Pilar, estaba Rodrigo Posas Iturbe (absuelto en la causa de Maschwitz), Bina, Damián, yo y otra persona. Se habló del precio de la efedrina, Posas Iturbe y Bina decían que compraban a 200 pesos el kg. y Damián que eran 200 dólares. Se armó una discusión. Después me explicaron que Silvio Salerno (primo del declarante) y Bina habían arreglado una venta de efedrina y Posas Iturbe me quería conocer a mí porque supuestamente era el que traía la efedrina. Forza llegó cuando nos íbamos y refirió temeroso que vio la camioneta dePérez Corradi, color verde militar, camuflada, en el estacionamiento”, dijo y continuó: “Al retirarse el mexicano me presenta a Bina, él me dice que cobraba $17.000 por mes para sacar la droga a Panamá y de allí a México”.
Según Salerno, Pérez Corradi estaba “interesado en comprar efedrina” aunque, aclaró que él “no sabía que Pérez Corradi y Forza se conocían”.
“Pérez Corradi en marzo me pide que vaya aJuan B. Justo y Corrientes, nos reunimos, me preguntó si seguía en el negocio de la efedrina, contestándole que no,siendo su reflexión: 'Damián te está cagando, me están cagando el negocio, los tengo que boletear'. Resalto en esta expresión el uso de plural. En otra reunión Pérez Corradi me dijo que tenía vinculaciones con policías, gente del Gobierno y yo le creo, porque después de esto a mi me llamó una secretaria que un ministro quería hablar conmigo,también de Inteligencia Naval”, declaró.
Salerno afirmó que él “no tenía relación con Tarzia” aunque sabía que “una vez lo fue a buscar a Damián” y que se lo “dijeron después que pasó todo” y concluyó que tenía “una farmacia en Nazca y Juan B. Justo, a cinco o seis cuadras de donde aparece la Vitara” de Ferrón.
Por último, el médico Rischiuto declaró en el debate lo que había manifestado en 2008 en la causa por la efedrina secuestrada en Maschwitz. Y según este testigo, “Salerno y Ferrón hablaban de la efedrina como algo común, como una droga más”.
“Un día que yo estaba en la oficina de Pilar, toca timbre una persona y Ferrón dijo no la puedo hacer subir, acompañame que hablo abajo, era un tal Pablo que le reclamaba U$S 25.000, y Damián le dijo que la habían tenido que usar, porque le habían secuestrado la hija a Salerno, vamos a conseguir efedrina y te vamos a devolver la plata, esto fue más o menos un mes antes de la desaparición de los chicos. Este chico decía que a él lo apuraba el que le dio la plata para traer la efedrina. Después me enteré que se habían gastado la plata, Salerno para la casa y Ferrón para la camioneta, pero como que la iban a reponer, por los negocios con la efedrina”, reseñó.
De acuerdo al médico, “Salerno le vendía efedrina a Pérez Corradi” aunque por el tipo de vida que éste llevaba, consideró el testigo que no era el único proveedor.
“Salerno, Ferrón y Forza retirarían efedrina de un depósito de Barracas, de Riky Martínez, y se la iban a vender a un mexicano, fue un jueves o viernes antes de las vacaciones de invierno. Esperaron todo el día al mexicano que no llegó y Riky Martínez le decía que tenía que cerrar el depósito, que los muchachos se iban. Al otro día yo pasé por la oficina, me iba al norte, estaba Ferrón solo, me contó que se encontraron con el mexicano Rodrigo,en el Open de Pilar, estaba borracho, ellos le querían vender a 2.000 o 3.000 dólares y el mexicano que estaba con otros muchachos querían pagar a valor pesos, el otro muchacho que estaba con el mexicano, después supo por Salerno que era Leopoldo Bina. Como que éste era el nexo entre Rodrigo, Ferrón y Forza”, indicó la sentencia.
En el mismo fallo quedó asentado que “Salerno le comentó el día de esa reunión que vio en el estacionamiento del Open de Pilar, la camioneta de Pérez Corradi, se había asustado, como que los vigilaba, para ver si hacía negocios fuera de él.” y que “el día de la reunión con Posas Iturbe, como éste no aparecía y Riky le decía que tenía que cerrar el depósito, los muchachos se iban y quien iba a cargar los700 kg. Forza se fue y volvió con un canasto de lavadero,con 30 kg. de efedrina”.
“Salerno estuvo en ésa reunión, en un momento se retiró, fue a buscar plata a la casa del primo, porque era plata que el mexicano le había adelantado para conseguirle efedrina, sino aparecía la efedrina tenía quedarle la plata”, declaró el médico.
Rischiuto agregó que Salerno le “dijo que frente a la Comisaría 50,cuando fueron por la aparición de la camioneta de Ferrón, estaba la camioneta de Pérez Corradi” y sentenció: “Salerno me comentó que Pérez Corradi pagó $100.000 para que maten a Forza, esto fue cuando habían desaparecido pero aún no habían aparecido los cadáveres, agregando de su cosecha 'estos tres boludos van ha aparecer tirados en un zanjón en Moreno'”.
“Supongo que Salerno no era el único que le vendía efedrina a Pérez Corradi”, indicó el médico y concluyó: “Creo que Salerno era incapaz de matar a alguien, pero pudo no hacer nada para que no los maten. Salerno le tenía terror a Pérez Corradi”.

AA
Enero 2016

El triple crimen de General Rodríguez y la denominada "ruta de la efedrina" - Parte I

La reciente evasión del penal de General Alvear, y la posterior recaptura que demandó 15 días, de los hermanos Cristian (44) y Martín (42) Lanatta, y de Víctor Schillaci (35), condenados a prisión perpetua por los homicidios de Sebastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35), derivó, en tantas otras cosas, en volver a centrar la atención en Ibar Esteban Pérez Corradi (38), sobre quien pesa actualmente una orden de captura nacional e internacional como presunto autor intelectual del triple crimen. De hecho, se aumentó a 2 millones de pesos la recompensa para quienes aporten datos que permitan localizarlo y detenerlo, mientras que sus abogados le piden que se entregue a la Justicia.
Por ello es que vale la pena recordar algunos de los testimonios que apuntaron contra este sospechoso, según consta en la sentencia de 278 fojas del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Mercedes que en diciembre de 2012 condenó a los hermanos Lanatta, a Víctor Schillaci y a su hermano Marcelo (36).
Solange Bellone, la viuda de Forza, declaró en el juicio por el triple crimen cometido en agosto de 2008 que “a la única persona que Sebastián no le dejaría de pagar era a Pérez Corradi porque tenía mucho miedo de que lo mate”.
“Era su enemigo. Me dijo que le había pagado todo”, sostuvo la mujer que, de acuerdo al fallo, “dio cuenta de distintos hechos que habían padecido tras la cesación de pago” como cuando “las empleadas la llamaron un día porque en el jardín delantero de la farmacia habían tirado una bomba casera”.
“También le dejaron frente a la farmacia una silla de ruedas con un cartel advirtiendo que la próxima vez la iba a necesitar”, indicó la sentencia mientras que Bellone sostuvo que “Sebastián le atribuyó esto a Pérez Corradi”, por lo que “se hizo la denuncia” y “les pusieron custodia”.
“En esta época empieza a estar cerca Julio Pose, a quien conoció por Néstor Lorenzo de la droguería San Javier (procesado por la denominada 'mafia de los medicamentos' y próximo a ser sometido a juicio oral). Aquél era como un custodio sin uniforme, hablaba con él todo el tiempo, venía a casa. Una semana antes de la desaparición llama Pose y me pide le diga a Sebastián que le atienda el teléfono porque había un problema, ya que se había portado mal con unos mexicanos y el único modo de arreglarlo era a través de él; sin embargo Sebastián dijo que no era así y me mostró luego un mail de un tal Jesús (Martínez Espinoza, condenado por el montaje de un laboratorio de drogas sintéticas descubierto el 17 de julio de 2008 en Ingeniero Maschwitz)(1)“, declaró la viuda.
Luego, Bellone “hizo referencia que el lunes antes de la desaparición le contó que había tenido que tomar algo para enfrentar a Pose, de quien una semana y media antes más o menos había perdido contacto, pero que después todo estaba bien con éste. Al otro día se habían juntado en un bar donde también estuvieron Damián (Ferrón) y Leo (por Leopoldo Bina)”.
Según la viuda, “Sebastián estaba contento porque había encontrado a un pibe sano y con empuje como él, era Ferrón, y en la última semana hablaba mucho con él y con Bina, los tres iban a hacer un negocio juntos”.
“El último día que lo vi -mañana de la jornada que desapareció- Sebastián me dijo que iba a estar con Damián”, precisó Bellone y agregó que entre los lugares que frecuentaba Forza se encontraba “el Auchan (hoy Wal Mart) de zona sur”.
En ese sentido, la testigo recordó que en “la última comunicación que tuvo con su esposo, después de mediodía” Forza le dijo: “Me está siguiendo el enano”, en referencia, según ella, a “Pose”.
“No le di importancia, no lo noté mal”, concluyó la mujer.
Por su parte, Néstor Lorenzo fue descripto en el fallo como alguien “estrechamente vinculado a la Obra Social de los Bancarios (2) y amigo de Pose” y quien “le compra el stock (de efedrina) a Forza cuando éste se iba a concursar” a pesar de que “Lorenzo ya había tenido trato comercial con Forza, éste le había hecho una mala jugada y por eso la relación estaba trunca”. Así fue Pose actuó de “contacto” entre ambos.
“(Lorenzo) Tuvo trato con Pérez Corradi porque los cheques que el testigo le dio a Forza en la mencionada negociación, pertenecientes a la obra Social Bancaria, Forza se los descontó a Pérez Corradi y a veces venían devuelta y por eso mantenía contacto”, indicó la sentencia.
De acuerdo a la Justicia, “Seacam, farmacia de Forza, tenía una facturación de $3.000.000, pero aquella circunstancia, sumado a que las obras sociales no pagaban con puntualidad, que el Hospital Francés le debía mucho dinero y que pensaba que los cheques de (Martín) Magallanes (por el socio de la víctima en la droguería en 2004/5) iban a venir rebotados, lo llevó a presentar a Seacam en concurso de acreedores el 2 de febrero del 2008.”
En ese sentido, Rubén Ramírez, abogado de Forza, declaró que “Pérez Corradi no quería el concurso” y que “Sebastián le pidió a (Guillermo) Martinero (otro abogado de la víctima) que le arregle una reunión con Pérez Corradi para arreglar la deuda, pero no lo logró, esto lo consiguió Pose, y Forza entregó cheques de La Bancaria y saldó la deuda. Pérez Corradi le preguntó a Lorenzo si los cheques eran buenos, respondiendo éste afirmativamente”.
Este testigo contó que en una reunión que tuvo con Francisco Chiarelli, abogado de los mexicanos detenidos en Ingeniero Maschwitz por el laboratorio de metanfetamina, aquel le dijo que “Ferrón, Forza y Bina querían seguir con el emprendimiento de (Luis) Tarzia (3), Forza ponía la plata, Ferrón la efedrina y Bina la sacaba del país” y que las tres víctimas “iban a comercializar efedrina con Martínez Espinoza”.
Ramírez relató que “pocos días antes de la desaparición, Forza estaba eufórico, porque había logrado hacer un contacto con Martínez Espinoza, por eso necesitaba formar cuatro o cinco SRL para importar efedrina en pequeñas cantidades, para que no le pasara lo que a Segovia, que lo descubrieron por importar 2.000 kg.” y que “Martínez Espinoza le dijo por mail que montara la operación que dejó Tarzia”.
“Él (por Forza) decía que iba a montar un negocio de millones de dólares”, afirmó el letrado y agregó que sabía que “a veces” la víctima se reunía en el Wal Mart de zona sur y que “portaba armas” de fuego.
“Cuando aparece la camioneta quemada (por la Suzuki Vitara de Ferrón), empiezan a moverse y cuando al segundo día aparece que también faltaba Bina, no sabíamos por dónde venía. No por deudas ni por medicamentos, porque hasta ahí en la causa no había pasado nada. Después aparece el tema de la efedrina y que (el ex policía José Luis) Salerno (socio de Ferrón) ya vendía a Pérez Corradi, nos damos cuenta que podía ser que los tres se hubieran metido en el negocio que tocara los intereses de Pérez Corradi”, recordó Ramírez, quien concluyó que después del triple crimen supieron que “Bina sacaba” la efedrina del país.
En tanto, Chiarelli, abogado de Tarzia y Martínez Espinoza, declaró: “En largas charlas que tuve con Tarzia me pidió que hablara con Forza por el tema de la efedrina porque yo no sabía bien qué era, no sé si lo llamé o me llamó él”.
Este testigo contó que Forza le vendió una droguería a Tarzia “para lograr personería para comprar efedrina legalmente, pero esa compañía no tenía los trámites en el SEDRONAR, fue una venta de humo”.
“Con Forza tuve dos reuniones, una donde le pedí los $300.000 que Tarzia había pagado por esa sociedad y él dijo que no había problemas, y otra que vino con dos personas más, me dice que estaba en contacto con Espinoza, esto fue poco antes de la desaparición, y que ya estaban armados para el tema de la efedrina. Forza dijo cual era la función de cada uno de ellos, después supe al ver las fotos en los medios que era Bina el que manejaba el aeropuerto de Ezeiza para poder exportar efedrina y Ferrón conseguía sin problemas la efedrina. Yo interpreto que ellos buscaban que yo intercediera ante Martínez Espinoza para que le comprara la efedrina”, indicó el testigo y confirmó que Tarzia “vinculó a Pérez Corradi con Forza por la efedrina”.
Por otro lado, “Riky” Martínez declaró que Tarzia y Forza “siempre andaban juntos y que el segundo de ellos le dijo “tengo una persona que conozco de hace cinco años, (Martín) Lanatta, que trabaja en el RENAR, que me va a presentar a alguien que me va a proveer efedrina”.
“Me dijo que tenía una reunión con Lanatta, jueves o viernes, esa semana que desapareció”, declaró Martínez y añadió que “Tarzia discutió con Forza porque le había vendido efedrina con sal” pero que “después de eso se arregló” el vínculo entre aquellos dos.
Mientras que Magallanes sostuvo que “Pérez Corradi financiaba a Forza cuando éste tenía Seacam, estando solo”, que supo de una “ruptura” entre aquellos dos y que “conoció a M. Lanatta por Forza” y que éste “obtenía licencias para portar armas y era instructor de tiro”.